Gran Canaria,05/2005 - ACEC. Viera y Clavijo
Gran Canaria,05/2005 - ACEC. Viera y Clavijo
Gran Canaria,05/2005 - ACEC. Viera y Clavijo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 31<br />
José Gregorio González<br />
El Día. Sábado 14/12/ 2002<br />
LA LUZ DEL BENTAYGA<br />
Uno de los enigmas más apasionantes y extendidos de nuestras Islas es el de las luces<br />
populares, misteriosas bolas de luz de curioso comportamiento que en ocasiones llegan a<br />
parecer inteligentes, y cuya presencia hemos podido constatar en todo el Archipiélago. De<br />
las últimas referencias, localizadas en la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, nos ocupamos esta semana,<br />
junto a otros asuntos de interés.<br />
Tal y como explicamos de forma detallada en nuestro libro “<strong>Canaria</strong>s misteriosa”, de<br />
Ediciones Alternativas, las luces populares constituyen un fenómeno realmente curioso y<br />
ampliamente presente en todas las Islas, cuyo principal misterio viene dado por el<br />
comportamiento aparentemente inteligente, que presentan estas extrañas luminarias.<br />
Con un tamaño constatado a corta distancia que oscila entre el de una pelota de<br />
baloncesto y el que brinda la luz de un cigarrillo en la oscuridad, estas pequeñas esferas de luz<br />
pueden recorrer grandes distancias y permanecer visibles por espacio de horas. Son capaces<br />
de dividirse en varios cuerpos manteniendo el tamaño de la luz original e incluso modificar su<br />
forma esférica, tomando la de una llama o pequeña hoguera, presentando un color que oscila<br />
desde tonalidades amarillas y naranjas, alcanzando el azul típico de la combustión del alcohol.<br />
Lo más desconcertante de este ya de por sí enigmático fenómeno, lo constituye su ya<br />
mencionado comportamiento, aparentemente inteligente, pues numerosos testimonios han<br />
coincidido al señalar que las luces se acercan desde la lejanía hasta los testigos,<br />
acompañándoles por espacio incluso de horas en sus trayectos. No han faltado casos en los<br />
que las luces han realizado “maniobras de acercamiento” hacia los testigos, que al reaccionar<br />
con algo de temor ante la proximidad a sus cuerpos de pocos centímetros han visto cómo las<br />
luces retrocedían. Las explicaciones propuestas para explicar estas bolas de luz han sido<br />
varias, pero ninguna realmente satisfactoria. Tanto el fenómeno conocido como “rayo en<br />
bola” a los socorridos “fuegos fatuos”, pasando incluso por reflejos luminosos en las rocas o<br />
incluso emanaciones igualmente lumínicas procedentes de ciertos componentes minerales del<br />
entorno, se han mostrado insuficientes para despejar un enigma que en el imaginario popular<br />
ha sido relacionado con duendes, reuniones de brujas e incluso almas en pena.<br />
LA LUZ DEL BENTAYGA<br />
Nuestro incansable rastreo de este fenómeno a lo largo de la geografía canaria nos<br />
llevó el pasado mes de agosto a localizar tres nuevas referencias sólo en la Isla de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, una de las cuales destaca por su especial localización y por la leyenda que la rodea.<br />
En <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> la luz popular más conocida es que antaño aparecía en la zona de La Isleta<br />
recorriendo parte de la costa para internarse en la ciudad. Sus frecuentes apariciones lograron,<br />
como suele ser habitual, influir en la toponimia y modificar el nombre de sus lugares de<br />
aparición. Por ello, el gigantesco Puerto de la Luz se llama así, por las apariciones de una<br />
misteriosa luminaria en el pasado. Con ser este caso el más conocido, no es ni mucho menos<br />
el único. En Telde destaca la luz popular que aparecía en el barrio de San Francisco, que linda<br />
con el de San Juan. Allí y hasta hace unas décadas aparecía una bola de luz en el barranco que<br />
se internaba en las empedradas calles del barrio hasta alcanzar incluso la iglesia y actual<br />
plaza, quedando memoria en la toponimia en un rincón conocido como Bailadero de las<br />
Brujas.<br />
Otra luz popular la localizamos en La Cumbrecita, una zona muy concreta de La<br />
Aldea de San Nicolás, donde los mayores recuerdan ver unas bolas de luz que recorrían con<br />
sorprendente agilidad y rapidez parte de las montañas al caer la noche.<br />
ASOCIACIÓN CANARIA PARA LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS “VIERA Y CLAVIJO”