You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
30<br />
Ausentes<br />
de corpo e alma<br />
misturam o seu ao nosso riso<br />
se de fato<br />
quando vivos<br />
acharam a mesma graça<br />
Es perceptible la economía de recursos, algún<br />
paralelismo, alguna consonancia, un repertorio<br />
pequeño y preciso de referencias<br />
para impregnar a los vivos de los muertos. Es<br />
toda una lección de concentración para<br />
muchos que imaginan que para ser conciso<br />
bastaría con escribir poco, o dejar todo suelto<br />
esperando que lean todo eso como un aspecto<br />
sugestivo de la poesía. Gullar permanece fiel<br />
al corte claro de su poesía, que ahora también<br />
se combina con el silencio, entendido<br />
aquí como menos movimiento, menos estridencia.<br />
No discuto aquí —aunque los aspectos que<br />
mencionaré tengan una notoria relevancia en<br />
un retrato completo del autor— la crítica de<br />
arte de Gullar, de lo más interesante y que<br />
abordó artistas brasileños de un periodo reciente,<br />
y fundamentales, como Iberê Camargo<br />
y Siron Franco; ni su teatro, su escritura periodística<br />
o las crónicas a las que se viene dedicando últimamente (y ésta es la parte<br />
más floja de su obra, junto con la propaganda de su disgusto por unos libros<br />
imprescindibles como la Commedia de Dante o el Ulisses de Joyce, que denomina<br />
peyorativamente “cerebral”). Me parece que su poesía, amén de ser la parte más<br />
importante de lo que escribió, constituye también uno de lo núcleos que<br />
definieron uno de los modos de leer y escribir poesía en Brasil, incluyendo en esto<br />
cierta división, más de política cultural que efectivamente de fondo, que opuso a los<br />
hermanos Haroldo y Augusto de Campos (y sus seguidores) en São Paulo, y el propio<br />
Gullar (y sus seguidores) en Río de Janeiro.<br />
Hoy esto se esfuma saludablemente, permitiendo una mayor libertad en la<br />
comprensión de las obras de ambas tendencias, sin nuevas afiliaciones necesarias a<br />
un grupo o al otro. Más bien, es probable que el real reconocimiento del valor<br />
específico de cada uno de los autores que, como Gullar, estaban en el ojo del<br />
huracán de la segunda edición vanguardista del siglo XX, encuentre una posibilidad<br />
de lectura más amplia, más oxigenada. Es al menos lo que percibo como poeta y<br />
como lector interesado de poesía. <br />
alforja 40 | primavera 2007<br />
ELEUDA DE CARVALHO<br />
Sucio, seco, terrenal<br />
ENTREVISTA CON FERREIRA GULLAR<br />
Para celebrar los tres decenios de la publicación de Poema sucio, la editorial José<br />
Olympio lanzó una edición conmemorativa que incluye, además del texto de<br />
presentación del propio autor y del prefacio de Alcides Villa Villaça (“Delante<br />
de un poema, nunca estamos solos”), un CD con la lectura original de Ferreira Gullar,<br />
aquella hecha en una cinta de cassete, en 1975, en casa del dramaturgo y amigo Augusto<br />
Boal, en Buenos Aires, Argentina, cuando todo parecía una noche sin fin sobre<br />
América del Sur. El amanecer era todavía un sueño distante. Sobre “la ciudad sucia /<br />
de mucho dolor en voz baja”, de “tanta gente humillada / comiendo poco / y aún así<br />
bordando flores / en sus toallas de mesa”.<br />
El poeta marañense accedió a hablar especialmente sobre Poema sujo (Poema sucio)<br />
y otras producciones en el campo del periodismo, literatura, dramaturgia, entre<br />
otras facetas de su trayectoria. Respuestas breves e incisivas. Directo. A veces, seco.<br />
Pero abriendo espacio también para la ternura. Es posible hasta imaginarlo con una<br />
sonrisa para escribir a los amigos, como el cantor y socio cearense Raimundo Fagner.<br />
<br />
Usted escribe el Poema sucio en otro cielo, distante. Habla de San Luis, de Alcántara.<br />
De la ciudad y, aún más, especialmente de las personas. Y el poema llegó a Brasil del<br />
extranjero, en su propia voz, en una cinta magnetofónica. ¿Cómo fue el génesis?<br />
¿Cómo surgió la primera idea, la primera palabra?<br />
Pasé una noche planeando comenzar el poema por la mañana. Cuando me senté<br />
en la máquina, no veía nada. Entonces comencé a escribir palabras que no querían<br />
decir nada: “turbio, turbio, turbio…”.<br />
f e r r e i r a g u l l a r 31