233 - Scherzo

CON NOMBRE PROPIO
Ante su primer libro
STEVEN
ISSERLIS
Tom Miller
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El diecisiete de julio pasado el
violonchelista británico Steven
Isserlis presentó en la Facultad
de Filosofía de la Universidad de
Santiago de Compostela su libro Por
qué Beethoven tiró el estofado (editado
por la Fundación Scherzo y Antonio
Machado Libros). Un libro en el que se
mezcla el saber musical de un artista
excepcional, la erudición histórica y
un sentido del humor que lo hace
especialmente atractivo para los lectores,
que Isserlis, según dijo al contestar
a las preguntas del público presente,
prefiere situar en una franja que
podría estar entre los diez y los dieciséis
años. Aunque el autor no duda en
la eficacia que su libro puede tener
entre lectores de más edad, que han
gustado de la música pero que se
mantienen en un área de cierto distanciamiento
con respecto a ella.
Isserlis contó sus impresiones sobre
sus posibles lectores: “Los chicos que
escuchan música clásica —dijo— son
más felices”. Por lo tanto es necesario
acercarlos a la música. Habló de las
experiencias vividas en Nueva York,
donde él, junto con otros amigos intérpretes,
ha dado cursos para jóvenes y
dijo que España, con su florecer de
orquestas sinfónicas, se encuentra en
una situación privilegiada para la difusión
musical entre adolescentes. Insistió
en la necesidad de servir a los jóvenes
oyentes una música adecuada y puso
algunos ejemplos de obras bien conocidas
como Pedro y el lobo de Prokofiev,
al tiempo que afirmaba que los poderes
públicos deben asumir la necesidad de
la subvención para la difusión musical.
Es un deber social ineludible en una
época de crisis del gran arte.
Uno de los temas preferidos del
violonchelista es hablar del más admirado
por él de los compositores.
“Robert Schumann, el más romántico
de los románticos”. Precisamente, hace
poco interpretó una excelente versión
del Concierto para violonchelo y
orquesta del compositor alemán en el
Auditorio Nacional de Madrid. Isserlis
—que nació en 1959 en el seno de
una familia de músicos de origen judío
que procedía de Rusia— habló también
de su lejano parentesco con Felix
Mendelssohn “a través de un primo
muy distante, pero es bonito tenerlo
en el árbol genealógico”. También
habló de que su padre había conocido
a una dama centenaria que había visto
a Beethoven, del que decía “Oh, sí, lo
recuerdo, era un anciano que solía
escupir mucho al suelo”.
La maestra de Isserlis fue una violonchelista
británica cuyos maestros
habían sido nada menos que Feuermann
y Donald Tovey. “La música era
su religión. Comencé a estudiar con
ella cuando tenía diez años y continué
como su alumno hasta los diecisiete.
Era una gran mujer y una maravillosa
profesora”.
Pero Isserlis no sólo habló de sus
profesores ni de sus amigos como Joshua
Bell u Olli Mustonen, ni de su primera
grabación, en 1984, de las Sonatas
de Brahms. También habló de su
fascinación enamorada por los Hermanos
Marx y contó cómo había conocido
a Harpo Marx —“un ángel caído
del cielo”— y a su hijo Bill, pianista y
compositor que escribió para él una
pieza para violonchelo y piano”. Hasta
me dejó probarme una chaqueta de su
padre”. También nos habló de su
admiración por los Beatles y cómo
conoció en Australia a Paul McCartney,
con él hizo un concierto.
Fue una presentación de libro amable
y divertida. Esa misma tarde, Isserlis
interpretaba, en el corazón de la
Compostela histórica, tan renacentista y
tan barroca, junto al clavecinista
Richard Egarr, un programa dedicado a
Bach —“No busco expresar nada particular,
sólo servir de canal a Bach”— y
Britten. Alegre, divertido y un poco
showman, Isserlis dejó entre los asistentes
una excelente impresión. Coronada
luego por un soberbio recital.
Camila Fernández Gutiérrez
STEVEN ISSERLIS: Por qué
Beethoven tiró el estofado.
Traducción de Patrick Alfaya
McShane. Madrid, Fundación
Scherzo y Antonio Machado
Libros, 2008. 170 págs.