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HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACIÓN DE ... - Venciclopedia

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CAPÍTULO VI<br />

Envía Alfinger a buscar gente de socorro a Coro:<br />

atraviesa la sierra del Valle de Upar,<br />

y llega hasta la provincia de Tamalameque<br />

HABIENDO gastado Ambrosio de Alfinger cerca de un año en revolver<br />

y trasegar todos los ríos, ancones y esteros de la laguna, sin que fuesen<br />

bastantes a llenar los huecos de su codicia las considerables porciones de<br />

oro, que había adquirido, ni la cantidad de indios que había aprisionado;<br />

dio la vuelta a su ranchería con ánimo de intentar nuevos descubrimientos,<br />

entrando la tierra adentro hacia el Poniente, y ver lo que le adaptaba a la<br />

mano su fortuna; pero hallábase falto de gente para ejecutar esta jornada,<br />

así por la que le habían consumido las enfermedades, originadas del mal<br />

temperamento y humedades de la laguna, como por los muchos soldados,<br />

que descontentos se habían retirado a Coro fugitivos, no pudiendo tolerar<br />

el áspero natural de Alfinger, ni el modo tan extraño que tenía de gobernar,<br />

castigando por leves causas con azotes, horcas y afrentas a muchos hombres<br />

de bien por mano de un Francisco del Castillo, que era su maestre de<br />

campo, hombre cruel y de malvada intención.<br />

Para remediar el inconveniente de esta falta que padecía, despachó a<br />

Coro todos los indios prisioneros para que se vendiesen por esclavos a los<br />

muchos mercaderes que allí asistían, enriquecidos con las viles ganancias<br />

de este trato, con cuyo producto, y algún oro que remitió para el efecto,<br />

le llevaron de socorro algunos infantes y caballos, armas, y demás pertrechos<br />

de que necesitaba; de suerte, que compuesto ya su campo de ciento<br />

ochenta hombres útiles para la guerra (dejando en la ranchería los enfermos<br />

a cargo del Capitán Vanegas, natural de la ciudad de Córdoba, a quien<br />

nombró por su teniente) , salió de allí el año de mil quinientos treinta xviii y<br />

caminando al Poniente, después de haber andado aquellas veinte leguas,<br />

que hay de tierra llana hasta llegar a la cordillera, atravesó las serranías que<br />

Pedro Simón (para ello hemos consultado la edición en dos tomos de la Biblioteca de la<br />

Academia Nacional de la Historia, colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela,<br />

publicada en Caracas en 1963, con el título de Noticias Historiales de Venezuela). Es<br />

importante señalar que en aquella época no se seguía el criterio de originalidad tal como<br />

hoy lo entendemos: los cronistas se “copiaban” unos a otros sin ningún problema pues<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

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