Documents 24 - Fundació Carles Pi i Sunyer

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mediación se ajusta de maravilla a esta realidad. Esto sucede cuando las estructuras y marcos tradicionales
ya no son apoyados colectivamente, y cuando las relaciones sociales tradicionales se desintegran. A
continuación queremos describir algunas tendencias de desintegración social, concretamente la
fragmentación y la individualización de la vida social, la desaparición de los sistemas de sentido, la
pérdida de la privacidad vernacular 6 a consecuencia de la excesiva institucionalización y la alienación de
la persona con respecto a la naturaleza.
La fragmentación y la individualización de la vida social
Hoy en día, ya no está claro cuál es el lugar y la tarea del individuo dentro de la sociedad. El individuo se
ha liberado de los vínculos tradicionales de clase y familia y de los roles tradicionales de sexo y edad. 7
Así pues, resulta difícil pronosticar dónde vivirá un niño, qué oficio practicará de mayor, si tendrá una
familia y cómo será ésta, cuáles serán sus creencias y conceptos filosóficos, qué rituales lo acompañarán
en los momentos clave de su vida, dónde encontrará a su pareja y durante cuánto tiempo permanecerá
con esta pareja, qué tradiciones tendrá con respecto a la comida y al estilo de vida, cómo educará a sus
hijos, qué idioma hablarán éstos o qué medios tecnológicos tendrán a su disposición. Hace tan sólo
algunas décadas, las respuestas a estas preguntas eran evidentes para la gran mayoría de la población.
Hoy en día sucede más bien lo contrario. El sociólogo L. Huyse escribe: «Las líneas de conducta corrientes
y que resultaban tan familiares van perdiendo fuerza. Paralelamente aumentan las posibilidades de que
el individuo desarrolle una trayectoria de vida que conecte más estrechamente con visiones y deseos
particulares 8 ». De este modo, la vida se convierte cada vez más en un cúmulo de elecciones estrictamente
individuales, que se despliegan cada vez más en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo, los estudios
escolares o la carrera profesional se convierten en una sucesión cada vez más rápida de un creciente
número de momentos en los que hay que hacer elecciones.
Además, las esferas importantes de la vida, como la vivienda, el trabajo, la familia y los amigos, coinciden
cada vez menos. Se van separando, y para los individuos resulta cada vez más difícil buscar compromisos.
A menudo uno ya no vive en el lugar donde trabaja, sus compañeros de trabajo ya no son sus amigos, y
a veces vive muy lejos de la familia. El tiempo libre y las vacaciones ya no se pasan en casa. Estas distancias
más largas se compensan en parte gracias a todo tipo de avances tecnológicos, nuevos sistemas de
comunicación y medios de transporte 9 , siendo la consecuencia una carga cada vez más pesada sobre el
medio ambiente y un ritmo de vida más rápido. La creciente libertad individual significa al mismo tiempo
una gran carga para la vida en común. El hecho de que el individuo se convierta en su propia medida
implica una pérdida de objetivos y proyectos comunes. 10
La desintegración de los sistemas de sentido
Esta creciente individualización, que por un lado brinda al individuo la posibilidad de desarrollar un
patrón de vida totalmente personal, ofrece, por otro, poco asidero. Los antiguos centros morales y marcos
de valores parecen contar cada vez menos. Buena ilustración de ello es la disminución de la asistencia a
las iglesias y la presencia de la Iglesia en la vida cotidiana. Ahora, la gente recurre a las tradiciones
religiosas sólo en los momentos clave de la vida, como al nacer, al casarse y al morir.
Según D. Wildemeersch, los antiguos marcos ideológicos han perdido mucho poder de atracción, por lo
6 El concepto ‘vernacular’ proviene del latín y hace referencia a todos los valores que no pueden expresarse con dinero, que no pueden comprarse
(«vernaculum: quidquid domi nascitur, domesti fructus, res quae alicui nata est, et quam non emit»). Es utilizado por el filósofo I. Illich, que lo
compara con el concepto ‘heterónomo’. En: Illich, I., Gender, Pantheon Books, Nueva York, 1983, p. 68.
7 Wildemeersch, D., Aprender una salida razonada. Sobre la actuación agógica social en la sociedad del riesgo. Texto extenso del discurso pronunciado
en la toma de posesión del cargo de catedrático en Pedagogía Social y Andragogía en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de
Nimega, el viernes 22 de septiembre de 1995, p. 6.
8 Huyse, L., De politiek voorbij, Kritak, Lovaina, 1994, p. 34.
9 De este modo, parece como si el hecho de poder desplazarse con mayor rapidez coincidiera con el aumento de las distancias a recorrer. En lugar de
caminar durante una hora hacia el mercado o hacia la casa de un pariente en un pueblo cercano, hoy en día se viaja en coche durante una hora. Un
«lejano viaje a la capital» se convierte ahora en un vuelo a Nueva York.
10 Wildemeersch, D., ibidem, p. 7-8.
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