13.05.2013 Views

Amor de Viejo. - Bicentenario

Amor de Viejo. - Bicentenario

Amor de Viejo. - Bicentenario

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Pero fue usted a molestarse, don Facundo!<br />

—No diga usted, señora...<br />

—,Que resuelves por fin, Dorotea?<br />

—Pues mama, haz lo que tü quieras.<br />

—Entonces vIst.ete luego; no es justo que <strong>de</strong>jemos a<br />

don Facundo con sus gastos hechos.<br />

—Eso no importarla.<br />

—No, no: y aunque entendiera que ardla la casa durante<br />

nuestra ausencia, no por eso hablamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sairarle,<br />

,verdad, Dorotea?<br />

—Es cierto, mama; don Facundo, mostrándose iempre<br />

tan atento con nosotras, se ha hecho merecedor <strong>de</strong> toda<br />

nuestra estimación...<br />

Un rayo <strong>de</strong> alegrIa se <strong>de</strong>sprendió <strong>de</strong> las pupilas <strong>de</strong>l<br />

enamorado don Facundo, quien expresó su agra<strong>de</strong>cimiento<br />

en frases que se atropellaban unas con otras.<br />

Las dos señoras entraron a vestirse y una hora <strong>de</strong>spues<br />

aparecieron en la sala. Dorotea estaba tan hermosa<br />

corno nunca. Con su traje <strong>de</strong> muselina color <strong>de</strong> rosa, su<br />

sornbrerillo <strong>de</strong> paja, su banda roja y su chaleco <strong>de</strong> terciopelo<br />

negro con hotones <strong>de</strong> metal amarillo, aparecla más<br />

hermosa que Diana Cazadora, que la befla Elena y que las<br />

nueve Musas juntas.<br />

Cuando don Facundo La vio, y sobre todo, cuando se<br />

fijó en aquel talle tan tentador, sohrecogio al hombre un<br />

temblor tal en todo su cuerpo, que hizo que los dientes<br />

postizos se repicaran y que le saliera <strong>de</strong>l pecho tin ruidosIsimo<br />

suspiro. Se metieron al coche... don Facundo estuvo<br />

próximo a morirsp cuando sintió el calor y hasta el roce <strong>de</strong><br />

las pier nas <strong>de</strong> Dorotea cerca <strong>de</strong> las suyas.<br />

—Pero es que vamos a Tacubaya —observo ésta un<br />

momento <strong>de</strong>spués, sacando La cabeza por la ventanilla <strong>de</strong>l<br />

coche, para examinar el camino.<br />

Don Facundo se sonrió con aire <strong>de</strong> triunfo, y contestO:<br />

—Alli está la finquita.<br />

—En el mismo lugar que Hi dijiste te gustaha —exciamó<br />

dona Nicanora i m pi u<strong>de</strong>ntemen te.<br />

51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!