GuiaGES51FibrosisQuistica
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IV. ASPECTOS NUTRICIONALES<br />
Y GASTROENTEROLÓGICOS DE<br />
LA FIBROSIS QUÍSTICA 1<br />
A. Introducción<br />
Los pacientes con Fibrosis Quística presentan una alta prevalencia de desnutrición aguda y crónica,<br />
condicionadas por la interacción de variados mecanismos que habitualmente coexisten y se potencian<br />
entre sí. Los principales son la baja ingesta alimentaria, el alto requerimiento calórico secundario a<br />
exacerbaciones y las pérdidas aumentadas a través de las deposiciones. Es necesario considerar además<br />
el potencial genético de crecimiento del niño y su ritmo de progresión en forma individualizada.<br />
Se ha demostrado una clara asociación entre el estado nutricional y la sobrevida de los pacientes<br />
portadores de FQ; La desnutrición se asocia a mayor morbilidad y deterioro de la función pulmonar,<br />
a la vez que la recuperación nutricional puede favorecer una mejoría de la función pulmonar y de la<br />
respuesta inmunológica a infecciones intercurrentes.<br />
Un buen manejo nutricional constituye así parte fundamental del tratamiento integral de estos<br />
pacientes y el objetivo principal de él es lograr un crecimiento y desarrollo normales. A través de una<br />
adecuada monitorización es posible desarrollar estrategias preventivas y de intervención precoz en<br />
aquellos pacientes que presenten compromiso nutricional.<br />
Aunque la monitorización siempre debe ser regular, existen períodos críticos en que el aspecto<br />
nutricional debe ser especialmente considerado:<br />
• Los primeros 12 meses después de hecho el diagnóstico de FQ.<br />
• El primer año de vida en los lactantes diagnosticados precozmente, hasta que alcancen un ritmo<br />
de crecimiento normal en peso, talla y circunferencia craneana.<br />
• Período peri-pubertad: 9 a 16 años en niñas y 12 a 18 en niños.<br />
• Durante exacerbaciones y/o sobreinfecciones: Mayores requerimientos y pérdidas, menor ingesta:<br />
alto riesgo nutricional.<br />
• Períodos de tratamiento efectivo y buen control del aspecto respiratorio son de gran rendimiento<br />
en la intervención nutricional.<br />
• La consignada es la frecuencia mínima. En períodos críticos, de mayor riesgo o de crecimiento<br />
insatisfactorio, los controles deben ser más seguidos (mensuales).<br />
• La evaluación será realizada por médico especialista en nutrición o pediatra general al diagnóstico,<br />
posteriormente, cada 3 meses puede ser alternada con nutricionista.