La Cruz y su Sombra - Iglesia Adventista Agape
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No había ninguna virtud en ofrecer el carnero por una ofrenda por transgresión, a menos que la restitución fuese hecha<br />
totalmente por el hecho errado cometido. Un objeto especial de la ofrenda por la transgresión tenía que expiar la actitud<br />
deshonesta ya sea contra el hombre o contra Dios, y siempre requería la restitución de lo robado, fuera del carnero para la<br />
ofrenda. Esto enseñaba claramente que cada vez que actuásemos deshonestamente contra Dios o contra el hombre, no es <strong>su</strong>ficiente<br />
confesar el pecado y traer una ofrenda; tenemos que restituir lo adquirido deshonestamente.<br />
Zaqueo entendió la ley de la ofrenda de la transgresión, y Así que entregó <strong>su</strong> vida a Cristo, estaba dispuesto a ir más allá<br />
de los requisitos de dicha ley, devolviendo "cuatro veces" a todos aquellos a quienes había robado [10].<br />
<strong>La</strong> ofrenda por la transgresión era una ofrenda más completa que la ofrenda común por el pecado; fuera de hacer expiación<br />
por el pecado, también, en figura, cubría los re<strong>su</strong>ltados del pecado. El profeta Isaias usó la ofrenda por la transgresión<br />
como un tipo especial de Cristo. Era realmente la ofrenda antitípica por la transgresión cuando El derramó Su sangre, no<br />
solamente para liberar las almas de los hombres de la culpa, sino que para remover para siempre el último trazo de pecado<br />
del universo de Dios.<br />
Nosotros copiamos Isa. 53:10 del traductor judío Leeser, como sigue: "El Señor se agradó en triturarlo a través de la enfermedad:<br />
cuando Su alma haya traído la ofrenda por la transgresión, entonces El verá Su semilla, vivirá muchos días, y la<br />
voluntad del Señor prosperará en Sus manos".<br />
Existen muchas preciosas promesas para aquel que presenta <strong>su</strong> ofrenda por la transgresión al Señor. Aquel que va a ser<br />
victorioso en el Señor no podrá estar contento con solamente confesar <strong>su</strong> pecado a Dios; tendrá que haber alguna reconciliación<br />
y restitución. Esto es lo que enseña la palabra de nuestro Salvador, "Si pues, al traer al altar tu ofrenda, allí te acuerdas<br />
de que tu hermano tiene alguna cosa contra ti, deja delante del altar tu ofrenda, anda primero a reconciliarte con tu hermano,<br />
y entonces, volviendo, hace tu ofrenda" [11].<br />
Tipo Antítipo<br />
Lev. 5:15-16 Isa. 53:10-12<br />
<strong>La</strong> ofrenda por la transgresión expiaba tanto el <strong>La</strong> muerte de Cristo, la gran ofrenda por la<br />
re<strong>su</strong>ltado del pecado como el propio pecado. transgresión, no solamente expía el pecado, sino<br />
que destruye todos los efectos del pecado.<br />
Lev. 6:1-7 Mat. 5:23-26<br />
El sacrificio sin la restitución no era aceptado. Nuestras oraciones no tienen ningún valor si<br />
mantenemos el odio en nuestros corazones.<br />
Capítulo XXII: <strong>La</strong> Ofrenda por el Novillo Rojo.-<br />
<strong>La</strong> vida de todo sacrificio, desde el primero ofrecido en las puertas del Edén hasta la cruz, era un tipo de Cristo; pero la<br />
ofrenda del novillo rojo es diferente en muchos aspectos sobre todas las otras. Era un sacrificio ocasional, ofrecido cuando<br />
era necesario solamente, para purificar de contaminaciones ceremoniales a aquellos que por alguna razón habían tocado la<br />
muerte [1].<br />
El novillo tenía que ser rojo, sin ninguna mancha, tipificando Así de alguna manera la sangre de Cristo. No tenía que tener<br />
ningún defecto, representandolo Así a El "que no conoció pecado" [2]. Tenía que ser uno que nunca haya llevado el yugo;<br />
