Tres Tratados (pdf)
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correctamente en las obras antiguas, lo que no dejamos de reconocer y señalar siempre<br />
que es preciso o conveniente, sin negar a cada autor la originalidad que le corresponde.<br />
Sin embargo, no nos expresamos nunca de ese modo más que cuando hablamos de los<br />
métodos de la Medicina natural, en la que vosotros pretendéis con notoria insolencia<br />
ser considerados como sabios eminentes. Y os digo que ya que insistís en rechazar con<br />
tanta arrogancia los conocimientos de las otras cuatro sectas, debo admitir que lo<br />
hacéis así, sencillamente, porque no los habéis estudiado ni comprendido.<br />
A pesar de lo que afirmáis, os diré también que Hipócrates ha estado mucho más<br />
cerca de la secta espiritualista que de la Medicina natural, por más que no haya hecho<br />
mención de tales diferencias en sus escritos; que Galeno obró mucho más de acuerdo<br />
en general con la Medicina caracterológica y con los presagios que con la Medicina<br />
natural, y que otro tanto puede referirse de igual modo a muchos otros autores.<br />
Igualmente os diré que si bien es cierto que los Secretos, Misterios y Fuerzas<br />
sobrenaturales (Facultates) pueden ser considerados a justo título como “Magnalia<br />
artis”, en la mayoría de los casos permanecen ocultos o escondidos (su pprimuntur),<br />
por lo que convendrá ir a su busca por vías más lentas (via Ion gationis) y más seguras,<br />
que nos permitan contemplar, recorrer, repasar y comparar nuestras observaciones con<br />
todo detenimiento.<br />
PROLOGO SEGUNDO<br />
(Sobre las “formas clínicas”)<br />
En este Paréntesis vamos a explicaros los fundamentos universales de la ciencia<br />
médica, que podéis reconocer lo mismo en Avicena y en Rasis que en Averroes,<br />
Hipócrates o Galeno.<br />
Todas las cosas comprendidas aquí deben en efecto tenerse en cuenta, ya que son<br />
igual de necesarias en la teoría que en la práctica para el conocimiento de todos los<br />
males y de sus correspondientes tratamientos, tanto si sois médicos como cirujanos.<br />
Explicaremos ahora brevemente el contenido de este Paréntesis. En él vamos a<br />
ocupamos de las Entidades (Ens) como orígenes engendradores de todas las<br />
enfermedades, separadas en los cinco grupos clásicos, desde cada uno de los cuales<br />
pueden producirse todos los males pasados, presentes o futuros.<br />
Os convendrá mucho, en efecto, médicos que me leáis o escuchéis, prestar una gran<br />
atención a estas cinco entidades y no creer que todos los males provienen de un solo<br />
origen. Un ejemplo aclarará lo que acabo de decir: supongamos el caso de la peste y<br />
preguntémonos de dónde proviene. Los adictos a la Medicina natural me diréis que de<br />
la disolución de la Naturaleza; los afiliados con los astrónomos preferiréis considerarla<br />
como consecuencia del movimiento del cielo y del curso de los astros. ¿Cuál de los dos<br />
estará en lo cierto? Pues yo digo que los dos y que cada cual lleva su parte de razón, e<br />
incluso que hay además otras razones, ya que la Naturaleza es una Entidad y los Astros<br />
otra Entidad... etc. Debe saberse que existen cinco pestes, no distintas por sus géneros,<br />
esencias, formas o especies, sino por los orígenes de donde provienen. Diremos por lo<br />
tanto, para terminar, que nuestro cuerpo está sometido (subjectum) a cinco entidades,<br />
cada una de las cuales posee en potencia todas las enfermedades. Y que deberán<br />
considerarse cinco hidropesías, cinco ictericias, cinco fiebres, cinco chancros y así<br />
sucesivamente.<br />
PROLOGO TERCERO<br />
(Naturaleza de las Entidades)