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16 Jung Chang, Cisnes salvajes.<br />
Tres hijas de China,<br />
Circe Bolsillo, Barcelona,<br />
2ª ed., 2005 [1ª ed., 1994]<br />
p. 277.<br />
58<br />
mentos de prisioneros políticos en trabajos forzados. “Salió de los<br />
barracones ‘deshecho en lágrimas’. Pero, en el Libro de visitas elogió a<br />
‘los incansables centinelas de la Revolución’, capaces de ser al mismo<br />
tiempo notables y audaces creadores de cultura” (ibid.: p. 240). Sus<br />
opiniones se conocieron en todo el mundo. Se tiene registro de que<br />
el niño de catorce años con quien Gorki sostuvo una conversación<br />
fue fusilado inmediatamente después de la partida del escritor.<br />
[…] pero Gorki andaba a ciegas, dando traspiés, con el corazón en un<br />
puño. […] Empeñó su alma y luego quiso recuperarla.<br />
[…] Gorki, pues, estaba tratando de recuperar su integridad. Pero, ¿por<br />
qué la perdió? Solzhenitsyn no se muerde la lengua: “[…] el interés<br />
material. […] Y Stalin lo mató sin ningún fin concreto, por exceso de<br />
cautela: Gorki también habría entonado himnos de alabanza a 1937”<br />
(ibid.: p. 243).<br />
Matices múltiples marcan las diferencias entre las experiencias revolucionarias<br />
de otros espacios y tiempos, no obstante… se puede<br />
observar, en el caso de la versión china del totalitarismo, muchos<br />
procesos semejantes que<br />
resaltan también la tragedia de<br />
los individuos del siglo XX, de la<br />
obra escrita y sus lectores:<br />
Esta vez, Mao había estado<br />
presente y se había salido con<br />
la suya gracias a la complicidad<br />
de Zhou Enlai. El presidente<br />
anuló la resolución de<br />
febrero [1966] y declaró que<br />
todos los intelectuales<br />
disidentes y sus ideas debían<br />
ser eliminados. […] la<br />
ingente revolución cultural<br />
fue oficialmente desencadenada.<br />
Subrayó el hecho de<br />
que eran precisamente funcionarios<br />
del Partido<br />
Comunista quienes habían<br />
protegido a esos mismos intelectuales<br />
disidentes y a otros<br />
enemigos de clase.<br />
¿Quiénes eran exactamente<br />
estos “seguidores del capitalismo”?<br />
Ni siquiera el propio<br />
Mao estaba seguro de ello. Sí<br />
alforja 40 | primavera 2007<br />
sabía que quería sustituir a la totalidad de los miembros del Comité del<br />
Partido en Pekín, y así lo hizo. 16<br />
Cisnes salvajes, de Jung Chang, va mucho más allá de los aspectos aquí<br />
planteados. Nos lleva a la memoria de tres generaciones de mujeres<br />
de China, impregnada de la historia común de sus contemporáneos,<br />
de fragmentos sutiles y trágicos tan característicos del siglo pasado<br />
que, sin embargo, no dejan de brotar en la piel y en el alma de<br />
quienes estuvieron involucrados voluntaria o involuntariamente; un<br />
texto que traspasa las fronteras de una lengua o una geografía. Nos<br />
penetra su espíritu del recuerdo del pasado común y de una vida, de<br />
un individuo. En el siglo XX de las revoluciones sociales, tecnológicas<br />
e informáticas, tal parece que no hubo tiempo para detenerse a ver a<br />
los individuos. Este hecho llevó a la tragedia de millones de seres<br />
humanos.<br />
Nos cuenta la autora:<br />
En respuesta a aquella incierta llamada, la Guardia Roja se lanzó a la<br />
calle en todas las poblaciones chinas para dar rienda suelta a su vandalismo,<br />
fanatismo e ignorancia. […] Se prendieron hogueras en las que<br />
ardían los libros. Muy pronto, casi todos los tesoros conservados en colecciones<br />
privadas resultaron destruidos. Numerosos escritores y artistas<br />
se suicidaron tras haber sido cruelmente apaleados, humillados y<br />
forzados a contemplar cómo su obra era reducida a cenizas […].<br />
A las acciones de la Guardia Roja, Mao respondió con un “¡muy bien<br />
hecho!”, y ordenó a la nación que los apoyara […].<br />
El país se vio asolado por una ola de palizas y torturas, la mayor parte<br />
de las cuales tenían lugar durante los saqueos domiciliarios […].<br />
En Pekín […] varios cines y teatros del centro fueron transformados<br />
en cámaras de tortura (ibid.: pp. 286-287).<br />
Probablemente la poesía se reconoce como “el único producto cultural<br />
que no tiene valor comercial. La novela es objeto de gran<br />
especulación por parte de los grandes grupos editoriales, pero el que<br />
la poesía no venda tanto es una garantía de independencia”. 17<br />
Es un hecho conocido que en la ex Unión Soviética fueron perseguidos<br />
tanto los escritores independientes como sus lectores. “El<br />
interés de uno al otro (no de todos al uno). La poesía es un asunto<br />
particular, la cuestión de vida de cada autor y cada lector”. 18<br />
El interés de este tipo de por sí es una gran rareza, se mide avaramente y<br />
tiene un precio enorme. Tal vez, incluso por eso el número de gente<br />
que gusta de la poesía y lee versos no es tan grande. Pero nunca eran<br />
muchos […] (idem).<br />
Después de la perestroika, las capas burocráticas que perdían el poder<br />
17 Arturo Mendoza,<br />
“Hans Magnus Enzensberger,<br />
En las revoluciones<br />
no caben los<br />
poetas”, Milenio, Cultura,<br />
6 de noviembre, 2003, p.<br />
42.<br />
18 Mijail Áisenberg, “Lugar<br />
de sombra”, Mirada<br />
sobre un artista libre,<br />
Gandalf, 1997 [en ruso].<br />
Este artículo fue escrito en<br />
m i s c e l á n e a 59