Descarga el boletín 'Monte Calvario' en PDF - Hermandad del ...

identificada. Escribió dos
libros: ‘Anécdotas y curiosidades
de la Semana Santa
malagueña’ y ‘Vocabulario
cofrade malagueño’, constituyendo
ambos un curiosísimo
y entrañable legado
de conocimiento cofrade.
Pero, desde la humilde opinión
del que escribe, sus
escritos más interesantes
son los que se publicaron
en los diarios malagueños,
como El Sol de España
o SUR, donde contaba
curiosidades, vivencias o,
simplemente, exponía de
forma valiente sus ideas
cofrades en una época en
que lo cofrade, tal como
hoy lo conocemos, apenas
existía. Es ésta otra de las
características que hacían
de Lola, como ya decía, una
cofrade ejemplar. Se adelantó
a su tiempo. Ella ya
defendía hace varias décadas
la esencia cofrade en
debates que incluso hoy
siguen vivos, y reivindicaba
cuestiones que actualmente
son incuestionables,
pero que entonces ni se vislumbraban
en las mentes
de los cofrades de la época.
Un matiz es interesante
destacar en todo esto,
y es que Lola era mujer en
un terreno muy masculino,
lo que no frenó en absoluto
su persistencia. Por ello
siempre se la ha conocido
como a una mujer cofrade,
fuerte y luchadora.
La vida de Lola no se
ciñó sólo a su Archicofradía
y a la Agrupación, sino
que tuvo roce con muchas
hermandades. De hecho,
es difícil encontrar una cofradía
en Málaga en la que
no se haya dado en algún
momento de su historia
un contacto o anécdota
relacionado con ella. Fue
impulsora y alentadora de
muchos jóvenes en la crea-
ción de nuevas hermandades,
en los años en que
la juventud no encontraba
su sitio en las cofradías,
consejera en muchas ocasiones
y responsable de
hechos como la llegada a
Málaga del artista Luis Álvarez
Duarte. De esta manera,
en la historia cofrade
malagueña existe la huella
de Lola Carrera, en algunos
casos conocida a través
de su legado literario o del
testimonio de los cofrades,
y en otros desconocida
o tan sólo sabida por
unos pocos.
Lola profesó siempre
un gran cariño a la ermita
del Calvario, que visitaba
con asiduidad. Quedó prendada,
como tantas otras
personas, de su encanto
y, especialmente, de las
imágenes, siendo para ella
la Virgen del Calvario un
diamante embruto que esperaba
su momento de ser
procesionada. Días como
el Viernes de Dolores o la
mañana del Viernes Santo
eran citas imprescindibles
para ella y su marido Carlos.
Solía halagar mucho a
la Virgen, de la que decía
tener una de las bellezas
más radiantes de Málaga.
Lola siguió de cerca todo
el proceso de creación de
nuestra Hermandad y sólo
hace falta leer su capítulo
del libro de anécdotas para
darse cuenta de que siempre
le llamó la atención
nuestra ermita y el romanticismo
que la envolvía cada
Viernes Santo, además de
las imágenes y el culto que
allí se les daba.
Como curiosidad final, su
hijo, Jorge Gómez Carrera,
nos relata que la última vivencia
cofrade de Lola fue,
precisamente, con nuestra
Cofradía. Cuenta Jorge que
en la Semana Santa de
2006 –año en que falleció–
ya se encontraba en un estado
grave, lo que no le impidió
salir a ver, al menos,
un par de cofradías en la
calle el Miércoles Santo. No
obstante, cada vez que Lola
Colaboraciones
escuchaba un tambor salía
al balcón para ver pasar la
hermandad que fuese. De
esta manera, el Viernes
Santo por la noche, Lola
se asomó a su balcón de
la calle Molina Lario y contempló
desde allí el paso
de Santa María del Monte
Calvario bajo palio por la
plaza del Siglo, camino de
la Catedral, cosa que era
su deseo décadas atrás,
cuando la contemplaba en
su altar. Resulta simbólico
que la última imagen cofrade
de Lola fuese ésta, con
nuestra Hermandad, a la
que tanto aprecio le tuvo.
Nota: La anécdota recogida
en el libro por Lola Carrera
impulsó a un grupo de
jóvenes cofrades a subir al
Monte Calvario y descubrir
esas maravillas que relataba
la escritora, prendándose
de lo que allí vieron y motivados,
poco después, a
fundar la Hermandad junto
a nuestro Director Espiritual,
D. Manuel Gámez.
Lola en el archivo de la Agrupación junto a Trinidad García-Herrera.
Boletín Monte Calvario / Cuaresma 2011
95