08.05.2013 Views

7 Glorificación de Jesús y María - Revelaciones Marianas

7 Glorificación de Jesús y María - Revelaciones Marianas

7 Glorificación de Jesús y María - Revelaciones Marianas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Verda<strong>de</strong>ramente el Señor ha resucitado, como había dicho por boca <strong>de</strong> los profetas y con su palabra sin <strong>de</strong>fecto.<br />

Ha <strong>de</strong>jado con la Sangre todo aquello que, <strong>de</strong> corrupción, el beso <strong>de</strong> un hombre había estampado en Él; y, purificado ya<br />

el altar, su Cuerpo ha asumido la inefable belleza <strong>de</strong> Dios.<br />

Antes <strong>de</strong> subir al Cielo se ha mostrado a sus siervos, ¡aleluya! ¡Vayamos cantando, aleluya! ¡La eterna juventud <strong>de</strong> Dios!<br />

¡Vayamos anunciando a las gentes que ha resucitado. ¡Aleluya! El Justo, el Santo ha resucitado, ¡aleluya, aleluya!<br />

Del Sepulcro ha salido inmortal. Y el hombre justo con Él ha resucitado.<br />

En el pecado, como en una gruta, encerrado estaba el corazón <strong>de</strong>l hombre.<br />

Él ha muerto para <strong>de</strong>cir: “¡Alzaos!”. Y los que estaban dispersos se han alzado, ¡aleluya!<br />

Abiertas las puertas <strong>de</strong> los Cielos a los elegidos, ha dicho: “Venid”. Nos conceda, por su santa Sangre, a nosotros subir<br />

también. ¡Aleluya!".<br />

Matías, el anciano ex discípulo <strong>de</strong> Juan Bautista, va a la cabeza cantando, como quizás en el pasado David cantaba a la<br />

cabeza <strong>de</strong> su pueblo por los caminos <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a. Los otros lo siguen, haciendo coro a cada "aleluya" con júbilo santo.<br />

Jonatán, que forma parte <strong>de</strong>l grupo, dice, cuando ya Jerusalén aparece a los pies <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pequeño collado que<br />

están bajando con paso veloz:<br />

-Por su nacimiento perdí patria y casa, y con su muerte he perdido la otra casa, en que durante treinta años había<br />

trabajado honradamente. Pero, aunque me hubieran quitado la vida por Él, habría muerto jubiloso, pues por Él la hubiera<br />

perdido. No le tengo rencor a quien conmigo se muestra injusto. Mi Señor me ha enseñado con su muerte la perfecta<br />

mansedumbre. Y no tengo preocupaciones por el mañana. Mi morada no está aquí. Está en el Cielo. Viviré en la pobreza, en esa<br />

pobreza que tanto place a Él, y le serviré hasta la hora en que me llame... y... sí... le ofreceré también la renuncia... a mi ama...<br />

Ésta es la espina más dura... Pero, ahora que he visto el dolor <strong>de</strong> Cristo y su gloria, no <strong>de</strong>be dolerme mi dolor, sino que sólo <strong>de</strong>bo<br />

esperar la celeste gloria. Vamos a <strong>de</strong>cir a los apóstoles que Jonatán es el siervo <strong>de</strong> los siervos <strong>de</strong> Cristo.<br />

625<br />

Aparición a los discípulos <strong>de</strong> Emaús.<br />

Por un camino montano dos hombres, <strong>de</strong> mediana edad, van andando rápido. A sus espaldas, Jerusalén, cuyas alturas<br />

van <strong>de</strong>sapareciendo cada vez más, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las otras que, con continuas ondulaciones <strong>de</strong> cimas y valles, se subsiguen.<br />

Van hablando. El más anciano dice al otro (tendrá, como mucho, treinta y cinco años):<br />

