Cosmos del Alma - PlanetaGEA
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El Uno es el número <strong>del</strong> Creador Original. Es el iniciador, el impulso, la vibración primaria. En vuestros<br />
escritos antiguos, en los jeroglíficos y en los rituales sagrados de los pueblos indígenas, la<br />
representación bidimensional <strong>del</strong> universo aparece constantemente como el círculo cuyo «límite» es<br />
equidistante a un punto central: la conciencia primaria a partir de la cual se ha creado o definido ese<br />
mismo círculo o universo.<br />
Desde el mándala trascendente de las religiones orientales, los indios americanos y otros pueblos<br />
indígenas, hasta la estéril mecánica <strong>del</strong> compás, el punto central es esa primera experiencia<br />
necesaria de lo que puede definirse como una circunferencia. Es la semilla de la conciencia en<br />
expansión, la esencia divina de luz radiante.<br />
Considerad los elementos específicos <strong>del</strong> significado oculto o intercalado en este pasaje, el primer día<br />
<strong>del</strong> Génesis, en tanto que representan las cualidades vibratorias de la física cuántica, <strong>del</strong> número y de<br />
la forma:<br />
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima <strong>del</strong><br />
abismo...<br />
Se sobrentiende que Dios (la conciencia) es el que crea e impregna todas las cosas, incluyendo la<br />
«oscuridad», que siempre os han enseñado a temer y negar.<br />
... y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.<br />
Para describir la conciencia, el creador de todas las realidades, se la asocia con el movimiento de las<br />
ondas, una expresión de la energía experimentada en los océanos, principalmente en la superficie.<br />
Por lo tanto, se sobreentiende que el pensamiento —las emanaciones de la conciencia— se mueve<br />
en ondas, y ésta es una clave acerca de la teoría cuántica de la mecánica vibratoria.<br />
Dijo Dios:<br />
«Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó<br />
Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche».<br />
En esta etapa se introducen las ondas de luz y de sonido. Dado que son «pronunciadas» por Dios,<br />
ellas también son emanaciones de la conciencia. Por lo tanto, las ondas de sonido y de luz son<br />
proyecciones de la conciencia: el «primer motor» de todo aquello que compone el universo.<br />
El segundo día<br />
Por medio de los elementos gráficos <strong>del</strong> círculo se os muestra que Dios puede ser descrito como<br />
conciencia que irradia desde el centro hacia fuera. De modo que si Dios se ve como «masculino» en<br />
vuestra historia religiosa y en la Sabiduría Secreta, ello se atribuye al hecho de que dicha fuerza de<br />
movimiento radiante es activa, el proceso yang.<br />
Tened cuidado de no confundir estas energías con la diferenciación de sexo, pues lo masculino y lo<br />
femenino son los arquetipos absolutos de toda la existencia. Os vendría bien hacer las paces en esa<br />
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