06.01.2015 Views

deuda externa alejandro olmos

deuda externa alejandro olmos

deuda externa alejandro olmos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Alejandro inicia entonces la experiencia de la clandestinidad, del combate<br />

desigual contra una represión despiadada. A partir del 13 de noviembre,<br />

día en que aparece su periódico, se entrega con alma y vida a esa lucha, redoblando<br />

esfuerzos de todo tipo, desde conseguir el dinero hasta buscar la imprenta<br />

capaz de jugarse en la patriada, así como redactar la mayor parte de<br />

los artículos con los cuales Palabra Argentina enjuicia al gobierno de Aramburu<br />

y Rojas. "Sumergido el pueblo en las tinieblas de la injusticia de las arbitrariedades<br />

de la revolución usurpadora, la voz valiente y arrolladura de<br />

Palabra Argentina aplicó -en aquellas dramáticas jornadas- el primer puñetazo<br />

en pleno rostro del 'vencedor' envalentonado por las armas... Palabra Argentina<br />

dio el primer grito de rebeldía -recordará un orador en un acto de homenaje<br />

del 11/11/61- y fue factor aglutinante en esos momentos de espanto<br />

y amargura."<br />

Pero la reacción no tarda en contragolpear: secuestro de la edición, persecución<br />

policial, allanamiento de su domicilio.<br />

El 9 y 10 de junio de 1956, ante un intento insurreccional cívico-militar,<br />

el gobierno aplica la Ley Marcial y fusila a 27 compatriotas. Olmos sufre<br />

hondamente esta masacre no sólo por sus compañeros de lucha sino, porque,<br />

además, allí muere un familiar y gran compañero, el coronel Ricardo Ibazeta,<br />

fusilado en Campo de Mayo, pues vanamente su mujer y sus hijos piden<br />

por su vida ya que, según lo registrará un poema de combate, "el presidente<br />

duerme". Hacía mucho tiempo que en la Argentina no se aplicaba la pena de<br />

muerte. Palabra Argentina no sólo denuncia los fusilamientos sino que convoca<br />

a una marcha del silencio en homenaje a los caídos, "desafiando a los<br />

responsables de los fusilamientos de junio".<br />

Durante los dos años y medio que van desde el golpe militar hasta las<br />

elecciones de febrero de 1958, Alejandro vive en pleno combate, redoblando<br />

su entusiasmo y coraje para acompañar a los compañeros en esa lucha quijotesca<br />

que se da a través del "caño", el sabotaje, la huelga o la manifestación<br />

improvisada. Las casas de los peronistas se convierten en focos de resistencia,<br />

las cocinas en centros conspirativos, los pocos periódicos que<br />

circulan van de mano en mano, leídos y releídos en el supremo intento de<br />

mantener la cohesión del movimiento y no bajar los brazos.<br />

El padre Hernán Benítez le escribe a Perón, en esa época: "Por entonces,<br />

entre varios semanarios que le pegaban sin asco al gobierno, descollaba<br />

Qué... con Scalabrini Ortiz -¡formidable!-, Jauretche, también Güemes (El<br />

Federalista). Olmos sacaba Palabra Argentina, con constancia indomable.<br />

Padeció de todo. Le secuestraron cinco números. Le allanaron la casa. Lo<br />

persiguieron y siguió en la cosa".<br />

En ese período, sufre varias detenciones que en modo alguno debilitan<br />

su ánimo. Cada vez que recupera la libertad, vuelve nuevamente a sus reuniones,<br />

a sus artículos y otra vez Palabra Argentina reflorece desde sus propias<br />

cenizas. "Conocemos perfectamente cuál es la línea de conducta del<br />

compañero Alejandro Olmos -testimonia Luisa Bustos Fierro de Feraud-.<br />

Insobornable hasta el extremo de haberlo perdido todo, desde la tranquilidad<br />

hasta su casa, sin contar sus encarcelamientos y las largas persecuciones.<br />

A este hombre con temple de acero nadie podrá doblegarlo ni hacerlo<br />

24<br />

claudicar en su lucha titánica por la recuperación de nuestras banderas...<br />

Así como este pueblo no pudo ser doblegado por la fuerza ni el asesinato, Palabra<br />

