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NOTAS SOBRE 1 CORINTIOS, Sept. 2004.pdf - Bill H. Reeves

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“orientación, o preferencia sexual”. No es cierto.<br />

Todo pecado es practicado porque la persona<br />

escoge hacerlo. Muchos corintios habían sido<br />

homosexuales, y por medio del evangelio lograron<br />

dejarlo por completo. Para esto tuvieron que<br />

arrepentirse.<br />

-- mas – “Pero”, dicen las versiones ASV.,<br />

1990, RVA., NVI., LAC., B.A., N.C.). Se hace<br />

contraste entre lo que eran los corintios antes de su<br />

conversión (ver. 9,10), y lo que les pasó en su<br />

conversión a Cristo.<br />

El verbo en cada uno de los tres casos que<br />

siguen es del tiempo aoristo. Esto significa que la<br />

acción descrita fue de una vez en el pasado.<br />

Los tres verbos se refieren al mismo evento en<br />

la vida de los corintios, al obedecer al evangelio<br />

(Hech. 18:8), nada más que cada uno enfatiza<br />

cierto punto de vista.<br />

Nótese que Pablo no dice que fueron<br />

santificados y justificados en el momento de sólo<br />

creer, sino que cuando fueron bautizados.<br />

-- ya habéis sido lavados – Mejor, “fuisteis<br />

lavados” (LAC.; L.A.; ASV., B.A.). Es más; en este<br />

verbo la gramática griega (la voz media) indica<br />

acción en que las personas mismas tomaron parte:<br />

“os lavasteis” (ASV., margen; P.B., H.A.). Los<br />

corintios tomaron pasos para lograr esto.<br />

Compárese Hech. 22:16. Se hace referencia al<br />

bautismo en agua para perdón de los pecados<br />

(Hech. 2:38; Mar. 16:16; Jn. 3:5; Heb. 10:22; Tito<br />

3:5). Dios es quien lava (perdona), pero la persona<br />

bautizada de corazón participa en el acto (Rom.<br />

6:17).<br />

En el llamado bautismo infantil, el infante no<br />

toma parte en el acto. Todo se le hace a él. Ni está<br />

consciente de lo que le está pasando. Pero no fue<br />

así con los corintios.<br />

-- ya habéis sido santificados – Mejor la<br />

traducción “fuisteis santificados” (ASV., L.A, H.A.,<br />

B.A., JTD.). Cuando los corintios fueron<br />

bautizados, Dios también los santificó (apartó),<br />

haciéndoles así santos. Véanse Efes. 5:26; Col. 1:13;<br />

1 Ped. 2:9.<br />

-- ya habéis sido justificados – Mejor,<br />

“fuisteis justificados” (ASV., L.A., H.A., B.A.,<br />

JTD.). Al mismo tiempo de perdonar (lavar) a los<br />

corintios bautizados en Cristo Jesús, y de<br />

santificarles, también los justificó, porque siendo<br />

personas perdonadas, ya no tenían pecados. El<br />

justo no tiene pecados. Véanse Rom. 5:1,9; 8:33.<br />

Ahora, aunque el bautismo es un acto de una<br />

sola vez, la persona hecha cristiana puede volver a<br />

pecar y estar necesitada de perdón. La sangre de<br />

Jesucristo sigue limpiándole (1 Jn. 1:7,9), si se arrepiente,<br />

confiesa su pecado y pide a Dios perdón<br />

(Hech. 8:22). La santificación, alcanzada en el<br />

bautismo, es el apartamiento del pecado. Ahora, si<br />

el cristiano comienza a practicar algo malo,<br />

necesita “limpiarse de toda contaminación de<br />

carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en<br />

el temor de Dios” (2 Cor. 7:1). Cada vez que Dios<br />

le perdona, le justifica.<br />

-- en el nombre del Señor Jesús – Lo que pasó<br />

