233 - Scherzo

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ACTUALIDAD
ARACENA
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NACIONAL
XV Muestra de Música antigua
APOGEO, JOVIALIDAD Y SORPRESAS
Iglesia del Castillo y Teatro de Aracena. Iglesia de Santiago de Castaño del Robledo.
29-VI/6-VII-2008. Leonardo Luckert. Seicento. Tasto solo. Dúo Alqhai-Martínez.
Orquestas Barrocas de Sevilla y Granada. Sara Rosique. Ministriles Hispalensis. Andrés
Cea. Obras de Conrad Paumann y la escuela alemana de tecla del siglo XV, Morales,
Victoria, Lully, Frescobaldi, Corelli, Haendel, Bach, Hellendaal y Telemann.
Por decimoquinta vez
este rincón al suroeste de
Europa reimpulsa al
comienzo del verano las
creaciones de un tiempo
pretérito en torno al cual
se congregan melómanos
que aun procediendo de
lugares distintos se sienten
iguales cuando suena la
música. En la edición de
2008 ha predominado el
Barroco y se ha echado en
falta el repertorio coral.
Los reveladores timbres
de un clavicímbano gótico y
el organetto fueron la piedra
angular para el concierto de
Tasto solo, donde juegos
interválicos, entrecruzamientos
de escalas y disonancias
hicieron resurgir en el público
placeres atávicos, los propios
de una música fuera de
los cánones con que un oído
convencional está familiarizado.
Andrés Cea dio un
sello trascendental a una
joya barroca de 1750 que es
el órgano de Castaño del
Robledo, en cuya iglesia de
ARACENA
TASTO SOLO
Santiago resonaron sublimes
Toccate de Frescobaldi, alternadas
con obras de Victoria,
Morales y Ceballos por unos
correctos Sara Rosique y
Ministriles Hispalensis.
Satisfactoria velada con la
Orquesta Barroca de Sevilla,
que refrendaba su categoría
en un Op. 3, nº 2 de Hellendaal
y un Op. 6, nº 4 de
Haendel formidables, a añadir
de una solvencia óptima
acompañando a Huggett.
Bach fue monográfico en
dos conciertos de la Muestra:
el dúo Alqhai-Martínez abordó
unas sonatas para viola
da gamba y clave enjundiosas
cuya riqueza de ideas se
empañaba a veces con desequilibrios
dinámicos y Leonardo
Luckert se responsabilizó
de unas Suites para chelo
donde la Sarabande de la
BWV 1008 y la Giga de la
BWV 1009 contrastaban la
audición y el baile en una
hermosa antítesis de fuerzas.
La Orquesta Barroca de
Granada se caracteriza por
una actitud entusiasta y
sonoridad flamante, hechos
que tienen en su contra la
asignación desproporcionada
de violines, lo cual postergó
a las flautas y a la cuerda
tañida. En el grupo Seicento
el atractivo del programa
merecía a priori nuestra
atención por unas sonatas en
trío de Buxtehude que rehúyen
el alarde y exaltan el
misterio de vivir, cautivador
en esas modulaciones tan
originales cuyos enigmas
armonizaron con los que la
Naturaleza sigue haciendo
en las grutas que hay debajo
del Castillo.
Y una anécdota: el concierto
del 29 de junio se
aplazó debido a la final de la
Eurocopa. A ver si cunde la
tolerancia y en caballerosa
reciprocidad el fútbol se
ajusta a la música, que, dicho
sea de paso, es más antigua
que aquél. ¡Y nunca mejor
dicho!
Marco Antonio Molín Ruiz
Diego Pérez