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1 - Abiding Life Ministries International

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Usted podrá no saberlo, sentirlo o experimentarlo, pero el día que usted vino a Cristo su<br />

vieja naturaleza fue quitada y reemplazada por la vida de Cristo. ¿Y qué significa esto? En<br />

Gálatas, Pablo dice: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive [...]” (Gá. 2.20,<br />

DHH) ¿De cuál “yo” está hablando Pablo, del nuevo o del viejo? Del viejo, por supuesto. Y<br />

cuando dice: “Y la vida que ahora vivo [...]” se está refiriendo al “nuevo yo”. Pablo deja<br />

perfectamente claro que algo murió, y sin embargo él está más vivo que nunca. La ventaja de<br />

nuestra muerte con Cristo es grande, porque la vida de Adán que era tan egocéntrica, insana<br />

(alienada) y controlada por la carne, murió. Cuando el Espíritu Santo revela esta verdad, la<br />

liberación es poderosa.<br />

Por ejemplo, el hombre que había sido controlado toda su vida por los efectos de la<br />

experiencia de haber sido violado, comprendió que su antiguo ser había muerto. No solamente<br />

era ya imposible que él fuese controlado por el pasado, sino que vio que Dios le había dado un<br />

nuevo ser que nunca sufrió vejación. Él entendió la verdad de que lo que le sucedió a su antiguo<br />

hombre no le sucedió a su nuevo hombre.<br />

Libertad de la culpa<br />

También es cierto que aquello que el “antiguo yo” hizo, el “nuevo yo” nunca lo ha<br />

hecho. Muchos cristianos están controlados por la culpa de fracasos, pecados y circunstancias<br />

del pasado. No solo el enemigo no les permite olvidar esos pecados, sino que a menudo sus<br />

propias familias y otros cristianos siguen recordándoselos. A menudo he pensado que un<br />

cristiano cuya familia sigue recordándole de sus pecados pasados debiera comprar una sepultura<br />

y poner una lápida consignando la fecha de su nuevo nacimiento. Entonces, al ser señalado,<br />

podría llevar a los acusadores al lugar de sepultura y decirles ¡que se quejen a la persona<br />

sepultada allí, pero no al “nuevo él”!<br />

La prueba de que su vida ha sido reemplazada y que el “antiguo usted” está muerto es<br />

que cuando usted recuerda o le hacen recordar algunas de las acciones de su ser antiguo, ¡le<br />

produce una sensación de repulsión! ¿Por qué? Porque el “nuevo usted” no se identifica con<br />

tales cosas.<br />

¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios?<br />

No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la<br />

prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los<br />

homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni<br />

los ladrones. Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de<br />

la purificación, fueron santificados y hechos justos en el nombre del Señor Jesucristo y<br />

por el Espíritu de nuestro Dios.<br />

1 Corintios 6.9-11, DHH<br />

Cierto es que lo que caracterizaba al “antiguo usted” en cuanto a identidad, nada tiene<br />

que ver con el “nuevo usted”. Así como Watchman Nee tan apropiadamente lo señala en su<br />

libro La Vida Cristiana Normal, cuando recibimos la vida de Cristo todo lo que era cierto en la<br />

vida de Él se hace cierto en nuestra vida. Así como lo que fue cierto de Adán (su desobediencia)<br />

se hizo cierto en nosotros, en modo similar, ahora que tenemos la vida de Cristo, todo lo que es<br />

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