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cuyo marco se desarrolla el palpitar triunfal del estío, elevado al paroxismo festivo
sobre la «Platea», que vibra de entusiasmo en las noches agosteñas, mágicas y
radiantes, con principio y fin cual la vida terrenal, aunque sempiternas de espíritu:
«Por eso, cada vez que se repiten esas fiestas todos los años, revive en nosotros el espíritu
que animaba á nuestros antepasados, y todavía constituimos con ellos el mismo pueblo con
los mismos sentimientos, con las mismas creencias y con las mismas aspiraciones».
(Manuel Martínez Santiso).
Las fiestas patronales", eminentemente sanroqueñas, se celebran desde tiempo
inmemorial, con una tradición que se remonta a los primeros años del siglo ,
XV. Nacieron de la espontaneidad y gratitud de los vecinos al peregrino de
Montpellier, por haber atendido sus rogativas para librarles del mal de la peste
negra; epidemia que por desgracia actualizaba su Voto, y reavitaba su devoción
con excesiva frecuencia, debido a los brotes que constantemente se padecían.
Al aprobarse en el año 1579 las ordenanzas de la Cofradía de San Roque,
constituida muchos años antes, se dispuso la celebración de solemnes vísperas:
«Hordenaron que todos los cofrades que son y fueren de aquí adelante sean obligados de
acer una máscara y regocijo de a caballo, todos disfralados y con sus libreas buenas y
decentes, y juntarse la víspera del santo en sus quártagos... y anden con la dha procesión
asta la acavar e dexar el santo en su capilla... y acauada la dha procesión, por la mesura
horden que venieren a cauallo, salgan por la ciudad... asta que siendo ora competente se
recojan en casa de los mayordomos.
Item hordenaron y mandaron que el mayordomo sea obligado a dar a su costa una
colación a los dhos cofrades acavada la máscara.
Item que acavada la colación, sean obligados a traer sus achas sin salir de casa del
mayordomo y sus cauallos y salir de allí por toda la ciudad con las dichas achas encendidas
en la dicha máscara...
Itero ordenaron y mandaron que atento que el SeñorRodrigo Freire de Andrade26, en la
primera institución de esta santa cofradía, propuso e firmó mantener un juego de sortija el
25 NUÑEZ LENDOIRO, José Raimundo. Sobre San Roque y las fiestas patronales, veánse nuestros
trabajos: San Roque y Betanzos, periódico La Noche, 13 de Agosto de 1965. Betanzos de los
Caballeros y Sus Mariñas, Guía Everest, 1984, capítulo Fiestas. Las romerías mariñanas y las fiestas
de Betanzos, Revista Outeiro, n° 25, Junio de 1987, dedicado a las Romerías Gallegas. Las Fiestas
que Betanzos dedica a su Patrono San Roque, Pregón de las Fiestas Patronales de Betanzos, 1985.
San Roque, Patrono Tutelar de Betanzos; As Mariñas, n° 5, Agosto de 1994.
26 Era hijo de D. Pedro Pardo de Andrade y de Da Beatriz de Castro, casó con Da Elvira Ares de
Montenegro, hija de D. Lope García de Vilouzas y de Da María Ares de Figueroa. Este Don Rodrigo
y su mujer Da Elvira, tuvieron por hijo primogénito a Pedro Pardo de Andrade, que casó con Da
María de Sotomayor, línea de la que desciende el autor. Datos del árbol geneológico familiar.
dia de la festividad del Señor San Roque, y otros muchos cofrades ansimismo firmaron salir
ventureros al dho juego y otras cosas... quisieron se llebase a debida execución ansi los que
agora son como los que se obligaren de aquí adelante.
Item que los cofrades ventureros que obiesen de correr en el juego de la sortija, antes ocho
días de la festividad, trayan plumas en las gorras o sombreros que truxeren...».
Cuando las guerras y conflictos minaban no sólo las arcas reales sino tambiín
las haciendas privadas, la posibilidad de festejos se reducía a las funciones religiosas
y al ánimo de los menestrales. En tiempos de paz y con el fin de no relajarse
en el ejerCicio de las armas, la Real Cédula promovía la constitución de una
Cofradía de Caballeros, como el Rey Felipe II ordenaba a los de Betanzos en
1572:
«Que por ellos entre otras cosas se hordenasen fiestas en algunos días senalados
de justas, torneos y juegos de cañas... y que en los mesmos lugares asimismo de
publico se hordenasen las dichas fiestas y regolijos ayudando con lo que se pudiese y
fuese justo...» 27
Betanzos de los Caballeros, con su Ayuntamiento, hidalgos y caballeros, elige
«para dicha fiesta la abocalion de nuestra Senora de Agosto», y honraba a la que
sería nuestra copatrona la Virgen de Belén, la mercadora del azougue de granos,
bajo cuyo manto se protege el barrio de la Pescadería, con sus mareantes que la
miman.
Para los caballeéos, tampoco resultaba sencillo organizar estos festejos, le
responden al monarca que necesitan merced de «bien moyos de sal», porque:
«esta ciudad y su tierra es muy pobre de mantenimientos, espelialmente de cebada
blanca para los caballos, por que no la hay y se a de traer de Castilla... y los caballos se an
de traer ansimismo de Andalulia... y ansimismo a causa de estar cerca de la mar las dichas
armas se toman del horin, y demas deso ase de conprar de nuebo, tienen mucha costa en
alinpiarlas... an de poner mas de cada doslientos ducados de su casa cada uno...».
Este tipo de acontecimientos, no significaban novedad alguna, desde muy
antiguo las casas de los Pardo y los Vilouzás, los más antiguos linajes de Betanzos,
incluso anteriores al de Andrade, celebraban el entronque familiar reuniéndose en:
«rromería los señores destas casas acompañados de los caballeros y nobles del contorno,
y allí traen un Rey y una Reyna y un conde en representación y otras inbenciones de
27 Archivo General de Simancas. DC-25-1.