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les, con vertiente hacia aquél, se lograba que las aguas que pasaban por la superfice
de la misma, en una distancia de diecisiete varas lineales, se dirigieran directamente
al caño existente al pie de las escaleras que desembocan en los soportales
de la Fuente de Unta, mejora que sin duda colmaba las exigencias vecinales (Vid.
Apéndice IX).
Las obstrucciones de los cafios estaban al orden del día, y únicamente estimamos
su cita, por tratarse de un caso que afectó a esta calle, tan sólo a los tres
años de haberse recompuesto. El 19 de Agosto del año 1859, el Alcalde interino
Don José Sánchez Vaamonde, es informado de que:
«por efecto de hallarse atascado el Caño Maestro de la benela del Campo de la feria de
esta Ciudad, se presentan a la vista las bascosidades... despidiendo una fetidez insoportable,
al igual que las que filtran por la pared de la Casa de la Viuda de Pedro Veiga, en
la parte que coge la cuadra que dice a la Calle, considerando que uno y otro principalmente
en la actual estación, puede traer grabes y trascendentales perjuicios a la salud
publica; considerando que por el Gobierno de la Provincia, a causa de las enfermedades
sospechosas que ocurrieron en la de Murcia, al paso que se adoptaron varias disposiciones
higiénicas, se dispuso que inmediatamente se reparen limpien y pongan espedito curso los
conductos de aguas sucias, sumideros, letrinas etc., cuyo cumplimiento fue acordado por
el Iltre. Ayuntamiento, y considerando que un foco de infeccion no debe permitirse... los
Señores de la Comisión de Obras y Ornato Publico se serviran constituirse con la brevedad
mas posible... a remediar y prebenir los males... informando de ello lo que tengan por
conveniente».
El documento muestra el temor a una epidemia, de cercanos recuerdos por la
padecida del Cólera Morbo, y con el alarmante brote de «enfermedades sospechosas»
en Murcia.
En el año 1861, la «estación telegráfica» de Betanzos, ocupaba un espacio del
edificio Archivo. El acceso a este servicio público se hallaba en penoso estado,
por lo que el Ayuntamiento, en la sesión extraordinaria del 28 de Febrero, manifiesta
la intención de arreglarlo de la manera siguiente:
«Por el señor presidente se manifestó que el piso que dice contiguo al edificio Archivo de
esta Ciudad y conduce á la estacion telegrafica que se halla constituida en el mismo, se
encuentra de todo punto intransitable, tanto que es de absoluta necesidad empedrarlo ó
formar una calzada de guijarro ó morillo; y el Ayuntamiento penetrado de lo espuesto por el
Señor presidente, acuerda que por la comision de obras de utilidad y Ornato publico, asociada
de un inteligente, se forme el presupuesto de su costo, y se anuncie el remate para el
Domingo diez de Marzo procsirno, encargando á la propia comision la redaccion del pliego
de condiciones bajo que aquel haya de tener efecto». (Vid. Apéndice X).
BETANZOS,Plaza García Hermanes,
La Plaza del Campo a finales de los años veinte. Foto de Ferrer. (Archivo del autor).
La subasta recayó en favor del maestro carpintero Juan de Castro, al tipo de
«siete reales y dos cuartillos y medio por cada una de las varas cuadradas de Calzada», que
estaba finalizada el 17 de Abril de 1861. La Comisión de Obras se encargó de
reconocer el resultado obtenido, en compañía del maestro de cantería Juan García,
e informa que:
«pasaron en cumplimiento del Decreto que precede á medir y reconocer la Calzada ó
enrnorrillado que se ha construhido al frente del edificio Archibo y a la que se contrahe este
expediente. De las medidas tomadas por dicho inteligente resulta que la obra arroja el
numero de trescientas nuebe varas cuadradas, las cuales á razon de siete reales y dos cuartillos
y medio ó sean sesenta y dos centimos y medio una a cuyo precio fueron rematadas
ascienden a la suma de Dos mil trescientos cincuenta y seis reales y doce centimos...».
El 19 de Abril de 1861, una vez verificado que la obra se ajustaba a las condiciones
establecidas, se expidió el libramiento «con cargo al Capitulo de Obras publicas
del presupuesto municipal, y partida consignada bajo el mismo para Aceras, empedrado y
Adoquinado».
Las aceras de la «cadena» y el enguijarrado de los entrepaños del Campo de la
Feria, construidos en 1846, hace ciento cincuenta años, se fueron deteriorando a