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HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACIÓN DE ... - Venciclopedia

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ebeliones del Tirano Aguirre contra la Corona, no le permitieron que imprimiera<br />

las historias de enojo y desesperanza de los residentes españoles,<br />

desde 1623 en adelante, ni el asesinato de uno de los legítimos gobernadores,<br />

ni los pormenores sobre la organización política y las costumbres de<br />

los indígenas. Es el mismo veto que había alcanzado ya a la Historia general<br />

de las cosas de la Nueva España de fray Bernardino de Sahagún, confiscada<br />

en 1578 por orden de Felipe II, a la Recopilación historial de Aguado y a<br />

extensos fragmentos de la Crónica del Perú de Pedro Cieza de León.<br />

Cuando Oviedo escribió su Historia, las fronteras entre la cultura que<br />

prevalecerá y la cultura derrotada ya habían sido establecidas. Mientras<br />

que Simón vacilaba cada vez que debía designar a los indígenas como “bárbaros”<br />

y dejaba entrever su temblor cuando llamaba a un español “traidor”<br />

o “tirano”; mientras en sus asomos de piedad con los vencidos se oyen todavía<br />

los ecos de Bartolomé de las Casas, en Oviedo y Baños no había piedad<br />

sino verificación de que el combate se libraba entre adversarios iguales –lo<br />

que subrayaba el mérito del vencedor–, en tanto que sus historias de traición<br />

eran un sesgado modo de poner en evidencia las razones que explicaban<br />

esa traición. El fraile franciscano seguía creyendo, como Las Casas, en<br />

el destino mesiánico de España, en la función redentora que debía cumplir<br />

en América. Para Simón, no había duda de que el Nuevo Mundo era parte<br />

inseparable del Imperio. En 1723, cuando Oviedo y Baños publicó su Historia,<br />

la ilusión mesiánica ya se había disipado, y sólo quedaban las instituciones:<br />

el liso y llano juego del poder. Entre las fisuras que dejó abiertas el<br />

poder español brotó en Oviedo la conciencia de pertenecer a otra cosa, a<br />

una identidad en formación: a un ser colectivo en perpetuo movimiento. Su<br />

lenguaje, su visión de la historia, su reflexión sobre los hombres; todo estará<br />

marcado por esa región de lo impreciso donde él mismo se sitúa: demasiado<br />

lejos de un horizonte de autonomía, que jamás podrá ver, y demasiado cerca<br />

de las instituciones coloniales como para no sentir que se le desdibujan. Las<br />

historias cristalizadas del pasado le habían servido para construir su propia<br />

Historia, pero no para comprender la que estaba surgiendo a su alrededor;<br />

ya no le servían para alimentar su instintiva necesidad de crítica. Los libros<br />

que preservaba eran los que le permitían repensar la realidad, no los que<br />

le imponían una realidad ya pensada. Eso, tal vez, explica los claros que<br />

<strong>HISTORIA</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>CONQUISTA</strong> Y POB<strong>LA</strong>CIÓN <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> PROVINCIA <strong>DE</strong> VENEZUE<strong>LA</strong><br />

XXVIII

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