tenía que ser un novillo que siempre haya sido libre, nunca forzado a hacer ninguna cosa. Esto era un símbolo del Hijo<br />
de Dios, que vino por <strong>su</strong> propia voluntad y murió por nosotros. Cristo estaba por sobre de toda ley, no había ningún yugo<br />
sobre El [3]. Mientras soportaba la agonía del Getsemani, El podía haberse limpiado el <strong>su</strong>dor sangriento de <strong>su</strong>s cejas y podría<br />
haber vuelto a Su lugar celestial en el cielo, y haber dejado que el mundo perezca. No había cohersión, solamente el<br />
<strong>su</strong>premo amor celeste, que hizo con que Cristo enfrentara la cruz del Calvario [4]. El hizo una ofrenda voluntaria, de <strong>su</strong><br />
propia elección. El se ofreció El mismo por los pecados del mundo, y el amor del Padre por la raza caída era tan grande<br />
que, aún cuando amase tanto a Su Hijo, aceptó ofrecerlo. Los ángeles son dóciles a la ley de Dios, y por eso <strong>su</strong>s vidas no<br />
pueden expiar la transgresión de la ley. Cristo solamente estaba libre de los reclamos de la ley, el único que puede redimir<br />
la raza caída.<br />
<strong>La</strong> ofrenda del novillo rojo era una ceremonia muy imponente. El novillo no era llevado al templo, como la mayoría de<br />
las ofrendas, sino que a un valle virgen fuera del campamento, que nunca hubiese sido cultivado o sembrado. El sacerdote,<br />
vestido con <strong>su</strong>s vestimentas blancas del sacerdocio, llevaba el novillo, y era acompañado por los ancianos de la ciudad y por<br />
los Levitas. También era llevada madera de cedro, hisopo, y escarlata hasta el lugar de la ofrenda.<br />
Cuando la procesión alcanzaba el valle virgen, paraban, y los ancianos pasaban adelante y mataban el novillo. El sacerdote<br />
tomaba entonces la sangre, y con <strong>su</strong> rostro vuelto hacia el templo, asperjía la sangre con <strong>su</strong>s dedos hacia la dirección<br />
del templo, durante siete veces.<br />
Si una persona era encontrada muerta en el campo y no se conocía al asesino, entonces los ancianos de la ciudad más<br />
cercana al lugar donde había sido encontrado el muerto, venían y lavaban <strong>su</strong>s manos sobre el cuerpo del novillo mientras<br />
ofrecían una oración a Dios, pidiendo para que Dios no colocara sangre inocente sobre ellos [5]. Después de esto, todo el<br />
cuerpo del novillo, incluyendo la sangre, era quemado. A medida que las llamas <strong>su</strong>bían, el sacerdote permanecía cerca y<br />
lanzaba algunos pedazos de madera de cedro, hisopo y escarlata, en la mitad de la hoguera [6].<br />
El novillo rojo era ofrecido fuera del campamento, tipificando Así que Cristo <strong>su</strong>friría no solamente por la raza Hebrea,<br />
sino que por todo el mundo. Si cada ofrenda hubiese sido sacrificada dentro del átrio del santuario, algunos podrían haber<br />
pensado que Cristo murió solamente por Su pueblo, la raza Hebrea; pero el novillo rojo era ofrecido fuera del campamento<br />
[7], simbolizando el hecho de que Cristo murió por todas las naciones, tribus y personas.<br />
<strong>La</strong> condescendencia y el amor del Señor son maravillosos. Para que algunas pobres, abandonadas y desanimadas almas<br />
no pensaran que El no estaba dispuesto a aceptar el sacrificio ofrecido, el novillo rojo no solamente era llevado fuera del<br />
campamento, sino que a un valle virgen, que nunca siquiera hubiese sido arado. Nadie debería haber tratado de cultivarlo<br />
siquiera, y sin embargo este era el lugar escogido para asperjir la sangre de la ofrenda especial que tipificaba a Cristo de una<br />
manera muy especial. Lo tipificaba como alguien que estaba por sobre la ley.