Tema 2: La posibilidad del conocimiento - inicio

Filosofía y Ciudadanía
Epistemología
términos que se refieren a la experiencia directa), que asumían de esta manera el papel de
“hechos puros”.
Esta versión del verificacionismo presentaba graves problemas. En primer lugar, el
criterio de significación utilizado por el verificacionismo era demasiado estrecho, pues ningún
enunciado científico general (por tanto, ninguna ley científica) puede ser totalmente verificado
debido al problema de la inducción (los enunciados obtenidos por generalización inductiva son
sólo probables y nunca seguros 100%, pues siempre es posible que en el futuro se produzca
una excepción). Para resolver este problema, Carnap propuso una versión más débil de la
teoría, conocida como “confirmacionismo” o “verificacionismo débil”, según la cual un
enunciado era científico si podían especificarse las condiciones que permitían confirmarlo
(esto es, si se podía determinar qué sería evidencia a favor del enunciado y qué sería evidencia
en contra) aunque el enunciado no pudiera nunca verificarse de forma definitiva y completa.
“Hemos establecido con anterioridad que el sentido de una proposición descansa en el método de
verificación. Una proposición afirma solamente lo que resulta verificable respecto a ella. Por eso una
proposición, cuando dice algo, sólo puede enunciar un hecho empírico. Algo que estuviera en
principio más allá de lo experimentable no podría ser dicho, ni pensado, ni planteado. Cualquier
proposición que se deseara construir y que no encajara en ninguna de estas clases devendría
automáticamente en sinsentido. Ya que la metafísica no desea establecer proposiciones analíticas ni
caer en el dominio de la ciencia empírica, se ve compelida bien al empleo de palabras para las que no
ha sido especificado ningún criterio de aplicación, y que resultan por consiguiente asignificativas, o
bien a combinar palabras significativas de un modo tal que no obtiene ni proposiciones analíticas ni
proposiciones empíricas. En ambos casos lo que inevitablemente se produce son
pseudoproposiciones.”
R. Carnap, “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”
Pero el “confirmacionismo” seguía presentando problemas, concretamente que no era
posible determinar de forma clara la separación de los términos teóricos y los observacionales.
Cuando se intentó operacionalizar estos últimos (es decir, especificar cómo se medirían tales
términos operacionales), se encontró que muchos términos que habían sido anteriormente
considerados observacionales contenían en realidad supuestos teóricos. La distinción teóricoobservacional
no era tajante, sino más bien una cuestión de grado. Para dar respuesta a esta
cuestión, Otto Neurath, del Círculo de Viena, y Carl Hempel, del Círculo de Berlín, propusieron
cambiar la visión de la verdad como correspondencia que defendía el neopositivismo por una
teoría coherentista de la verdad, de la que ya se habló en un apartado anterior. Pero esto
implicaba que un enunciado científico sólo podía ser verdadero respecto a un sistema de
enunciados, y nunca de manera absoluta y por sí mismo, con lo cual el neopositivismo estaba
virando desde sus iniciales posturas objetivistas hacia una visión más relativista de la ciencia.
Karl R. Popper (1902-1994) estuvo muy vinculado al Círculo de Viena, a pesar de
defender una teoría completamente opuesta al verificacionismo. El objetivo central de Popper,
como el de los miembros del Círculo, era encontrar un criterio que permitiese separar
claramente qué es científico y qué no lo es. Pero lo que a Popper le preocupaba no eran las
teorías metafísicas, sino dos teorías que se presentaban como científicas y que pretendían
45