La Cruz y su Sombra - Iglesia Adventista Agape
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Así como el cordero pascual ha sido separado, durante siglos, del rebaño unos días antes de ser sacrificado, y ha sido<br />
mantenido separado, como cordero marcado para la muerte; Así un par de días antes que Cristo fuese crucificado, el Sanedrín<br />
lo condenó a muerte. Desde ese Día en adelante, cuando Lo miraban, sabían que Su muerte ya estaba determinada. Así<br />
como el cordero era mantenido separado, Así "Jesús ya no andaba publicamente entre los judíos" [12]. Esto ocurrió tan solamente<br />
un par de días antes que Jesús fuese agarrado por la cruel turba y fuese condenado a través de falsos testigos.<br />
En la mañana siguiente a aquella noche espantosa de tortura y agonía, el Salvador fue traído al salón de juicios de Pilato.<br />
Durante toda la noche los judíos siguieron a Cristo mientras El estaba delante de la presencia del <strong>su</strong>mo sacerdote; pero<br />
ahora, cuando estaba siendo llevado al salón de justicia de los Romanos, los judíos "no entraron en el pretorio, para no<br />
contaminarse, y poder comer Así la Pascua" [13]. De acuerdo con <strong>su</strong>s leyes ceremoniales de contaminación, no les era permitido<br />
comer la Pascua si entraban a ese lugar. Esto era en la mañana del Día en que el Salvador fue crucificado. Era el Día<br />
de la preparación para celebrar la Pascua Judía, el Día en el cual, "al atardecer", el cordero tenía que ser sacrificado; o, en<br />
otras palabras, era el Día catorce del mes de Abib, o Nisan, el cual cayó un Día viernes en el año en que el Salvador fue<br />
crucificado, ya que el Día siguiente fue un Sábado, que de acuerdo con los mandamientos, es el séptimo Día de la semana<br />
[14].<br />
No fue una mera ca<strong>su</strong>alidad que el Salvador fue crucificado en un viernes, el sexto Día de la semana. Por siglos Dios<br />
había ordenado que al Día siguiente de la Pascua, el Día quince del mes de Abib, sería guardado como un sábado ceremonial<br />
[15], tipificando Así el hecho de que Cristo, la real Pascua, sería ofrecido el Día anterior al Sábado. El cordero Pascual<br />
fue muerto al atardecer, o cerca de la hora novena del Día. El gran Cordero antitípico, mientras colgaba entre el cielo y la<br />
tierra como ofrenda por el pecado del hombre, cerca de la hora novena, exclamó, "Está con<strong>su</strong>mado", y entregó Su vida como<br />
ofrenda por el pecado [16]. A esta hora los sacerdotes estaban preparándose para el sacrificio del cordero en el templo,<br />
pero fueron impedidos de hacerlo. Toda la naturaleza respondió a ese grito de agonía del Hijo de Dios. <strong>La</strong> tierra vaciló, y<br />
manos invisibles rasgaron el velo del templo desde arriba hacia abajo [17], mostrando a través de un signo inconfundible<br />
que el tipo había alcanzado al antítipo. <strong>La</strong> sombra había alcanzado la <strong>su</strong>bstancia, la cual eliminaba la sombra. El hombre no<br />
necesitaba más acercarse a Dios ofreciendo animales, sino que debía acercarse personalmente al trono de gracia [18], y presentar<br />
<strong>su</strong>s requerimientos en el precioso nombre de "Cristo nuestra Pascua".<br />
<strong>La</strong> obra tipificada por la Pascua se extiende por entre las épocas, y no habrá encontrado <strong>su</strong> cumplimiento antitípico hasta<br />
que los hijos de Dios sean para siempre libertados del poder del enemigo de toda justicia.<br />
Fue a media noche que el ángel destruidor pasó por Egipto, y manifestó <strong>su</strong> poder librando el pueblo de Dios de la esclavitud;<br />
Así también será a media noche que Dios manifestará Su poder para la liberación final de Su pueblo [19]. El profeta,<br />
mirando a través de las épocas, dice, "a media los pueblos son perturbados, y pasan, y los poderosos son tomados por fuerza<br />
invisible" [20].<br />
Aquellos que participaron en la fiesta de la Pascua no podían dejar nada sobrando hasta la mañana. <strong>La</strong> mañana debía<br />
traer una nueva experiencia, liberación de la esclavitud. El alma que acepta a Cristo como <strong>su</strong> Pascua y participa de ella por<br />
