La modernidad Excluyente - Hermeneia
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importante es presentarle al mexicano un determinado retrato de sí mismo,<br />
donde <strong>La</strong> idea de que existe un sujeto único de la historia nacional –el<br />
“mexicano”- es una poderosa ilusión cohesionadota; su versión estructuralista<br />
o funcionalista (p.53), de esta forma la figura del arquetipo en el periodo<br />
posrevolucionario se fortalece mediante un proceso cultural en el que participan<br />
los intelectuales, (Octavio Paz y El laberinto de la soledad (1950), José<br />
Vasconcelos y <strong>La</strong> raza cósmica (1925), entre muchos otros) para reproducir la<br />
mirada colonialista:<br />
Estos juegos comparativos permiten vislumbrar las causas por las que el<br />
metadiscurso nacionalista suele impedir o dificultar la relación de los<br />
mexicanos con su pasado y con la historia del mundo: la historia es reducida a<br />
jeroglíficos, a símbolos estáticos destinados a glorificar el poder nacional y a<br />
adormecer la razón; cuando se despierta de este sueño resulta difícil reconocer<br />
el pasado propio e, incluso la presencia del mundo. Hemos soñado en mil<br />
héroes míticos, pero de la nación solo quedan sus ruinas. (1987,p.18).<br />
Esta dificultad para la reconciliación y el dialogo con el pasado, se refiere<br />
de forma directa a los pueblos indígenas, en México Profundo de Guillermo<br />
Bonfil Batalla (1987), otro libro ya clásico en éste tema, se plantea en rasgos<br />
muy sencillos la dicotomía que permite preservar la idea de una exclusión<br />
sublimada, afirma Bonfil más o menos esto: el indígena es en los libros una<br />
sublimación que convoca la vuelta al orden mítico que se extravió, pero en la<br />
calle, en la vida cotidiana y real es objeto de segregación y menosprecio. Esto<br />
lo muestra muy claro Bartra: <strong>La</strong> cultura mexicana de la primera mitad del siglo<br />
XX ha creado un formidable mito: los mexicanos llevan dentro, como un<br />
homúnculo, al indio, al bárbaro, al salvaje, al niño. (pag 110). Eso explica que<br />
<strong>La</strong> exaltación nacionalista del héroe de la <strong>modernidad</strong> revolucionaria – el<br />
convocado por caso, por Vasconcelos y por el Estado mexicano- contiene un<br />
elemento de profunda irracionalidad: inventa y glorifica a un pueblo dotado de<br />
agresiva emotividad, capaz de resistir la inmersión en la fría tecnología y los<br />
contaminados y ponzoñosos aires de la sociedad industrial moderna. (p.<br />
149.).<br />
Este desfase –premeditado por parte del Estado y reproducido<br />
consciente e inconscientemente por parte de la intelectualidad- entre el<br />
indígena imaginario y el real, ha llevado al establecimiento de políticas públicas<br />
que en los hechos fomentan la segregación y no permiten la preservación y<br />
difusión de las culturas indígenas. Esto lo aborda con claridad Leopoldo Valiñas<br />
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