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La república de Juan Pablo Duarte... | Jorge Tena Reyes | 151 |<br />

Han transcurrido ochenta y ocho años de la victoria en 1924<br />

del nacionalismo dominicano, pues gracias a ello se logró el restablecimiento<br />

de la soberanía nacional, acto con el que se honraba<br />

la memoria de Juan Pablo Duarte y Díez, pero a pesar de esta dolorosa<br />

experiencia, cuando oímos decir que la “economía dominicana<br />

está hipotecada”, que “el país es el traspatio del imperio”,<br />

o que “el presupuesto nacional está bajo el central del Fondo Monetario<br />

Internacional, se nos ocurre pensar que, desde su tumba,<br />

el fundador de La Trinitaria lanza un grito de protesta para recordarnos<br />

que “nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda<br />

potencia extranjera” o de lo contrario se hunde la isla.<br />

Aunque el proyecto político concebido por el Padre de la<br />

Patria se frustró por la actitud del bando de los apátridas, Duarte<br />

sigue siendo el más alto símbolo de la dignidad nacional.<br />

La precedente sentencia debería vibrar al unísono en el corazón<br />

de todos los dominicanos para superar el pesimismo historiográfico<br />

del doctor Juan Isidro Jimenes Grullón, para quien<br />

la República “fue y continúa siendo una ficción”.<br />

En el curso de este dilatado escarceo por los oscuros meandros<br />

de la Primera República se percibe que su colapso no fue por<br />

falta de voluntad de su creador, sino por la debilidad moral de<br />

los líderes políticos que se sucedieron en el poder desde 1844 y<br />

quienes en vez de fortalecer el ideario de Juan Pablo se convirtieron<br />

en repudiables arquetipos de la intriga y de la maledicencia.<br />

Por la infame actitud de los Bobadilla, de los Santana y de<br />

los Báez, solo queda de ellos el triste recuerdo de su oscuro pasado;<br />

sin embargo, el nombre y la gloria de Juan Pablo Duarte y<br />

Díez, el “romántico de la libertad”, se agiganta en el transcurrir<br />

del tiempo como el más alto ejemplo de la dignidad nacional.

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