Marzo 2007 - Plan alfa

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Ca r m e l i t aS
R e v i s t a d e A c t u a l i d a d E d u c a t i v a
ASOCIACIÓN DE PADRES
¿PARA QUÉ LA ASOCIACIÓN DE MADRES Y PADRES
DE ALUMNOS EN NUESTRA COMUNIDAD EDUCATIVA?
la procelosa historia de
esta vieja piel de toro.
Los seres humanos se caracteri-
zan por su inteligencia, y esa inteligen-
cia les ha llevado a distinguir que sus
acciones u omisiones pueden ser
buenas o malas. La bondad o la
maldad lo llena todo, y se convierte en
una encrucijada de caminos en la que
todo el mundo, por el hecho de ser
persona, se encuentra de forma
continuada, cada día, todo el tiempo.
Elegimos continuamente y a gran
velocidad, y en esta situación llega el
momento en que ya no distinguimos y
actuamos 'sin pensar'.
P e r o a l o q u e
e s t a m o s , h e m o s
pasado en las propias
aulas, de la vara de
olivo al teléfono móvil
de última tecnología en
un espacio brevísimo
de tiempo. También se
h a p a s a d o d e l a
autoridad incontestable
del profesor y de los
padres a la tiranía de
unos menores que
tienen sobrada información
respecto a sus
derechos, pero que
desprecian con chulería
y poderío sus deberes,
y todo ello ante la
impotencia de profesores,
la incapacidad de las administraciones
y, lo que creo más grave, ante
cierta complicidad de los padres. No
en todos los casos, por supuesto,
pero sí como para tomar nota.
Que en materia educativa, las
cosas han cambiado, y siguen
cambiando a la velocidad de la luz, es
un hecho tan claro como que sale el
sol por la mañana. La infancia y la
adolescencia actuales, son unos
estados que cada vez se parecen
menos a lo que nosotros vivimos
hace ya unas décadas.
Los padres con niños pequeños,
somos de la generación de los
'ochenta' en que la niñez la pasamos
entre transiciones políticas, crisis
económicas, y, sobre todo, la transi-
ción psicológica de nuestros propios
padres, ahora abuelos, que son los
que realmente han sustentado los
tremendos cambios que supuso el
paso de un sistema educativo
autocrático, a un sistema educativo
democrático, donde, al principio, en
aras de la libertad se pasó de la nada
al todo, sin anestesia y sin nadie a
quien reclamar. Algún día habría que
hablar de esa generación 'bisagra'
intermedia, los abuelos de ahora, que
demostrando una madurez extraordi-
naria supieron darnos una vida en
paz y en democracia, hito sin igual en
Creo que es el momento de decir
basta y actuar. Los padres tenemos
que ser los nudos de unas nuevas
redes educativas basadas en el
conocimiento, el esfuerzo, pero sobre
todo, el RESPETO: respeto a los
compañeros, respeto a los educadores,
respeto a las instituciones,
respeto a los padres, respeto a los
mayores, y por último, y no menos
importante, respeto a sí mismos. Los
padres, en esto, también somos
modelo, para bien o para mal.
Respecto a la educación de
nuestros hijos, debemos pararnos,
reflexionar y ver qué es lo mejor para
ellos, para nosotros, nuestra familia y
en definitiva para nuestra pequeña
gran comunidad educativa. Los
padres y madres tenemos mucho que
decir, y, sobre todo, mucho que hacer.
Aquellos que tenemos esta inquietud
no nos paramos a pensar que no
tenemos tiempo, porque todo el
mundo tiene el mismo tiempo. No se
trabaja 24 horas, como tampoco
tenemos 24 horas de ocio y, seguro,
que si analizamos nuestra organiza-
ción vital algo podemos encontrar para
dedicarlo a nuestros hijos.
Estamos en un colegio de ideario
cristiano católico. Si el hecho de
participar en las celebraciones
religiosas se está reduciendo al
estricto ámbito de la familia, que es la
célula básica de nuestra sociedad, al
menos deberíamos reconducir
nuestras acciones a seguir con las
enseñanzas cristianas, que analiza-
das detenidamente constituyen un
programa de vida y valores, perfectamente
conjugable con el ideario de
otras religiones, e, incluso, con
movimientos éticos no-religiosos que
promulgan valores y comportamientos
análogos. Porque al fin y al cabo, se
trata de valores inherentes al ser
humano, por su condición de mera
humanidad, lo cual nos distingue de
otros seres vivos. En la naturaleza la
vida y la muerte están perfectamente
unidas, ya que forman parte del ciclo
de la vida, pero todo tiene un fin, la
supervivencia y el equilibrio natural.
Las Asociaciones de Padres,
tienen entre sus fines precisamente
ése, aglutinar inquietudes, recoger