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Al servicio<br />
de las personas<br />
y las naciones<br />
CUENTO C<br />
El gorrión con la lengua cortada<br />
HACE MUCHO TIEMPO, en un país lejano, vivía una anciana con su esposo a<br />
la orilla del bosque. El anciano era un hombre de buen corazón y tenía un<br />
gorrión como mascota con el que solía jugar todos los días; le daba de<br />
comer de su propio plato y le cantaba canciones.<br />
La esposa, por su parte, lo reñía constantemente por el animalito:<br />
“Hace ruido, come demasiado, ensucia la casa”. Esto no era verdad, pero la<br />
anciana se quejaba de todo.<br />
Un día, el anciano se fue a trabajar en sus tierras. La mujer,<br />
mientras tanto, se ocupó en sus tareas. En la cocina preparó almidón para la<br />
ropa y, al regresar del tendedero, se dio cuenta de que el almidón había<br />
desaparecido. Se enojó mucho y empezó a quejarse. Al oírla, el gorrión voló<br />
hacia ella y, extendiendo sus alas, se inclinó y le dijo: “Perdón… Me comí<br />
el almidón, pensé que era para mí”.<br />
La anciana se enfureció al oír esto y exclamó: “¡Tú te comes todo<br />
lo que hay en esta casa!”. Y, en un ataque de rabia, pescó al gorrión con una<br />
mano, tomó unas tijeras con la otra, y le cortó la lengua al pájaro,<br />
diciéndole: “¡A ver qué tanto comes ahora!”. El pobre gorrión voló,<br />
quejándose de dolor.<br />
Esa noche, cuando el anciano regresó a casa, notó que el gorrión no<br />
salió a recibirlo ni acudió a sus llamados. La esposa comentó: “Ha de<br />
haberse marchado, el desagradecido, después de lo bondadoso que fuiste<br />
con él”. Como el hombre dudó de estas palabras, le hizo muchas preguntas<br />
hasta que al fin ella confesó lo que había pasado.<br />
“¡No!”, exclamó el anciano horrorizado. “¡Le cortaste la lengua!”<br />
Tuvo el impulso de salir corriendo a buscar al pajarito pero, como era de<br />
noche, supo que no lo encontraría en la oscuridad. Así que esperó a la<br />
mañana. En cuanto amaneció, corrió hacia el bosque llamando y silbando al<br />
gorrión. Unos minutos más tarde, apareció volando el pajarito. El hombre le<br />
pidió mil disculpas por el daño que le había hecho su esposa y le preguntó si<br />
necesitaba ayuda.<br />
El gorrión sonrió y contestó: “No te preocupes”. Entonces el<br />
anciano se dio cuenta de que el pajarito tenía una lengua nueva. Éste invitó<br />
amablemente al anciano a su casa del bosque. El hombre siguió al ave hasta<br />
lo más oscuro de la arboleda, donde apareció ante sus ojos la casa más bella<br />
que jamás en su vida hubiera visto. En ese momento el anciano descubrió<br />
que su mascota no era un gorrión sino, en realidad, una hada.<br />
El gorrión-hada le presentó a toda su familia y le sirvieron una<br />
comida exquisita. Las hijas del ave bailaron y tocaron música y el anciano<br />
estaba tan contento que no se dio cuenta de que ya había anochecido.<br />
“¡Ay!”, exclamó, “debo regresar a mi casa”. Se puso de pie, hizo una<br />
reverencia y les agradeció a todos su hospitalidad.<br />
El gorrión trajo entonces dos cajas, una grande y otra pequeña, y le<br />
dijo al anciano: “Escoge una como regalo”. Como no podía rehusarse, tomó<br />
la cajita y se apresuró a regresar.<br />
Organización<br />
de las Naciones Unidas<br />
para la Educación,<br />
la Ciencia y la Cultura<br />
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