tOOZ -vozuvlaa) - Hemeroteca Virtual de Betanzos

Los Soportales del Campo, antigua Rúa de los Herradores, en los años cuarenta del siglo pasado.
Era lógico que las autoridades de entonces, fueran conscientes de la importancia
del Campo de la Feria, en proporción a los ingresos que generaba por
derechos de portazgo o de la alcabala del viento, por ejemplo, amén de constituirse
en contribuyente en la parte que pertenecía a la feligresía de Bravío, corno
se ha visto, lo que no asumiría si produjera pérdidas y otras solapadas intenciones.
Esta rentabilidad contaba con otro valor añadido, la expectante ampliación
de la urbe, tema muy tenido en cuenta por las dificultades padecidas para traspasar
los límites del primer recinto, y construir la segunda muralla, último anillo
defensivo de la ciudad. Es indudable, que la fisonomía del entorno no era propicia
para mejores alternativas, entre otras razones por la problemática, difícilmente
salvable, que ofrecían los dos ríos y sus marismas, de impensable aprovechamiento
urbanístico en aquella época, como lo sería en la actual, sin los avances
tecnológicos y las consabidas subvenciones.
En la batalla de ganar espacios, la ofensiva pública se mostró certera y positiva
en esta primera etapa, en la que los esfuerzos se encaminaban a construir y,
todo lo contrario, en una segunda que vino a mermar o destruir la riqueza monumental
y arquitectónica forjada en la anterior, enmascarada con tintes de modernidad
tan decadentes como la propia sociedad. El antes y el después, cuentan
con siglos identificados, el XIX y el XX marcan la pauta ante todo desafuero y
lógica.
La Capilla de San Roque en los primeros años del siglo XX. Foto Francisco Martínez Santiso
(Archivo del autor).