a los corintios en su conversión sucedió en<br />

47<br />

conexión con quién es el Señor Jesús, el Salvador<br />

del mundo (Jn. 1:29; 14:6; 8:24), y lo que ha hecho<br />

por el mundo (Luc. 24:47; Efes. 1:7).<br />

-- y por el Espíritu de nuestro Dios – y en<br />

conexión con la obra del Espíritu Santo, quién vino<br />

a los apóstoles a enseñarles, recordarles, y guiarles<br />

a toda la verdad del evangelio (Jn. 14:26; 16:13).<br />

La preposición “por” no es la correcta aquí.<br />

Debe ser “en”, pues en el texto griego es la misma<br />

que aparece en la frase anterior. Por ser el asunto<br />

“en conexión con quienes son” Jesucristo y<br />

Espíritu Santo, es por su autoridad.<br />

Así vemos que el Padre, el Hijo, y el Espíritu<br />

Santo tienen parte en la conversión del individuo.<br />

La implicación es de que los corintios deben<br />

estar viviendo en conformidad a lo que Dios ha<br />

hecho por ellos (Efes. 4:1).<br />

Compárese 1:2,30. - - -<br />

Habiendo condenado el incesto (capítulo 5), y<br />

la litigación judicial (6:1-11), Pablo ahora pasa a<br />

condenar en particular la fornicación, versículos 12<br />

al 20. Parece que está refutando argumentos<br />

hechos a favor de la fornicación, pecado que la<br />

gente de Corinto practicaría con avidez.<br />

6:12 Todas las cosas me son lícitas –<br />

Compárense 10:23; Rom. 14:14. La ley de Moisés<br />

hacía distinción entre cosas (comidas en particular)<br />

limpias y cosas inmundas (Lev. 10:10-11; 11:47),<br />

pero ya había pasado dicha ley. Compárese Hech.<br />

10:9-16. Bajo la ley de Cristo, todas las cosas<br />

amorales son lícitas; es decir, son de indiferencia.<br />

Claro es que Pablo no habla en lo absoluto, al<br />

decir, “todas las cosas me son lícitas”. Acabó de<br />

condenar la fornicación y otras cosas semejantes<br />

en los ver. 9 y 10. Esta frase, o expresión, tiene<br />

que limitarse a todas las cosas que Dios ha<br />

autorizado pero que no ha mandado que se hagan.<br />

Al parecer, algunos de los corintios usaban<br />

esta expresión para justificar la fornicación. “¿No<br />

creó Dios el cuerpo y su deseo sexual? ¿Qué mal,<br />

pues, puede haber en usar el cuerpo en el sexo<br />

para obtener placer? Como el cuerpo es para<br />

comer, también es para relaciones sexuales. Todas<br />

las cosas son lícitas”.<br />

Hay cosas que Dios ha prohibido. Son cosas<br />

malas en sí. Véase Gál. 5:19-21. No se justifican<br />

con nada. Al hacer estas cosas, la persona peca.<br />

Por otra parte, hay cosas que Dios ha<br />

mandado que se hagan, y al no hacerlas la persona<br />

peca. Por ejemplo: el bautismo, el tomar la Cena<br />

del Señor, el ofrendar, el ser “buenos samaritanos”<br />

(Hech. 10:48; 1 Cor. 11:24; 1 Cor. 16:1; Luc. 10:37).<br />

Luego, hay cosas que Dios autoriza, o permite,<br />

pero que no manda que se hagan. Son cosas, pues,<br />

indiferentes en sí. Al hacerlas, o al no hacerlas, la<br />

persona está bien con Dios. Por ejemplo, el<br />

matrimonio, el comer carne, el observar ciertos<br />

días (1 Cor. 7:2; Rom. 14:2-5). Pero todas las cosas<br />

creadas por Dios tienen su propósito y el propósito<br />

no ha de ser pervertido.<br />

Solamente a esta última categoría de cosas se<br />

puede aplicar la frase de Pablo: “Todas las cosas

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