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HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACIÓN DE ... - Venciclopedia

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Esto irritó a Garci-González tanto, que mandó le cortasen una mano<br />

y lo soltasen, para que de aquella suerte fuese a aconsejar de más cerca<br />

a Conopoima; pero el bárbaro, sin inmutarse en nada al oír la pronunciación<br />

de su sentencia, extendió el brazo con tan gallarda entereza, que<br />

aficionado Garci-González a su garbo y desenfado, lo mandó poner en<br />

libertad, suspendiendo la ejecución y remitiendo el castigo; pero esta generosidad<br />

tan propia de su nobleza, no tuvo, al juicio de sus soldados, la<br />

general aceptación que merecía, pues no faltaron dos de ellos y de los más<br />

principales (cuyos nombres remitimos al silencio por excusar a sus descendientes<br />

el rubor, que podrá causarles la memoria de acción tan indigna y<br />

fea en quien tenía sangre noble), que llevando a mal la moderación piadosa<br />

de su Cabo, no contentos con la civilidad de murmurarla, sin que Garci-<br />

González lo supiera cogieron a Sorocaima y le cortaron la mano, sin que<br />

les moviese a compasión el sufrimiento con que toleró el prolongado rigor<br />

de aquel martirio, pues como si lo practicaran en un bruto (sólo con el fin<br />

de atormentarlo) le cortaron el pellejo en redondo a la muñeca, y después,<br />

buscándole la coyuntura con la punta de un cuchillo le dividieron la mano,<br />

separándola del brazo: tormento en que mostró tal constancia, que en el<br />

dilatado espacio de sufrirlo, manteniéndose inmóvil al padecer, ni se le oyó<br />

un ay, ni se le escuchó un suspiro; antes con singular desembarazo pidió le<br />

diesen su mano, después que se la cortaron, y cogiéndola en la otra que le<br />

había quedado entera, sin pronunciar más palabra se fue muy paso entre<br />

paso para donde estaba Conopoima, a quien manifestó su desventura y<br />

representó su agravio, para que vengase con las armas la ofensa que había<br />

padecido su lealtad, por cumplir como debía con la obligación de buen vasallo:<br />

pero aterrorizó de suerte al cacique la inhumanidad de aquel castigo,<br />

que sin atreverse a demostración alguna, después de haber estado un rato<br />

suspenso, como absorto en la consideración de aquel suceso, levantándose<br />

entre los indios una confusa vocería de alaridos, se fueron retirando por<br />

el valle, haciendo Garci-González lo mismo, para el asiento de las minas,<br />

donde había quedado Gabriel de Ávila asistiendo con el resto de su campo<br />

al beneficio de los metales, en cuya saca se experimentaba cada día más<br />

abundante el rendimiento.<br />

Esto obligaba a los españoles a desear con más ahínco la total sujeción<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

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