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La Cruz y su Sombra - Iglesia Adventista Agape

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pecado.<br />

Capítulo XXX: Deberes de la Congregación en el Día de la Expiación.-<br />

46<br />

Pág. 46<br />

Dios esperaba que Su pueblo lo sirviera fielmente todos los días del año, y El aceptaba <strong>su</strong>s servicios; pero cuando llegaba<br />

el Día de la expiación, existían requisitos especiales para ellos durante ese Día, los cuales, si fallaban en observarlos, serían<br />

separados del pueblo de Israel.<br />

Dios ha aceptado el servicio de Su pueblo a través de todos los tiempos; pero cuando llega el antitípico Día de la expiación,<br />

y comienza el juicio investigativo en el Santuario celestial, Dios espera que la antitípica congregación en la Tierra<br />

cumplan <strong>su</strong> parte del antítipo tan fielmente como Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, cumplió Su parte en el Cielo.<br />

Antiguamente la congregación no era aceptada como un todo, sino que era un trabajo individual [1]. De la misma manera<br />

hoy en Día, cada uno responde individualmente delante de Dios. Nosotros no debemos contertarnos con aquello que hicieron<br />

nuestros padres, los cuales murieron antes que comenzase el juicio investigativo en el Cielo. Dios requiere un servicio<br />

especial de Su pueblo AHORA. Ellos tendrán que vivir mientras <strong>su</strong>s casos están siendo decididos en el Cielo, y Satanás<br />

acosa esta última generación, la cual físicamente es más débil que cualquier otra generación, apesar de toda la sabiduría que<br />

pueda haber adquirido en estos seis mil años de guerra. Aquellos que, en el juicio investigativo, son contados como valiosos,<br />

vivirán por algún tiempo sin Mediador. Su experiencia será diferente de aquella que haya tenido cualquier otra generación<br />

que haya vivido sobre la Tierra. Existen muchas razones por las cuales Dios en <strong>su</strong> infinita misericordia, ha colocado<br />

deberes especiales sobre esta última generación, de manera que ellos sean más fortificados contra los ataques del enemigo,<br />

de manera que no sean derrotados por <strong>su</strong>s engaños.<br />

En el servicio antiguo, si un individuo fallaba en observar el Día de la expiación tal como Dios lo solicitaba, <strong>su</strong>s pecados<br />

no eran confesados sobre el macho cabrío por el <strong>su</strong>mo sacerdote; y él era separado del pueblo de Dios [2]. El individuo<br />

que,<br />

durante el Día antitípico de la expiación, o del juicio investigativo, piensa que Cristo va a pleitear por <strong>su</strong> caso mientras él<br />

mismo ignora los deberes de la congregación antitípica, encontrará al final, que <strong>su</strong> nombre ha sido borrado del libro de la<br />

vida. Somos salvos a través de la fe en nuestro Sumo Sacerdote, pero fe sin obras es fe muerta [3]. Si tenemos una fe viva,<br />

haremos todo lo que el Señor nos pida.<br />

Cuatro cosas eran solicitadas de cada miembro individual del antiguo Israel en el Día de la expiación, el periodo de 24<br />

horas en el cual el trabajo típico de la expiación era realizado, y el cual era "un ejemplo y sombra" del trabajo realmente<br />

efectuado en el Cielo.<br />

1.- "El Día de la expiación será un Día de santa convocación para vosotros".<br />

2.- "Afligiréis vuestras almas".<br />

3.- "Ofreceréis una ofrenda quemada delante del Señor".<br />

4.- "No haréis ningún trabajo en este Día".<br />

Este Día tenía que ser una santa convocación. <strong>La</strong> gente tenía que reunirse para adoración religiosa. Pablo nos habla de<br />

individuos que, en los días en que el Sumo Sacerdote venga del Santuario celestial, irían a dejar la congregación: "Teniendo<br />

un Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios, aproximémonos con un corazón sincero, en plena certeza de fe, teniendo los corazones<br />

purificados de una mala conciencia... No dejemos la congregación (o no dejemos de congregarnos) como es costumbre<br />

de algunos; antes, hagamos amonestaciones (o exhortaciones), y tanto más cuando veas que el Día se aproxima" [4].<br />

Aquel que no tenga ningún placer en congregarse con aquellos que tengan la misma fe para adorar a Dios, tienen una<br />

