Teatro-danza - Instituto Nacional del Teatro
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Sin ánimo de concluir<br />
Filósofos nihilistas como Nietzsche y Heidegger (pero<br />
también pragmáticos como Dewey o Wittgenstein), al<br />
mostrarnos que el ser no coincide necesariamente con<br />
lo que es estable, fijo y permanente, sino que tiene que<br />
ver más bien con el evento, el consenso, el diálogo y<br />
la interpretación, se esfuerzan por hacernos capaces<br />
de recibir esta experiencia de oscilación <strong>del</strong> mundo<br />
posmoderno como ‘chance’ de un nuevo modo de ser<br />
(quizás, al fin) humano. Gianni Vattimo: Posmoderno: ¿una sociedad<br />
transparente?<br />
Esta escena bastarda, el mestizaje, la condición de<br />
impureza, la aspiración a los cruces, a la mezcla, todo<br />
este ‘disturbio’, este deslizamiento, ¿no será, finalmente,<br />
la evidencia de una necesidad ‘oscura’, necesidad<br />
de salirse de un orden tranquilizador, de escapar de<br />
un reduccionismo simplista, calculado y claro hacia la<br />
turbación, la incompletud y la incertidumbre?.<br />
Estos demiurgos, constructores de ‘mundos escénicos’<br />
lanzados en sus ‘deseos impuros’, habitantes<br />
de zonas periféricas, ¿por qué deciden escapar <strong>del</strong><br />
control de la razón y de su tranquilizadora aspiración a<br />
la claridad?, ¿por qué se lanzan hacia zonas sensibles,<br />
al goce, a la oscuridad, al misterio?, ¿cuánto hay de<br />
nuestros mundos y de nuestras realidades de hoy en<br />
esas construcciones?<br />
Dice Daniel Veronese: “Hago teatro para hacer visible<br />
lo que culturalmente de ninguna forma y bajo ningún<br />
pretexto puede serlo. Y es gracioso, el resultado tiene<br />
algo de revolución: lo que se verá será doblemente<br />
visible ya que ese hecho se alumbra sobre el resto de<br />
lo escenificado, sólo por estar en el lugar inadecuado.<br />
Esa es mi cuestión, lo que con más interés me mueve a<br />
realizar escritura en teatro. <strong>Teatro</strong> de lo obsceno” 1 .<br />
Con Merce Cunningham la <strong>danza</strong> escapó de la<br />
sumisión al relato literario y de los mandatos de la<br />
música, para ‘pararse sobre sus propias piernas’ y fue<br />
condenada a hablar solamente de sí misma, ‘<strong>danza</strong><br />
auto-reflexiva’ dicen algunos teóricos, que sólo sabe<br />
de sí misma y nada <strong>del</strong> mundo que la excede, hermosamente<br />
cerrada en su propia materialidad.<br />
Con los posmodernos norteamericanos la escena<br />
dancística incorpora movimientos, gestos, cuerpos,<br />
actitudes cotidianas, de la vida, <strong>del</strong> mundo, para<br />
transformarlo todo en material escénico, instalando<br />
la estética <strong>del</strong> rechazo patentizada en el famoso ‘manifiesto<br />
<strong>del</strong> no’ de Ivonne Rainer: “No al espectáculo,<br />
no al virtuosismo, no a las transformaciones, no a la<br />
magia, no a la ilusión, no al estallido y a la trascendencia,<br />
no a la imagen de estrella, no a lo heroico y<br />
a lo anti – heroico, no a la implicación <strong>del</strong> actor, no<br />
46 CUADERNOS DE PICADERO<br />
al estilo, no a la exageración, no a la seducción <strong>del</strong><br />
espectador, no a la extravagancia, no a la emoción<br />
provocada o sentida...”.<br />
En la escena dancística de hoy, en cambio, parece<br />
haber lugar para todo. “Hoy en día –sostiene Servos<br />
en una publicación <strong>del</strong> año 1984-, Pina Bausch está<br />
en un terreno inseguro y desprotegido, -muy lejos de<br />
sus primeras colegas, Twyla Tharp o Jennifer Muller-,<br />
en un área que está en algún lugar entre la <strong>danza</strong> y el<br />
drama, las artes visuales, el cine y la ópera. No está<br />
en este lugar descansando, está buscando, tanteando<br />
su camino. Bausch todavía se está moviendo”.<br />
G. Vattimo 2 señala la sociedad en la que vivimos<br />
como compleja y caótica. Pero sostiene que ese caos<br />
es relativo porque es ahí donde se centraría la posibilidad<br />
de una esperanza de emancipación. Se refiere<br />
así a que los medios de comunicación masiva son<br />
determinantes en la disolución de los ‘grandes relatos’,<br />
de los ‘puntos de vista centrales’ y han permitido que<br />
surjan a la superficie múltiples visiones <strong>del</strong> mundo,