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Cosmos del Alma - PlanetaGEA

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energías. Los maestros están haciéndose presentes, y vosotros estáis escuchando. Más aún, estáis<br />

oyendo.<br />

No obstante, sigue en vigencia la política de control mental, al igual que en los tiempos atlantes de<br />

dominación absoluta y en las horas plagadas de terror de la Edad Media. Es el método lo que ha<br />

cambiado, pues en éstos, vuestros tiempos modernos, la mayoría de vosotros verdaderamente creéis<br />

que sois seres libres, protegidos por los preceptos fundamentales de la democracia: el gobierno «por<br />

el pueblo».<br />

Esta estructura socioeconómica se ha posicionado a sí misma como el polo opuesto <strong>del</strong> comunismo, y<br />

sus mismos cimientos dependen de vuestra creencia en la libertad de expresión, la libertad de<br />

pensamiento y otros cánones ilusorios de vuestras declaraciones de independencia. Sin embargo,<br />

mientras os inducen a la autocomplacencia con vuestra visión de que sois personas libres, os<br />

manipulan y explotan sutilmente, y os tratan como si fueseis una mente en masa. Os controlan<br />

subliminalmente por medio de la publicidad, la programación, las frecuencias inaudibles de sonido y<br />

muchas otras tecnologías encubiertas cuya aplicación le garantiza a la Autoridad vuestras reacciones<br />

emocionales predeterminadas.<br />

Os lo hemos dicho: el Poder os considera un rebaño de ovejas inconscientes, al cual arrea por el valle<br />

de las posibilidades hasta las tierras seguras <strong>del</strong> pensamiento impuesto, donde sois inducidos a<br />

rechazar y ridiculizar aquello que existe fuera de los límites de lo convencional, y a honrar y defender<br />

todo lo que entra en la categoría <strong>del</strong> dogma, como si esos principios fuesen los vuestros; como si<br />

vuestra propia identidad dependiese de adherirse a ellos.<br />

Para aquellos que están fuera de vuestro reino es fascinante observar cómo vosotros, los que<br />

despertáis, os abrís ante la realidad de la vida que trasciende los límites, y cómo estáis empezando a<br />

abrazar las teorías más controvertidas de vuestra existencia, incluso si las masas siguen aferrándose<br />

a lo convencional por miedo a lo desconocido; un miedo, debéis entender, provocado<br />

<strong>del</strong>iberadamente.<br />

Cuando tenéis miedo, dais vuelta la espalda; os negáis a mirar; os sumergís en la ignorancia. Por ese<br />

motivo os tienen sujetos al miedo como raza. Quienes ostentan el Poder quieren que no veáis, que os<br />

distraigáis con elucubraciones absurdas para que ellos puedan dedicarse a sus asuntos, libres de<br />

vuestro escrutinio y cuestionamiento.<br />

Esta es la estrategia de fondo que secunda la tecnología de los dispositivos adormecedores: las<br />

máquinas holográficas, Internet y los juegos electrónicos para niños. Mientras os paralizáis frente a<br />

estos instrumentos, hipnotizados en la inercia de las masas, u os distraéis mediante la estimulación<br />

de vuestro yo animal, ellos andan de paseo por el cosmos. Tienen mucho trabajo en la superficie de<br />

la Luna y ahora están iniciando sus invasiones preliminares a Marte, donde las primeras misiones se<br />

dedican a eliminar toda evidencia de la «ciudad» para que dejéis de fastidiarlos con vuestra<br />

fascinación por cosas que para ellos no son de vuestra incumbencia.<br />

De no haber sido por las valientes investigaciones <strong>del</strong> adepto Hoagland, puede que nunca hubieseis<br />

tenido el privilegio de ser testigos de las maravillas arqueológicas de Marte, prueba indiscutible de<br />

civilizaciones pasadas y la clave de vuestros propios misterios en Giza y en la Triangulación de<br />

Inglaterra. No pasará mucho tiempo antes de que esos monumentos sean eliminados, y él, así como<br />

otros que le precedieron, habrán de ver la brillantez de sus descubrimientos arrojada a las sombras<br />

<strong>del</strong> ridículo y la incredulidad.<br />

Estad atentos.<br />

La obra de los grandes humanistas, los buscadores de los monumentales indicios de la existencia que<br />

preparan a la humanidad para sus saltos gigantescos, ha sido desacreditada, destruida o enterrada<br />

con demasiada frecuencia por aquellos que os dejarán estancados a fin de que ellos puedan avanzar<br />

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