"conciencia satánica", y han perdido <strong>su</strong> fe al acercarse la venida del Sumo Sacerdote desde el Santuario celestial. Hay una<br />

bendición especial para los que adoran juntos. Dios prometió que aun cuando hayan dos o tres reunidos en Su nombre, El<br />

estará con ellos [5]. Este primer requerimiento es un termómetro espiritual a través del cual todo cristiano podrá testar <strong>su</strong><br />

condición espiritual. Si el mismo se ausenta de la adoración espiritual a Dios, porque él no siente placer en hacerlo, es porque<br />

<strong>su</strong> espiritualidad está muy baja.<br />

Cada individuo tenía que "afligir" <strong>su</strong> alma, investigar <strong>su</strong> corazón, y abandonar cada pecado, y gastar mucho tiempo en<br />

oración. Esto también estaba relacionado con la abstinencia de alimentos. Esto fue tan indeleblemente grabado en las mentes<br />

del antiguo Israel, que aun en los tiempos actuales, los Judíos se mantienen fieles al décimo Día del séptimo mes.<br />

El individuo que piensa que el juicio en el Santuario celestial está andando y que <strong>su</strong> nombre ciertamente será presentado<br />

delante del gran tribunal, investigará <strong>su</strong> corazón y orará ansiosamente para que Dios lo acepte. A menudo necesitamos meditar<br />

sobre el trabajo de nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial, no sea que por tener la mente llena de pensamientos<br />

terrestres, nosotros, al igual que las vírgenes insensatas, encontremos demasiado tarde que el Novio ha llegado, y<br />

que la puerta se ha cerrado; que el trabajo ha terminado, y que no tenemos parte en el.<br />

En el servicio típico la congregación en el átrio escuchaba el ruido de las campanillas de oro que estaban en las ropas<br />

del <strong>su</strong>mo sacerdote, y de esa manera lo seguían en <strong>su</strong> trabajo. Nuestro Sumo Sacerdote nos ha dado señales en el Cielo, en<br />

la Tierra, y entre las naciones para que podamos sentir el avance de Su trabajo; y El dijo que cuando veamos estas señales<br />

cumpliéndose, sabremos que El está cerca, a las puertas [6].<br />

El Día antitípico de la expiación cubre un periodo de varios años. En el tipo era un periodo de 24 horas. Durante este<br />

Día tenía que haber completo control del apetito; lo cual era un tipo del autocontrol que debería ser ejercitado durante el periodo<br />

antitípico. Dios designó que Su pueblo sería dueño de <strong>su</strong>s apetitos, y que gobernarían <strong>su</strong>s cuerpos [7]. Satanás da<br />

rienda <strong>su</strong>elta al apetito, y Así controla a la persona.<br />

A pesar del hecho que un ejercito de fieles obreros están haciendo todo lo posible para ir contra la marea de intemperancia,<br />

Satanás está trabajando con tal poder que la embriaguez y el crimen están aumentando en la Tierra a un ritmo alarmante.<br />

Volviendo a 1844, cuando comenzó el juicio investigativo en el Cielo, solamente el hombre y algunas pocas mujeres<br />

eran esclavos del tabaco; pero ahora miles de jóvenes están siendo destruídos por este mal, y muchas mujeres son adictas a<br />

este hábito inmundo. <strong>La</strong>s viñas y las cervecerías están aumentando en el mundo, y bebidas tóxicas (Coca-Cola y <strong>su</strong>s congéneres)<br />

son servidas en miles de hogares.<br />

Dios nos pide que seamos dueños de nuestros apetitos en vez de esclavos de ellos, porque debemos tener mentes claras<br />

para comprender las verdades divinas y para poder seguir la obra de nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial.<br />

Cuán pocos están dispuestos a negarse a si mismos en relación al apetito, aun cuando conocen los consejos de Dios! El<br />

profeta Isaias, mirando a través de las épocas, describe el estado de las cosas de esta manera: "El Señor, el Señor de los<br />

Ejércitos, os convida en aquel Día para llorar, lamentarse, y rapar la cabeza y a vestirse con ropa de saco; sin embargo solo<br />

se ve gozo y alegría; se matan bueyes, se degollan ovejas, se come carne, se bebe vino y se dice: comamos y bebamos que

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