julio 2010 - ANUE

Mundo
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África se mueve
Francesc Claret. Ofi cial del Departamento de Asuntos Políticos de las Naciones Unidas.
Hace una década, África estaba sumergida
en numerosos conflictos, sufría de profundos
problemas estructurales, estaba marginada
de las estructuras económicas mundiales y
la mayoría de los países carecían de infraestructuras
básicas para promover el desarrollo
social y económico de su gente. En 1998, en
su informe sobre “las causas de los conflictos
y la promoción de la paz duradera y el
desarrollo sostenible en África” el entonces
secretario general de la ONU, Kofi Annan,
examinó las raíces de los problemas de África,
la gobernabilidad, las libertades democráticas
y los derechos humanos, y denunció el
autoritarismo, la corrupción y la mala gestión
de los recursos, así como el papel de algunos
estados africanos y no africanos en instigar
conflictos en el continente.
En su informe, Kofi Annan hizo un llamamiento
a todos los interesados para movilizar
la voluntad política necesaria para efectuar
cambios positivos y pidió a los africanos
que llevaran a cabo un ejercicio de autocrítica
sobre su propio papel en la crisis. El
mensaje del informe de 1998 sigue siendo
tan válido hoy como lo era hace una década;
sólo África podía, y puede, prescribir soluciones
a sus problemas.
Más estabilidad política
La última década ha sido testigo de importantes
mejoras en África. Con la aprobación
del acta constitutiva de la Unión Africana (UE)
y la creación de la Unión Africana y su comisión
en 2002, los líderes africanos han dotado
al continente de una institución capaz de responder
a los desafíos del siglo XXI. En enero
de 2009, la cumbre de la UA decidió transformar
la Comisión de la Unión Africana en
la Autoridad de la UA con un mandato ampliado
y una mayor capacidad para lograr el
objetivo de crear un continente más pacífico,
mejor gobernado y más integrado. Un hecho
significativo es que la UA ha reemplazado en
su acta constitutiva el principio de no injerencia
por el principio de no indiferencia, lo
que representa un cambio fundamental con
respecto al concepto de soberanía y la protección
de los derechos humanos.
El progreso en la estabilidad política de África
desde finales de 1990 es el resultado de los
esfuerzos por afianzar los principios de gobernabilidad
democrática, fomentar el pluralismo
político y fortalecer el papel de los parlamentos
y la sociedad civil, promoviendo así una
mayor responsabilidad de los gobiernos. A finales
de los 90, 14 de los 53 estados africanos
estaban inmersos en conflictos. Actualmente,
sólo cuatro, aunque muchos estados siguen
siendo institucionalmente débiles e incapaces
de servir de fuente de seguridad y prosperidad
para sus ciudadanos. La corrupción sigue siendo
un problema importante. Su capacidad de
penetración hace difícil la gestión de los recursos
públicos y obstaculiza la inversión productiva
y la prestación de servicios.
El cambio de la “no injerencia” por la “no indiferencia”
en el acta constitutiva de la UA es un importante
espaldarazo a los derechos humanos
A pesar de estos logros, las amenazas contra
la paz, la seguridad y el bienestar de las poblaciones
son todavía múltiples. La situación humanitaria
de grandes sectores de la población
se ha deteriorado en los últimos años debido
a los conflictos armados, los desplazamientos
forzados, el acceso limitado a las poblaciones
vulnerables y los lentos avances en la lucha
contra la pobreza. Hoy hay 2.100.000 refugiados
en África y 11.600.000 desplazados internos.
Los civiles, especialmente las mujeres y los
niños, siguen siendo intencionadamente atacados,
sujetos a malos tratos o explotados por
las partes beligerantes, incluso por miembros
de las fuerzas de seguridad nacionales. Las
violaciones sistemáticas y la violencia sexual
contra las mujeres y los niños han evolucionado
en los conflictos de Darfur, el este de República
Democrática del Congo y Uganda del
norte como instrumento de escarmiento, de
control social o de castigo colectivo. Y aunque
los países del continente han ratificado masivamente
numerosos instrumentos de derechos
humanos y la Unión Africana ha desarrollado
una serie de convenciones para proteger y promover
los derechos de los pueblos, su falta de
cumplimiento real y la impunidad manifiesta
de quienes han cometido crímenes de lesa
humanidad, siguen siendo desafíos clave para
África y la comunidad internacional.