Atención Salseros, Atención Bongoseros: Llegó el Bembé. Música ...
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pugnas, y tradiciones d<strong>el</strong> tiempo esclavista, con <strong>el</strong>ementos r<strong>el</strong>igiosos propios d<strong>el</strong><br />
cristianismo y ritmos distintos de las músicas afrocaribeñas. El reggae representa<br />
un espacio de lucha popular en <strong>el</strong> que las clases menos favorecidas de la<br />
sociedad jamaiquina encuentran un medio de expresión y de denuncia de la<br />
historia de su colonización. Con <strong>el</strong> legado de un sometimiento esclavista y un<br />
racismo que cimentó las bases de las colonias en América, y las condiciones de<br />
existencia de gran parte de la población jamaiquina después d<strong>el</strong> siglo XX, se<br />
comienza un proceso en <strong>el</strong> cual <strong>el</strong>ementos culturales identificados como africanos<br />
se sincretizan con la herencia europea d<strong>el</strong> colonialismo y dan paso a lo que Hall<br />
denomina “formas culturales autóctonas”.<br />
Sin embargo, al hacer uso d<strong>el</strong> término “autóctono”, <strong>el</strong> autor no hace referencia a<br />
manifestaciones culturales esenciales o intrínsecas a todos los jamaiquinos: por <strong>el</strong><br />
contrario, contextualiza <strong>el</strong> fenómeno de manera histórica, trazando <strong>el</strong> camino<br />
mediante <strong>el</strong> cual <strong>el</strong> reggae llegó a consolidarse como una opción de resistencia<br />
cultural entre los negros migrantes a Europa, entre las décadas de 1970 y 1980,<br />
algo „–autóctono- porque responde a las condiciones particulares vividas en<br />
Jamaica.<br />
La emergencia d<strong>el</strong> rastafarismo, cuyos principios pueden identificarse desde<br />
comienzos de la década de los 20 d<strong>el</strong> siglo XX con la aparición de nuevas<br />
r<strong>el</strong>igiones y mesías que hablaban de la libertad de los negros, constituye un<br />
ejemplo privilegiado en <strong>el</strong> cual lo popular es definido a partir de unas condiciones<br />
históricas que lo permiten y lo determinan, y no como algo unidireccionalmente<br />
dependiente de una cierta clase social.<br />
Hall arguye que la creatividad artística como una de las premisas básicas d<strong>el</strong><br />
rastafarismo, fue lo que le dio vida al reggae como la música distintiva de este<br />
movimiento por exc<strong>el</strong>encia, al sintetizar intereses de distintas clases sociales,<br />
distintos sujetos y grupos, que de algún modo u otro se sentían identificados con<br />
dicha africanidad, pero no aqu<strong>el</strong>la intangible, d<strong>el</strong> otro lado d<strong>el</strong> océano, sino la<br />
propia, la de Jamaica. Esta serie de profundos vínculos fue lo que permitió la<br />
creación de un movimiento de resistencia cultural de las dimensiones d<strong>el</strong> reggae,<br />
que Hall ejemplifica en la mítica canción „Get Up, Stand Up‟ de Bob Marley and<br />
The Wailers.<br />
El reggae representa entonces, un espacio de lucha, de resistencia, una contracultura<br />
negra que ha trascendido las fronteras de la interp<strong>el</strong>ación étnica y ha<br />
llegado a representar y encauzar luchas por la igualdad, la justicia y la negación<br />
sistemática d<strong>el</strong> racismo.<br />
Esta cultura de la “resistencia” ha llegado –como <strong>el</strong> Rastafarismo lo hizo<br />
en Jamaica en 1970-, a proporcionar las bases de nuevos modos de<br />
auto-descubrimiento y auto-identificación para los negros, como un<br />
orgullo étnico, un sentido de la Historia y la Cultura, unas maneras de<br />
articular la experiencia de la opresión, y formas que permiten imaginar<br />
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