Documents 24 - Fundació Carles Pi i Sunyer

DOCUMENTS PI I SUNYER
pone de manifiesto una extrema alienación mental. Nuestra falta de comprensión de la coherencia ecológica
y el ser conscientes de que ya no estamos vinculados con la naturaleza que nos rodea, constituye una
ilustración material de la alienación mental del ser humano en relación con su dimensión natural. La
persona es, además de un ser que se desarrolla culturalmente, sobre todo un ser natural. Y como ser
natural, la persona forma parte de procesos fundamentales como nacer y morir, crecer y alcanzar la edad
adulta, engendrar hijos, darles vida y educarlos, dar vida de una generación a otra. La religión 19 , en su
significado más amplio, está ahí para ayudar al hombre a experimentar y vivir los misterios de la vida y de
la muerte. Los marcos culturales (en el sentido más amplio de la palabra, como las estructuras políticas,
económicas y sociales) han de ayudar a apoyar estos procesos naturales y existenciales. Nos ofrecen
apoyo, hacen más soportable el proceso de la vida y nos protegen contra las fuerzas naturales, el hambre
y el frío. Al distanciarnos de la naturaleza hemos perdido de vista este vínculo entre naturaleza y cultura.
Así, a menudo, el nacimiento y el fallecimiento, los grandes momentos de transición, son marginalizados.
Debido a ello, la experiencia y la idea de la ciclicidad de la vida queda relegada cada vez más a un
segundo plano. 20
La mediación, ¿una respuesta a la desintegración de los marcos y estructuras existentes?
Estas dinámicas que a primera vista parecen muy diferentes, tienen no obstante mucho en común. Se
trata de un creciente sentimiento por parte del individuo de pérdida del lugar dentro de un contexto más
amplio, ya sea dentro del contexto de valores o de su contexto natural. El individuo se siente cada vez
más solo ante un futuro incierto y enfrentado a preguntas y problemas difíciles de solucionar (por ejemplo,
las cuestiones éticas y de sentido, la cuestión ecológica, el trabajo útil, la superpoblación, etc.). La falta
de marcos sociales y normativos compartidos provoca un sentimiento de crisis y una sensación de falta
de estructura. La flexibilidad que se espera que tenga el individuo hoy en día en tiempo y espacio implica
un continuo proceso de cambio y la búsqueda de nuevos equilibrios tanto dentro de la familia como en
la relación con el entorno. Tanto la modificación de los contextos materiales (por ejemplo, vivienda
nueva, barrio nuevo, trabajo nuevo, pareja nueva, inquilinos nuevos) como las relaciones mentales suponen
para el individuo un gran reto y le exigen una gran capacidad de adaptación, mientras que el entorno
estable que lo apoya es a veces muy estrecho y a menudo se reduce a él mismo. Además de ofrecerle una
creciente libertad de elección, esto significa también que el individuo ha de aprender a manejar una red
de contactos cada vez más compleja. 21
Desde el punto de vista social constatamos una creciente fragmentación de la cohesión entre el individuo
y estos diferentes contextos. Los recientes desarrollos sociales apuntan a una desintegración de las
conexiones y relaciones –fundamentales dentro de la sociedad– de la persona en relación con un conjunto
social, natural y religioso más grande. Para referirnos a este amplio denominador de fragmentación
hemos elegido el concepto de “desintegración social”. 22
El paso del modernismo al modernismo tardío o el postmodernismo en Europa significa, sobre todo, la
transición de una Europa compuesta por Estados-naciones que creaban, de forma integrada, unos marcos
sociales, económicos, políticos y filosóficos para el individuo, hacia una Europa que está sujeta a un
permanente proceso de construcción por las partes negociadoras. Antes, la persona era acogida en la
comunidad y en unos marcos comunitarios que le ofrecían claridad y seguridad desde la cuna hasta la
tumba, y que daban respuesta a unas preguntas y esperanzas muy amplias.
19 Ha de quedar claro que utilizamos la palabra ‘religión’ como término colectivo para las religiones y filosofías, incluidas tanto las visiones teístas
como las ateístas.
20 En este sentido son interesantes los diferentes criterios entre ‘social ecology’ (ecología social) (cf., entre otros, Bookchin, M., The Philosophy of
Social Ecology, Black Rose Books, Montreal/Nueva York, 1990) y ‘deep ecology’ (ecología profunda) (cf., entre otros, Naess, A., Ecology, Community
and Lifestyle: Outline of an Ecosophy, Cambridge University Press, 1990), como corrientes importantes dentro de la de ecofilosofía.
21 Dumon, W., Vansteenwegen, A., Vandemeulebroecke, L., Maertens, G., De Maeyer, G., Deyaert, A., Gezien het gezin: feiten en waarden (La familia:
hechos y valores), Davidsfonds, Lovaina, 1995, p. 32-33.
22 U. Beck habla en este contexto de “sociedad del riesgo”, que se caracteriza por los riesgos en tres grandes ámbitos: la ecología, la erosión de los
patrones clásicos de la sociedad y la incontrolabilidad estructural de los procesos sociales. Las importantes consecuencias son la imposibilidad de
encontrar soluciones duraderas y la imposibilidad de hacer predicciones. Descrito en: Wildemeersch, D., ibidem, p. 7.
El concepto de “desintegración” forma parte de nuestro enfoque teórico del sistema más amplio de los problemas sociales, aplicado a la criminología,
que estamos desarrollando en estos momentos.
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