Teatro-danza - Instituto Nacional del Teatro
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La condición de impureza<br />
“El teatro de este siglo es efectivamente una gestalt, que<br />
comprobó el poder de la mixtura híbrida. Con la <strong>danza</strong>,<br />
desde Pina Bausch, con la política, desde Brecht, con<br />
la plástica desde Kantor, o con la antropología desde<br />
Brook –o Barba- el teatro se apareó con quien pudo y<br />
con todos tuvo familia”. Mauricio Kartum: El cuentito.<br />
En Les cahiers de theatre jeu N° 32, <strong>del</strong> año 1984,<br />
se publica una mesa redonda sobre la <strong>danza</strong>-teatro en<br />
la que participan importantes coreógrafos canadienses,<br />
bajo el nombre Ese niño incestuoso, mientras<br />
el dramaturgo argentino Mauricio Kartum habla de<br />
‘apareamientos’ teatrales.<br />
El diccionario define como impuro a aquello que<br />
altera la pureza de una substancia, es falta de pureza<br />
o castidad, obscenidad. Lo impuro es lo impúdico, lo<br />
inmoral, hace referencia a “deseos impuros”.<br />
Incesto, apareamiento, impureza, obscenidad... ¿por<br />
qué aparecen estas palabras, en forma recurrente<br />
cuando hablamos de teatro-<strong>danza</strong>?, además de las<br />
siempre presentes como hibridación, sincretismo,<br />
cruce, etc. Incluso sobre lo “híbrido” el diccionario dice:<br />
“mal definido”. ¿Cuánto de cosa sexual y de sospecha<br />
hay en estas prácticas que nos ocupan?<br />
Ricardo Bartís sostiene que la actuación plantea un<br />
gran nivel de genitalidad, “produce disturbios, erotiza<br />
los cuerpos”, y que son el texto y la representación los<br />
TEATRO - DANZA<br />
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que vienen a poner un límite, un freno a ese disturbio.<br />
“Hay un teatro conservador que pone límites precisos<br />
a esa disolución <strong>del</strong> ‘yo’ que se produce en la actuación”<br />
dice Bartís. Se trata de limitar ese disturbio,<br />
esa especie de disolución de la identidad que produce<br />
la actuación. Y ese límite instala, a través <strong>del</strong> texto,<br />
de la representación y <strong>del</strong> personaje, una identidad<br />
definida para controlar la actuación, esa instancia en<br />
la cual “no hay razonamiento, y sólo la pasión puede<br />
defendernos”, dice el teatrista.<br />
En este planteo entra en juego la noción de identidad,<br />
como definición tranquilizante. Identidad tiene que ver<br />
con lo que es juzgable, medible, definible, objetivable y<br />
controlable. ¿Hay una identidad, en el sentido de una<br />
definición posible para la escena de teatro-<strong>danza</strong>?,<br />
¿se trata de un hijo mestizo o es el producto de un<br />
acto incestuoso? Si tomamos separadamente teatro y<br />
<strong>danza</strong>, ¿son en sí mismos portadores de una condición<br />
de pureza o portan un cierto grado de hibridación?<br />
Néstor García Canclini 1 aclara que la hibridación es