10.05.2013 Views

Tres Tratados (pdf)

Tres Tratados (pdf)

Tres Tratados (pdf)

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

23<br />

La quinta Entidad que puede afectarnos, no obstante nos sean favorables las otras<br />

cuatro y a pesar y por encima de ellas, es la Entidad de Dios (Ens Dei); Entidad que<br />

debemos considerar con la mayor atención y antes que toda otra cosa, pues en ella está<br />

la razón de todas las enfermedades.<br />

Observad pues, en fin, que de acuerdo con esto y según lo que repetidamente hemos<br />

venido explicando, todos los males provienen de cinco Entidades o Principios<br />

diferentes y no de una sola Entidad, corno sin ningún fundamento y con notorio error<br />

habéis sostenido.<br />

PROLOGO QUINTO<br />

(Razón de la especificidad de los remedios)<br />

El asombro ante los resultados proviene siempre de ignorancia o de impericia. No<br />

debe haber pues razón para que os asombréis ante este prólogo. Si a pesar de esto<br />

gustáis de asombraros, podéis perfectamente pasar por alto este paréntesis. No<br />

tememos vuestra pluma, por más que en varias ocasiones la hayáis usado en contra<br />

nuestra.<br />

Es cierto que habéis contado siempre con toda especie de medicamentos y recetas<br />

(recepta) contra las fiebres, compuestas con la mayor habilidad, a pesar de lo cual no<br />

es menor el temor que os produce pensar que acaso no os sirvan para nada o que sus<br />

efectos puedan ser contraproducentes, ya que si consideráis sus fundamentos, podéis<br />

daros cuenta de vuestra ignorancia, pues realmente habéis estado atentos a otra cosa de<br />

la que verdaderamente deberíais haber considerado.<br />

Entendéis acerca de setenta clases de fiebres cuando verdaderamente existen cinco<br />

veces ese número. Ello ocurre porque vosotros sólo dirigís vuestro espíritu y vuestra<br />

inteligencia hacia la Entidad Natural, única que habéis adoptado. Si sólo existiera esa<br />

Entidad vuestra actitud y vuestras afirmaciones serían lógicas; el que no lo sean<br />

proviene de que no os ocupáis más que de la enfermedad, lo que os lleva una y otra vez<br />

al error. Del mismo modo, si fuerais más honestos con vosotros mismos, reconoceríais<br />

que en más de una ocasión os habéis quedado sin saber si vuestros enfermos<br />

febricitantes han curado por los medicamentos que les administrasteis o bien a pesar de<br />

ellos. En cuanto a mí, puedo deciros que si el febricitante ha sido abrasado (inflamatus<br />

est) por el astro, sólo él y nadie más que él será capaz de matarlo o de devolverle la salud<br />

(restituitur).<br />

No es serio que déis los medicamentos de manera fantástica, haciendo beber al<br />

enfermo una farmacia entera, pues según se demuestra en el tratado de la Entidad<br />

Astral, ello será de dudosa eficacia para el enfermo, aparte de resultar un negocio<br />

deplorable para vosotros mismos.<br />

Cuidad pues que las Entidades no os sean desconocidas ni extrañas, a fin de que<br />

podáis comprender todo cuanto hagáis y que ello acaba siendo útil y no perjudicial para<br />

vuestros enfermos.<br />

Acabo de exponeros esta teoría dentro de unos límites estrictamente físicos para que<br />

la comprendáis, ya que únicamente sois capaces de alcanzar los significados de la<br />

Entidad Natural, por más que sospeche que en este punto confundís y mezcláis todo<br />

lamentablemente. Ello explicaría en fin vuestra incapacidad para distinguir los diversos<br />

medicamentos que hay que escoger, así como el cuándo y cómo de su administración.<br />

PROLOGO SEXTO<br />

(Donde Paracelso se previene de que lo consideren como hereje)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!