la fe, entra en una nueva experiencia, liberación de la condenación de la antigua vida. Cuando Dios manifiesta Su poder a<br />
media noche de la última liberación de Su pueblo, la mañana no encontrará a nadie en la esclavitud. "<strong>La</strong>s paredes de las prisiones<br />
caerán, y el pueblo de Dios que ha sido mantenido en prisión por causa de <strong>su</strong> fe, será libertado", para nunca mas<br />
sentir el poder opresivo del enemigo.<br />
<strong>La</strong> destrucción del Faraón y todas <strong>su</strong>s huestes en el Mar Rojo, y el canto de liberación cantado por los Israelitas en la<br />
otra orilla, eran un tipo de la liberación final del pueblo de Dios de esta tierra [21]. Los justos serán trasladados hasta encontrar<br />
al Señor en el aire, pero los débiles, al igual que las huestes de Faraón, serán dejados muertos sobre la tierra, no<br />
siendo ni reunidos ni enterrados [22].<br />
Ningún extranjero podía tomar parte de la fiesta de la Pascua; pero fueron tomadas provisiones en el antiguo servicio<br />
Levítico, mediante las cuales un extranjero, que cumpliese con ciertos requisitos y ceremonias, podía llegar a ser un Israelita,<br />
y Así poder tomar parte de la Pascua [23]. El pecado excluyó a la humanidad de poder compartir las bendiciones prometidas<br />
para los hijos de Dios, pero existe un remedio para los pecados: "Aún cuando vuestros pecados sean como escarlata,<br />
ellos se volverán blancos como la nieve; aún cuando sean rojos como el carmesí, se volverán como la lana" [24]. "Si alguien<br />
peca, tenemos Abogado junto al Padre, Jesús Cristo el justo" [25].<br />
Los hijos de Israel estaban rodeados por naciones paganas, quienes, cuando todos habían salido para participar en las<br />
fiestas anuales, se apoderarían de <strong>su</strong>s rebaños y tierras, a menos que ellos estuvieran especialmente protegidos por Dios; y<br />
no solamente para la Pascua, sino que tres veces en el año todos los hombres de Israel eran requeridos en las fiestas en Jerusalén.<br />
Ellos iban confiando en la promesa, "porque lanzaré fuera las naciones delante de ti, y alargaré tu territorio: nadie cobizará<br />
tu tierra, cuando <strong>su</strong>bas para comparecer en la presencia del Señor tu Dios tres veces al año" [26]. Tenemos el mismo<br />
Dios hoy Día, y para el hombre o mujer que busque "primero el reino de Dios, y Su justicia", Dios "aumentará <strong>su</strong> territorio",<br />
y protejerá <strong>su</strong>s intereses temporales [27].<br />
Nunca más será necesario que el pueblo de Dios se reúna en Jerusalén para comer la Pascua; pero los seguidores que<br />
tienen fe en el Señor, en todas las naciones, pueden participar del memorial de Su cuerpo quebrado y de Su sangre derramada.<br />
A cada persona se le dice, "porque todas las veces que comieres este pan y bebieres este cálice, anunciáis la muerte<br />
del Señor, hasta que El venga" [28].<br />
Existe una diferencia entre las ofrendas anuales, o fiestas, y las ofrendas comunes. <strong>La</strong>s ofrendas por el pecado, ofrendas<br />
por la transgresión, ofertas pacíficas, o cualquiera de las ofrendas comunes podían ser celebradas en cualquier tiempo durante<br />
el año, cada vez que la ocasión o las necesidades del pueblo las demandáran; pero no era Así con las fiestas.<br />
Todas las fiestas anuales eran proféticas y típicas. Mientras el cordero Pascual, era sacrificado cada año, era una sombra de<br />
"Cristo nuestra Pascua", que fue sacrificado por nosotros, el hecho de que el cordero podía ser sacrificado solamente en el<br />
Día catorce del mes de Abib, era una profecía de que el Cordero Pascual entregaría Su vida por los pecados del mundo en el<br />
Día catorce del mes de Abib.<br />
Un argumento incontestable de que Jesús es el Mesías, es que El murió en la cruz en el Día exacto, y en la hora exacta,<br />
en que Dios dijo que el cordero Pascual sería sacrificado; y El re<strong>su</strong>citó de la muerte el mismo Día del mes, en que las primicias<br />
habían sido movidas durante siglos. Dios, El mismo, fijó definitivamente la fecha para la celebración de cada ofrenda<br />
anual.<br />
El Día del año en que cada ofrenda anual tenía que ser celebrada, era una profecía directa del tiempo en que el tipo alcanzaría<br />
al antítipo.