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HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACIÓN DE ... - Venciclopedia

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le agradase, ni dictamen que bien le pareciese; porque teniendo los más por<br />

acertado el que volviese con presteza tras Fedreman, y quitándole la gente<br />

con la mano de ser su Gobernador, diese otro tiento a su fortuna buscando<br />

nuevas conquistas (que era lo que siempre había temido Fedreman) no se<br />

atrevía Spira a seguir lo arduo de este consejo, considerando que era poca<br />

la gente que tenía, y ésa enferma, y que Fedreman llevaba mucha, y muy<br />

lucida, y que meterse en sus manos desarmado, fiado sólo en el respeto, que<br />

como a su Gobernador debía guardarle, era exponerse a la discreción de<br />

ajena cortesanía, y dar lugar a la contingencia de padecer algún desaire, en<br />

que quedasen ultrajadas su autoridad y su persona.<br />

Gastados en esta irresolución algunos días, hubo de determinarse<br />

después a usar de galantería, para asegurar con ella en su obediencia a Fedreman;<br />

y para obligarlo con más veras le despachó nuevos poderes, dándole<br />

facultad muy amplia, para que en su nombre pudiese proseguir en sus<br />

descubrimientos y conquistas; y juntamente le escribió una carta cariñosa,<br />

avisándole por menor de todas sus desgracias, con prevención de algunas<br />

advertencias, que le parecieron necesarias para el más acertado logro de<br />

su viaje; pero esta diligencia no llegó a tener efecto, porque aunque Spira<br />

envió a Felipe de Utre 3 , caballero alemán de la casa de los Belzares, con<br />

treinta hombres en alcance de Fedreman, halló tan crecido el río de Apure,<br />

que parecían mares las campañas de sus márgenes; y viendo que en treinta<br />

días que se detuvo, esperando a que mermasen sus aguas para poder esguazarlo,<br />

iban cada día en mayor aumento sus crecientes, desconfiado de hallar<br />

forma para lograr el pasaje, dio la vuelta en busca del Gobernador, a quien<br />

alcanzó alojado ya en la serranía de Coro, padeciendo bastante molestia de<br />

los indios, que a lo seguro, sin poder ser ofendidos, le hacían notable daño<br />

desde lo alto de la sierra, con el continuo disparo de sus flechas.<br />

Pero Spira, por dar algún castigo a su osadía, les dispuso una noche<br />

una emboscada, y cogidos en ella el día siguiente, fueron muertos muchos<br />

y aprisionados treinta, de los cuales, con sobrado rigor, a sangre fría, mandó<br />

el Gobernador empalar diez, dando fin con esta crueldad a su jornada,<br />

pues sin otro accidente llegó a Coro por febrero del año de treinta y nueve<br />

xxviii , después de cinco años de peregrinaciones y trabajos, en que perdió<br />

trescientos diez hombres, pues de cuatrocientos que sacó de Coro el año de<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

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