Cosmos del Alma - PlanetaGEA
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exuberantes, están siendo arrasados; las aguas, envenenadas; y a medida que este cáncer crece,<br />
sofoca la vida <strong>del</strong> cuerpo de Gaia consumiendo todo a su paso.<br />
No obstante, la naturaleza, como conciencia divina, se adapta, y ahora estáis experimentando el<br />
fenómeno de una súbita y drástica disminución de la cantidad de esperma en la especie masculina en<br />
todos los rincones <strong>del</strong> planeta. Es la manera que tiene la naturaleza de enmendar el desequilibrio.<br />
Un exceso de seres que necesitan agua, comida y espacio está consumiendo los recursos de Gaia en<br />
demasía, originando devastadores desperdicios y escasez.<br />
¿Por qué creéis que se creó el virus <strong>del</strong> sida? Un virus menos violento fue reestructurado<br />
genéticamente en un laboratorio, y la idea diabólica de que conjuntamente se haya fabricado el<br />
antídoto es, en efecto, una realidad, aunque la cura se hizo inservible debido a la mutación. Como en<br />
el caso de la mayoría de los virus, las variedades mutantes son más mortíferas, más devastadoras y<br />
son resistentes al antídoto principal, de modo que ahora el virus está completamente fuera de control.<br />
El virus <strong>del</strong> sida y otros que ahora se están preparando en vuestros laboratorios subterráneos son,<br />
simplemente, tecnologías de control de la población diseñadas para restablecer el equilibrio de la<br />
cantidad de cuerpos en vuestro planeta.<br />
Si podéis ver más allá <strong>del</strong> horror de semejante genocidio a gran escala, puede que entendáis el<br />
asunto de mayor alcance. Dado que el hombre ha alterado el equilibrio y la población está<br />
desquiciada, tenía que suscitarse alguna catástrofe de grandes proporciones para reducir<br />
drásticamente el número de habitantes, y los gobiernos <strong>del</strong> mundo entienden esto.<br />
Como la medicina, las condiciones de vida, y las fuentes alimenticias han prolongado<br />
considerablemente la longevidad (mientras el control de la natalidad sigue estando prohibido por la<br />
mayoría de las religiones, y es desconocido en muchos países <strong>del</strong> Tercer Mundo), tenéis la situación<br />
inconcebible de seis mil millones de seres humanos que se multiplicará hasta llegar a veinte mil<br />
millones en un período de veinte años.<br />
Si la Madre no puede sustentar la carga que ahora tiene, mucho menos el triple, y esto se refleja en<br />
sus erupciones y su violenta rebelión de terremotos, volcanes y mares arrasadores. Ella os está<br />
quitando de encima, como un semental enjaezado que se rebela contra el peso de su futuro amo.<br />
El crecimiento descontrolado consume todo a su paso, una razón más de por qué los gobiernos de la<br />
Tierra originan las guerras, las armas biológicas y las hambrunas. La muerte es esencial para la vida.<br />
Ésta es la paradoja que parece escapársele a la humanidad. Os aferráis a vuestra realidad física<br />
porque aún no habéis entendido vuestra inmortalidad y, revestidos de vuestra ignorancia, de vuestra<br />
noble intención de salvar la vida humana a toda costa, estáis matando a los animales, las aguas y las<br />
riquezas de la reserva biológica de Gaia. Estáis succionando su rico petróleo, desgarrando su centro<br />
mineral y asfixiándola con vuestros desperdicios.<br />
¡Y esto se hace en nombre <strong>del</strong> «respeto por la vida»!<br />
En una época, cuando la población de la Tierra estaba en armonía con el resto <strong>del</strong> planeta, los ríos<br />
fluían daros y brillantes, sus jardines, exuberantes, llenaban de oxígeno vuestros pulmones y la<br />
humanidad prosperaba. Pero es el hombre quien ha destruido el equilibrio y a pesar de la advertencia,<br />
continúa violando despiadadamente a Gaia, por lo cual, a no ser que os unáis y os movilicéis<br />
rápidamente para salvarla —para elevar su vibración—, será Gaia misma, y sólo ella, quién rectifique<br />
la desarmonía.<br />
Podéis descansar más a gusto sabiendo que en la perfección de Todo-lo-que-es y en la progresión<br />
eterna de la existencia, todas las cosas, finalmente, se resuelven en favor <strong>del</strong> propósito más elevado.<br />
No obstante, cada unidad microscópica interviene en el desarrollo <strong>del</strong> proceso.<br />
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