Argentina tampoco conoció cobardías ni claudicaciones. Leal a la misión<br />

que se impuso cuando salió a desafiar a la tiranía, esta hoja panfletaria<br />

fue leal a la causa popular que levantó como bandera y como arma".<br />

Con "el pacto", las elecciones y la asunción de Frondizi a la presidencia,<br />

el año 1958 ofrece un respiro de algunos meses a la militancia, hasta que resulta<br />

evidente el abandono del programa electoral por otro, antagónico: concesiones<br />

petroleras, inversiones extranjeras, "Plan de estabilización y desarrollo"<br />

acordado con el Fondo Monetario Internacional, privatización del<br />

frigorífico municipal. Alejandro vuelve, entonces, con su Palabra Argentina, y<br />

en enero de 1959 participa activamente en la lucha por los trabajadores de la<br />

carne -liderada por Sebastián Borro- y en el intento de huelga general revolucionaria.<br />

De nuevo es conducido a prisión, donde permanece varios meses.<br />

Al poco tiempo de salir en libertad, lanza nuevamente su semanario. Si<br />

antes había enfrentado la mordaza del decreto 4161 que prohibía mencionar<br />

todo aquello relacionado con el movimiento derrocado en 1955, ahora enfrentará<br />

a los tribunales militares del Plan Conintes, como asimismo a la<br />

permanente censura en los medios de expresión. No se arredra, sin embargo,<br />

y continúa la pelea, hasta que la inflación eleva desmesuradamente los<br />

costos y lo obliga a suspender la publicación de su periódico.<br />

Sin embargo, no se da por vencido, y un año después, el 28 de junio de<br />

1961, reaparece Palabra Argentina, como siempre, bajo su dirección. Allí sostiene:<br />

"Palabra Argentina no ostenta mejor aval que todas las interrupciones<br />

de su accidentada vida. Cada clausura ha sido un mojón más en esta ruta<br />

hacia los objetivos de la Liberación Nacional". Tres meses más tarde, el semanario<br />

convoca a sus lectores para que ayuden a la financiación, a través<br />

de una nota titulada "S.O.S.". Logra el apoyo para mantenerse un tiempo<br />

más, pero los obstáculos lo abruman, por momentos. Una de las mayores dificultades<br />

se origina en "la privación de sus documentos personales", lo que<br />

dificulta sus movimientos. Esta situación -según relatan sus amigos y familiares-<br />

perduró durante algunos años e incluso lo obligó a "recurrir a los jueces,<br />

quienes en primera y segunda instancia rechazaron la acción de amparo,<br />

hasta que finalmente la Corte Suprema hizo justicia, condenando al<br />

Estado a entregarle sus documentos personales".<br />

Estas dificultades no le impiden, en 1962, luchar por un proyecto de<br />

Universidad Sindical, que finalmente se frustra por falta de financiación, o<br />

en 1964 denunciar judicialmente la maniobra diplomática que impidió el retorno<br />

de Perón a la Argentina. Asimismo, en 1965, relanza nuevamente Palabra<br />

Argentina, aunque por poco tiempo, por la carencia de recursos.<br />

En esa época debió desplegar grandes esfuerzos para recomponer su vida<br />

familiar. Separado de su primera cónyuge -matrimonio del cual nacieron<br />

cuatro hijos- contrae nuevas nupcias y de este segundo matrimonio nacen<br />

otros dos hijos. Se desempeña, por entonces, en diversas tareas, ya sea en estudios<br />

jurídicos -imposibilitado de montar el propio, pues carece de título<br />

profesional-, o colaborando en varios sindicatos, sin abandonar por eso las<br />

investigaciones: el tema de las carnes, las irregularidades de una empresa<br />

25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!