Estrategias de intervención inmediata para el mejoramiento del

aplicación inadecuada del semen, manejo deficiente de la vaca al momento del
parto y durante el periodo de involución uterina, alimentación deficiente,
inadecuada identificación de las vacas, registros reproductivos deficientes,
inseminación posparto tardía, eliminación inoportuna de vacas repetidoras,
insuficiente sombra durante las horas calurosas del día y poca atención a las
vaquillas de reemplazo (Román 1992).
La variable mas utilizada para medir la eficiencia reproductiva de los bovinos es el
intervalo entre partos, ya que involucra a todos los factores que directa o
indirectamente se relacionan con la reproducción (Nebel y McGilliard, 1993). Este
criterio tiene la desventaja de ser tardado en respuesta al grado de eficiencia
reproductiva de un hato lechero. En la mayoría de las empresas lecheras se
caracterizan por su falta de información; el intervalo entre partos es el indicador
reproductivo más confiable, ya que es frecuente que el productor asocie la fecha
del parto con algún evento especial y de esta manera se disponga de información
más o menos confiable. Además, el intervalo entre partos está asociado a
variables de productividad del hato. Existe evidencia de que a medida que el
intervalo entre partos se incrementa se reduce el rendimiento de leche, existe un
menor número de crías y una reducción de ganancias sobre los costos de
producción (Anta et al., 1998; Castillo, 1991; Draper y Gibson, 1994).
Así mismo, al incrementarse la longitud del intervalo entre partos en el hato más
allá de 12 meses y al reducirse el número anual de crías; también disminuye el
número de vaquillas de reemplazo, el número de lactancias por vaca en su vida e
implica presiones sobre las instalaciones para vacas secas; además de facilitar el
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