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HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACIÓN DE ... - Venciclopedia

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el tiempo la gente del tirano en destruir los ganados de los vecinos de Valencia<br />

y prevenirse de cabalgaduras para la conducción de sus carruajes; y<br />

porque no quedase parte alguna sin memoria de las crueldades de Aguirre,<br />

hizo matar a uno de sus soldados, llamado Gonzalo Torres, sólo porque se<br />

apartó de la ciudad como un tiro de piedra a coger unas papayas; a que se<br />

añadió haber el Alcalde Chaves hecho tan exactas diligencias por buscar<br />

los dos soldados que se le huyeron a Aguirre en la Borburata, que por más<br />

que procuraron ocultarse, hubo de descubrirlos su cuidado, y puestos en<br />

una collera de hierro, los entregó a Don Julián de Mendoza, su yerno, para<br />

que sirviendo de alguacil, se los llevase al tirano y recibiese por premio a su<br />

mujer y su suegra; y como en el camino el uno de ellos, llamado Pedro Arias,<br />

cortado de ánimo y sin aliento, con la consideración del lastimoso fin que le<br />

esperaba, se echase en el suelo diciendo, que lo matasen, porque no podía<br />

pasar de allí, anduvo tan inhumano el Don Julián, que le respondió sin<br />

empacho, ni vergüenza: para mí toda la cuenta es una, porque en llevando<br />

vuestra cabeza cumplo con mi obligación, y desenvainando la espada sin<br />

piedad, se la empezó a cortar: chanza, que pareciéndole al Arias muy pesada,<br />

pues granjeaba una muerte de contado, por excusar la que estaba en<br />

contingencia, hubo de conseguir con ruegos y promesa de que se esforzaría<br />

para pasar adelante, el que suspendiese la ejecución ya comenzada, aunque<br />

lo dejó bien lastimado con una razonable herida en el pescuezo, y llegados a<br />

Valencia anduvo el Arias tan afortunado, que lo perdonó el tirano, por ser<br />

buen escribano y necesitar de él para que le sirviese de secretario: indulto,<br />

que no consiguió su compañero Diego de Alarcón, pues al instante lo mandó<br />

hacer cuartos, llevándolo arrastrando por las calles, con un pregón, que<br />

decía: Esta es la justicia, que manda hacer Lope de Aguirre, fuerte caudillo<br />

de la noble gente marañona, a este hombre, por real servidor del Rey de<br />

Castilla. Y ejecutada la sentencia pusieron la cabeza en el rollo de la plaza,<br />

donde viéndola el tirano, le decía con gran risa y por donaire: Ahí estás,<br />

amigo Alarcón; ¿cómo no viene el Rey de Castilla a resucitaros?<br />

De padecer semejante desventura se libró, por su buena diligencia,<br />

Rodrigo Gutiérrez, el dueño de aquella capa en que se halló la información,<br />

que le costó tan cara a Francisco Martín, porque aprehendido también por<br />

el Alcalde Chaves (que se había dedicado a ser esbirro del tirano), le dio<br />

<strong>HISTORIA</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>CONQUISTA</strong> Y POB<strong>LA</strong>CIÓN <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> PROVINCIA <strong>DE</strong> VENEZUE<strong>LA</strong><br />

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