Amor de Viejo. - Bicentenario
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Ya no tenha libertad La infeliz <strong>de</strong> salir un momento a<br />
la ventana.<br />
—Ya daremos su merecido a ese pretendiente —murmuró<br />
don Facunclo, con uria leccioncita que yo le dé, buen<br />
cuidado tendra (le no volver a pasar por esta calle.<br />
Dorotea se sonrió con aire poco crédulo y don Facundo<br />
permaneció pensativo dur ante una hora madurando<br />
un proyecto que (lebja poner esa misma tar<strong>de</strong> en ejecución.<br />
En efecto, apenas empezal)a a anochecer, cuando el<br />
petirnetre se apareció como todos los dIas, se plantó a un<br />
lado <strong>de</strong> la ventana y estuvo esperando pacienternente a<br />
que se asomara la hermosa Dorotea. Ella, por curiosidad<br />
o porque le gustara ci trote <strong>de</strong>l macho, como dicen vulgarmente,<br />
salió radiante <strong>de</strong> belleza y se clavó <strong>de</strong> codos, apoyando<br />
la cabeza contra las rejas. El pretendiente entonces<br />
se acercO <strong>de</strong> puntillas y.con una carta en La mano.<br />
—Senorita, dijo.<br />
Dorotea no respondio.<br />
—Señorita —instO el galán—, yo ruego a usted que se<br />
digne recibir esta carta... <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> leerla, es usted libre<br />
<strong>de</strong> arrojarla al fuego o <strong>de</strong> hacer con ella lo que guste...<br />
Dorotea volvió al otro lado La cabeza.<br />
—Señorita, en nombre <strong>de</strong>l cielo...<br />
El petimetre no acabó Ia frase pues fue interrumpido<br />
bruscamente por un tercer personaje que apareció en la<br />
escena.<br />
Ese personaje no era otro que don Facundo, el cual<br />
fuerte con su amor, fuerte con su <strong>de</strong>recho, fuerte con un<br />
sólido bastón en la mano, hahIa hecho <strong>de</strong> tripas corazón y<br />
se lanzaba a una camorra...<br />
No usó <strong>de</strong> muchos miramientos para anunciarse, pues<br />
la primera noticia que tuvo <strong>de</strong> él el caballero <strong>de</strong> la yentana,<br />
fue la <strong>de</strong> recibir en la espalda un terrible bastonazo.<br />
Este, por su parte, no tenIa trazas <strong>de</strong>ser un espadachIn,<br />
lejos <strong>de</strong> eso, parecia el representante <strong>de</strong> Ia mansedumbre,<br />
pero como dicen que hasta un buey embiste<br />
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