18.05.2013 Views

Lee un fragmento - Galaxiagutenberg.com

Lee un fragmento - Galaxiagutenberg.com

Lee un fragmento - Galaxiagutenberg.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

26 Philip Roth<br />

Una noche veraniega de 1985, estando de visita en nueva<br />

York, fui a ver <strong>un</strong> partido entre los Mets y los astros, y<br />

mientras recorría el estadio con mis amigos, en busca de la<br />

puerta que nos daría acceso a nuestros asientos, vi al sueco,<br />

treinta y seis años mayor que cuando le vi jugar en el equi-<br />

po de Upsala. Vestía camisa blanca, corbata a rayas y <strong>un</strong> traje<br />

de verano gris carbón, y aún tenía <strong>un</strong>a apostura impresionante.<br />

el cabello dorado era <strong>un</strong> poco más oscuro, pero en<br />

absoluto ralo. Tampoco lo llevaba corto, sino que le caía<br />

bastante espeso sobre las orejas y el cuello de la camisa. con<br />

aquel traje que le sentaba tan bien parecía incluso más alto<br />

y delgado de lo que le recordaba con el <strong>un</strong>iforme de <strong>un</strong> deporte<br />

u otro. La mujer que nos a<strong>com</strong>pañaba reparó prime-<br />

ro en él.<br />

–¿Quién es ese hombre? es... es... ¿es John Lindsay?<br />

–no –respondí–. Dios mío. ¿sabéis quién es? es el sueco<br />

Levov –dije a mis amigos–. ¡es el sueco!<br />

Le a<strong>com</strong>pañaba <strong>un</strong> chiquillo delgado y rubio de siete u<br />

ocho años, con <strong>un</strong>a gorra de los Mets en la cabeza, el cual golpeaba<br />

<strong>un</strong> guante de primera base que le colgaba, <strong>com</strong>o al sueco,<br />

de la mano izquierda. eran claramente padre e hijo, y los<br />

dos se reían de algo cuando me acerqué a ellos y me presenté.<br />

–conocí a tu hermano en Weequahic.<br />

–¿ah, eres Zuckerman? –replicó él, y me estrechó vigorosamente<br />

la mano–. ¿el escritor?<br />

–el mismo, Zuckerman.<br />

–claro, eras <strong>un</strong> gran amigo de Jerry.<br />

–no creo que Jerry tuviera grandes amigos. era demasiado<br />

brillante para eso. Me daba quince y raya cuando jugábamos<br />

a ping-pong en el sótano de su casa. Ganarme en el<br />

ping-pong era muy importante para Jerry.<br />

–así que eres tú. Mi madre dice: «era <strong>un</strong> chico tan simpático<br />

y tranquilo cuando venía a casa». ¿sabes quién es este<br />

señor? –le preg<strong>un</strong>tó al pequeño–. el autor de esos libros,<br />

nathan Zuckerman.<br />

Desconcertado, el chiquillo se encogió de hombros y su-<br />

surró:<br />

–Hola.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!