-Créelo, ha sido mejor hacer esto. Yo tengo familia y tú también. El Templo no bromea. Está <strong>de</strong>cidido realmente a poner<br />

fin a estas cosas. ¿Tendrá razón? ¿No la tendrá? Yo no lo sé. Sé que tienen la i<strong>de</strong>a clara <strong>de</strong> acabar para siempre con todo esto.<br />

-Con este <strong>de</strong>lito, Simón. Dale el nombre apropiado. Porque, al menos, <strong>de</strong>lito es.<br />

-Según. En nosotros el amor es levadura contra el Sanedrín. Pero quizás... ¡no sé!».<br />

-Nada. El amor ilumina. No lleva al error.<br />

-También el Sanedrín, también los sacerdotes y los jefes aman. Ellos aman a Yeohveh, a Aquel al que todo Israel ha<br />

amado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fue estrechado el pacto entre Dios y los Patriarcas. ¡Entonces también para ellos el amor es luz y no lleva al<br />

error!<br />

-Lo suyo no es amor al Señor. Sí. Israel <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace siglos está en esa Fe. Pero, dime: ¿pue<strong>de</strong>s afirmar que sigue siendo<br />

una Fe lo que os dan los jefes <strong>de</strong>l Templo, los fariseos, los escribas, los sacerdotes? Ya ves tú mismo que con el oro sagrado<br />

<strong>de</strong>stinado al Señor ya se sabía o, al menos, se sospechaba que esto sucediera- con ese oro han pagado al Traidor y ahora pagan a<br />

los soldados que estaban <strong>de</strong> guardia. A1 primero, para que traicionara al Cristo; a los segundos, para que mientan. ¡Oh, lo que<br />

yo no sé es cómo la Potencia eterna se haya limitado a remover los muros y a rasgar el Velo! Te digo que hubiera querido que<br />

bajo los escombros hubiera sepultado a los nuevos filisteos. ¡A todos!<br />

-¡Cleofás! Te abandonas a la venganza.<br />

-A la venganza. Porque, supongamos que Él fuera sólo un profeta, ¿es lícito matar a un inocente? ¡Porque era inocente!<br />

¿Le has visto alguna vez cometer tan siquiera uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> que lo acusaron para matarlo?<br />

-No. Ninguno. Pero sí cometió un error.<br />

-¿Cuál, Simón?<br />

-El <strong>de</strong> no irradiar po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> su Cruz. Para confirmar nuestra fe y para castigo <strong>de</strong> los incrédulos sacrílegos.<br />

Hubiera <strong>de</strong>bido aceptar el <strong>de</strong>safío y bajar <strong>de</strong> la Cruz.<br />

-Ha hecho más todavía, ha resucitado.<br />

-¿Será verdad? ¿Resucitado, cómo? ¿Con el Espíritu solamente o con el Espíritu y la Carne?<br />

-¡El espíritu es eterno! ¡No necesita resucitar! - exclama Cleofás<br />

-Eso también lo sé yo. Lo que quería <strong>de</strong>cir es que si ha resucitado sólo con su naturaleza <strong>de</strong> Dios, superior a cualquier<br />

asechanza humana. Porque en estos días el hombre ha atentado contra su Espíritu con el terror. ¿Has oído lo que ha dicho<br />

Marcos? Cómo, en el Getsemaní, don<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> iba a orar apoyado en una piedra, está todo lleno <strong>de</strong> sangre. Y Juan, que ha<br />

hablado con Marcos, le ha dicho: "No <strong>de</strong>jes que pisen este lugar, porque es sangre sudada por el Hombre Dios". ¡Si sudó sangre<br />

antes <strong>de</strong> la tortura, sin duda <strong>de</strong>bió sentir terror ante ella!<br />

-¡Pobre Maestro nuestro!...<br />

Guardan silencio afligidos.<br />

<strong>Jesús</strong> se llega a ellos, y pregunta:<br />

-¿De qué hablabais? En el silencio, oía a intervalos vuestras palabras. ¿A quién han matado?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!