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taba y la expoliaba, minando su tranquilidad hasta dejar de estar entre las artistas más persuasivas y versátiles,<br />
de cuantas formaban la constelación de las variedades.<br />
¡Ladrón… ladrón…!<br />
No mereces otro nombre<br />
¿dónde empeñaste, mal hombre,<br />
los pendientes y el mantón?<br />
No se repuso la bella perchelera de aquella derrota sentimental, y sumida en una profunda melancolía<br />
se refugió en Málaga, falleciendo por la tarde, mientras preparaba el café con el que pretendía<br />
obsequiar a unas amigas, tras sentirse indispuesta repentinamente en la cocina de su casa.<br />
Candelaria Medina Briones, prima hermana de Anita Delgado Briones, conoció en Madrid la<br />
buena suerte que sonreía a su prima, protagonista de un cuento de hadas, dejando de ser Camelia, para<br />
convertirse en princesa de Kapurthala, abandonando las actuaciones junto a su hermana Victoria como<br />
teloneras apodadas `Las Camelias` que en plena adolescencia veían muy cercano el éxito, hasta encontrarse<br />
en su camino a su alteza el Maharajá de Kapurthala, invitado a la boda de Alfonso XIII en Madrid,<br />
que encandilado por la hermosura de Anita, la más joven de las dos Camelias apreciadísimas por el<br />
público del Kursaal, se enamoró de ella deshaciendo el dúo de bayaderas malagueñas para convertirla en<br />
su esposa oficial con palacio exclusivo, séquito, servidumbre y generosa disponibilidad económica.<br />
Candelaria Medina<br />
Raquel Meller<br />
Fue el cuplé un espectáculo de mujeres, destinado a los espectadores del género masculino, por<br />
lo que a partir de los años cuarenta del pasado siglo XX va perdiendo espacio en beneficio de un nuevo<br />
género músico-teatral; es la copla que nace como espectáculo mixto, con público de ambos sexos, que<br />
exalta los valores tradicionales de la España popular, profunda, taurina y costumbrista, apareciendo en<br />
escena Concha Piquer, Juanita Reina o Marifé de Triana de estrellato incuestionable, junto a otras muchas<br />
y con cabida para artistas varones de gran talla como Miguel de Molina, Juanito Valderrama, Antonio<br />
Molina o <strong>El</strong> Príncipe Gitano, que recorren España formando compañías, e inundan los cines con<br />
películas folclórico-patrióticas de imborrable memoria y emparejando en las pantallas a Lola Flores con<br />
Manolo Caracol o a Imperio Argentina con Miguel Ligero.<br />
Ni Juan de Orduña y otros, ni Sara Montiel y otras, consiguieron reencumbrar el cuplé, a pesar<br />
de habernos legado unas pocas películas de incomparable belleza artística, auténticas antologías de un<br />
género que ya es recuerdo.<br />
*Nota: Con mi agradecimiento a Sergio del Río Mapelli y Joaquín Millán Molina en cuyos archivos he<br />
completado esta historia.<br />
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