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Dos días después, en sesión ordinaria del Ayuntamiento se estima la propuesta
presentada por el Sr. Troche, y se dispone la elaboración de un informe por
parte del capitular Don José María Quiroga, componente de la Comisión de Obras.
El 24 de Enero de 1842, la Comisión de Obras emite su informe favorable, y
estima:
«Que el Señor Troche se encargue de esta obra por entero, construyendo toda la cañería
y la fuente con sus pilones... Y por último que el señor Troche deve asegurar por valor de
20.000.- reales la permanencia del agua por el termino de un año...».
Estas gestiones e informes quedarían en suspenso, debido a la escasez de
recursos, hasta el '28 de Abril de 1844, fecha en la que el Sr. Troche presenta un
nuevo escrito, para obtener la colaboración municipal a sus pesquisas, en el que
expone:
«M.Y. Ayuntamiento... Vajo estos antecedentes, el Procurador Síndico tiene el onor de
proponer a V.S. se le autorice para practicar dichos reconocimientos, franqueandole alguna
cantidad para los salarios de los jornaleros que tiene que emplear...».
Desde su empleo, pretendía solucionar el problema, y avanzaría en el intento
a la vista de la comunicación que figura en el acta de la sesión municipal del 5 de
Julio de 1844, en la que se hace constar:
«Se dio cuenta de un oficio del Sr. Gefe Politico de esta Provincia, fecha 2 del que corre,
por el que manifiesta a la Corporación que ha tenido a bien aprobarle la proposición echa
por el Procurador General de la Municipalidad, acerca de la construcción de una fuente de
aguas potables en el campo de la Feria...».
De poco o nada serviría la aprobación manifestada por la máxima autoridad
provincial, si no venía acompañada de los recursos precisos para llevar adelante
las obras, tema sobre el que no insistimos, por hallarse presente ante la totalidad
de los proyectos, que pretendía abordar la ciudad en aquella época. Peor le fue,
a Don Froylán Troche y Zúñiga, fallecido el 2 de Mayo de 1855, a los 56 años de
edad, de extraño modo, víctima de una mano criminal, según se mantiene en la
memoria familiar'''.
El proyecto vuelve a retormarse veinte años más tarde, y sería, por fin, el que
dotaría de agua al Campo de la Feria y, por supuesto, la primera acometida de
" Uno de sus descendientes, nuestro buen amigo el industrial coruñés Don Roberto Troche
Martínez, oyó decir siempre a sus mayores que su fallecimiento fue motivado por envenenamiento.
envergadura que disfrutaría la ciudad. Las obras se desarrollaron entre 1866 y
1867, siendo Alcalde Don José María García Verea, en el último de los años sustituido,
en buena parte, por el primer Teniente de Alcalde Don Francisco Diaz de
Losada «que por indisposicion de aquel se halla egerciendo sus funciones», y Procuradores
Síndicos Don Andrés Varela Pose y Don Manuel Couceiro Paredes.
Como el Ayuntamiento no disponía de caudales para hacer frente a semejante
inversión, que como va dicho consistía en canalizar el agua desde San Xiao das
Viñas hasta el Campo de la Feria, solicita autorización al Gobernador de la Provincia,
Don Paulino Souto, ya implicado desde el año 1865 en la reparación de la
platea del Campo, para disponer de algunas partidas dinerarias con cargo a los
Fondos Carcelarios del partido de Betanzos, que arrojaba un respetable superávit,
al mismo tiempo que le suplica la concesión de una ayuda para llevar adelante
las obras. Las pretensiones del municipio fueron atendidas, al consentir libramientos
por un importe de 5.380'928 escudos de los fondos carcelarios, y 5.000
escudos más por cuenta de la Diputación Provincial.
El grueso de la canalización de las aguas, se realiza durante el año 1866, según
la expedición de libramientos. El 14 de Enero de dicho año, se libran 7.200 escudos
a favor del perito Don Andrés Naveira «por sus honorarios de tasación de las aguas
que se van á traer á la plaza del Campo de esta ciudad». El 4 de Marzo se disponen 400.escudos,
para que el concejal Don José María Miño Manibesa pueda «otorgar la
escritura de cesión á favor del Ilustre Ayuntamiento con José Teijo y D. Francisco Rodriguez
Avellon, dueños del agua que se espropia». El 20 de Abril son 2.973'728 escudos, los
que se ponen a disposición de Don Julian Blanco Rosende «como apoderado de su
hermano D. José Makía» mediante poder «a fé del notario de esta vecindad D. Agustin
Nuñez... á que asciende el valor de las obras egecutadas hasta el día para la traida de aguas
potables á esta ciudad; cuyo remate le fué adjudicado en publica subasta como mas ventajoso
licitador segun lo acredita la certificación espedida por D. Pedro del Villar, Director de caminos
vecinales del distrito de la capital y encargado de las mismas...». El 17 de Junio, se
atiende otro pago de 2.000.- escudos, a favor del beneficiario antecedente por
igual concepto.
Los otros dos libramientos que conocemos, se liquidan con cargo al epígrafe
de «Obras de Nueva Construcción» del presupuesto municipal, a favor de Don Julián
Blanco Rosende, en representación de su hermano Don José María por un importe
de 3.000 y 2.000 escudos, con fecha 8 de Septiembre y 13 de Octubre, respecivamente,
y «por cuenta de la cantidad consignada por la Diputación Provincial para la
espresada obra» (Vid. Apéndice XIV).
Superado el primer obstáculo, como era el de dotar de copioso caudal de
agua al Campo de la Feria, restaba únicamente el instalar una fuente a la altura de
las circunstancias, proyecto que había madurado el propio Don Pedro del Villar,
encargado de las obras, quien anima a las autoridades locales, ya mentalizadas,
para que aprobaran su propuesta.