Atención Salseros, Atención Bongoseros: Llegó el Bembé. Música ...
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Agradecimientos<br />
A mi Madre y a mi Padre, por su infinito amor y su inagotable paciencia. Porque<br />
con <strong>el</strong> retumbar de una pandereta y <strong>el</strong> pito desafinado de una flauta fueron los<br />
primeros que sembraron la música en mí, y dejaron una hu<strong>el</strong>la que ningún tiempo<br />
podrá borrar. A <strong>el</strong>los dedico este trabajo, porque han sido mis más fi<strong>el</strong>es<br />
acompañantes en <strong>el</strong> largo y gratificante camino de mi existencia, porque<br />
ambientaron todas mis mañanas con músicas diversas y hermosas: trova cubana,<br />
óperas de Mozart, partitas de Bach, y una d<strong>el</strong>iciosa Salsa que me enseñaron a<br />
gozar, a cantar, a vivir, y a llevar en <strong>el</strong> corazón. A <strong>el</strong>los les debo <strong>el</strong> amor por todo<br />
lo que está consignado aquí, la vida misma, y la comprensión de que la música es<br />
la forma más sublime de la manifestación d<strong>el</strong> alma, <strong>el</strong> lenguaje de la Vida, d<strong>el</strong><br />
Amor Infinito, d<strong>el</strong> Deseo.<br />
A Carlos, Mi Amor, que me leyó siempre, aclaró mis dudas, abrió nuevos caminos<br />
y opciones y participó de esta experiencia al bailar conmigo en las arduas<br />
sesiones d<strong>el</strong> trabajo de campo, al ser mi compañero, mi escucha y mi mayor<br />
crítico. Porque además de amarme creyó en mi trabajo, me impulsó a ser mejor en<br />
cada frase y en cada nueva ocurrencia en <strong>el</strong> camino. A vos te debo la f<strong>el</strong>icidad de<br />
sentir que caminamos juntos hacia un mismo lugar, la tenacidad y la resistencia<br />
para lograr convertir mis errores en aciertos y un acompañamiento cuyo valor es<br />
incalculable: en la etnografía, en la escritura, y en la cotidianidad de la vida. Nunca<br />
podré agradecerte lo suficiente por todo esto, y jamás existirán las palabras para<br />
materializar la plenitud que siento al habernos <strong>el</strong>egido <strong>el</strong> uno al otro.<br />
A mi director y entrañable amigo, Enrique alias “<strong>el</strong> Capo”, con quien todo <strong>el</strong><br />
proceso fue –amor a primera vista-: sus d<strong>el</strong>iciosas clases, exámenes, textos y<br />
correos fueron <strong>el</strong> primer impulso para <strong>el</strong>egirlo como guía, y no pude haber tomado<br />
una mejor decisión. Su cínica y agraciada permisividad ante mis caprichos de<br />
último momento, sus regaños ocasionales, sus bromas siempre acertadas, su<br />
calma y su infinita sabiduría convirtieron este proceso en un goce continuo.<br />
Gracias a vos por darme la libertad para ser insolente, para escribir tal y como lo<br />
sentía y después transformar ese impulso en algo poderoso. Gracias por<br />
escucharme y leerme tantas veces, por permitirme encauzar este proyecto en algo<br />
que me deja satisfecha, de vos y de mí, y que me sume en <strong>el</strong> deseo de querer<br />
seguir trabajando a tu lado. Gracias por lo transcurrido y por lo que vendrá.<br />
A los bloggers: Julián, Héctor, F<strong>el</strong>ipe, Wilmer, Mauricio, Fernando y los demás, por<br />
permitirme conocer su mundo, las lógicas de su escucha, la resistencia de su<br />
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