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Cosmos del Alma - PlanetaGEA

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ondas de pensamiento que atraviesan la totalidad, y que la totalidad, el Todo-lo-que-es, se reconoce a<br />

sí misma como un mar interminable de vibración y frecuencia infinitas.<br />

Habéis creído siempre en un Padre divino de forma humana, porque el término «a nuestra imagen»<br />

se ha malinterpretado desde las primeras lecturas de los textos sagrados. En muchas culturas y a lo<br />

largo <strong>del</strong> tiempo, los adeptos de la Sabiduría Secreta os han enseñado el significado <strong>del</strong> axioma<br />

«como es arriba, es abajo», cuya representación en forma de diagrama es la estrella de seis puntas.<br />

Os hemos mostrado a Dios como la conciencia primaria que irradia desde el centro; nos referiremos a<br />

ese concepto como el «macrocosmos». Sugerimos que el microcosmos —la chispa de luz que<br />

constituye vuestro centro— también irradia por todo vuestro ser, el cual es un universo en todos sus<br />

aspectos tanto como lo es la totalidad macrocósmica.<br />

Este reflejo es lo que expresa «a imagen de Dios» en las palabras <strong>del</strong> texto sagrado.<br />

Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó.<br />

Leed más allá <strong>del</strong> significado obvio: que Dios creó a los hombres y a las mujeres. El significado<br />

esotérico de esta frase es mucho más profundo en cuanto a su alcance e intención, pues describe al<br />

Todo-lo-que-es, la totalidad, como el recipiente de ambos elementos <strong>del</strong> yang y el yin, tal como lo es<br />

el hombre (la conciencia manifestada).<br />

En el estudio de la sabiduría, se os orienta a eliminar el sexo de vuestra comprensión de la<br />

terminología de «masculino-femenino», y a reconocerla como el mo<strong>del</strong>o lingüístico de todos los polos<br />

opuestos que comprenden la realidad.<br />

Cada ser humano, por ende, es una unidad de conciencia electromagnética, yang-yin, masculinofemenino.<br />

Y los bendijo Dios con estas palabras:<br />

«Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces <strong>del</strong> mar y en ¡as<br />

aves <strong>del</strong> cielo y en todo animal que repta sobre la tierra.»<br />

Siguiendo la comparación de Dios como macrocosmos, y el hombre/mujer como microcosmos,<br />

sugerimos que el concepto de «henchir» la Tierra se refiere a infundir en la materia la luz de la<br />

conciencia —«sometedla»—, y que uno debe iluminar el ser inferior o denso para que el humano (el<br />

aspecto microcósmico de la esencia divina) regrese a la Fuente.<br />

Es el dominio sobre el yo animal, ésa es la tarea que Dios (el macrocosmos) le pide al hombre (el<br />

microcosmos).<br />

La alusión a la supremacía <strong>del</strong> hombre sobre los arquetipos animales <strong>del</strong> mar, aire y tierra («las<br />

aguas, el cielo y lo seco») tiene dos aspectos: primero, que el propósito <strong>del</strong> hombre como co-creador<br />

es trascender el yo animal, y segundo, que al infundir luz en los elementos de la materia a nivel<br />

celular logra ese propósito.<br />

Dijo Dios:<br />

«Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la faz de toda la tierra, así como todo<br />

árbol que lleva fruto de semilla; os servirá de alimento.»<br />

Aquí, en el sexto día <strong>del</strong> Génesis, se os concede la clave para el cumplimiento de ese cometido, el<br />

despertar <strong>del</strong> cuerpo de luz: la ascensión desde la densidad de la materia («la tierra» <strong>del</strong> cuerpo<br />

físico) hasta la luz. En enseñanzas anteriores, os hemos mostrado que ese proceso requiere llevar luz<br />

a las células de vuestro cuerpo, pues cada célula es un universo en sí mismo, una esencia divina por<br />

derecho propio.<br />

También lo es la semilla, la fuerza divina y centro <strong>del</strong> fruto, el centro radiante de su universo.<br />

Allí yace oculto el gran secreto de la fuerza vital y el fuego creativo que se encuentra en la semilla, y<br />

debería ofreceros claridad en cuanto a su potencia como fuente alimenticia.<br />

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