Gran Canaria,05/2005 - ACEC. Viera y Clavijo
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 1<br />
ÍNDICE<br />
PROGRAMA DE ACTIVIDADES___________________________________ 2<br />
LISTADO DE ASISTENTES _______________________________________ 3<br />
LA ISLA DE GRAN CANARIA _____________________________________ 4<br />
MUNICIPIO DE TEJEDA ________________________________________ 11<br />
LA CUMBRE CENTRAL DE GRAN CANARIA ______________________ 17<br />
EXCURSIÓN GEOTURÍSTICA POR GRAN CANARIA _______________ 20<br />
ROQUE BENTAYGA ____________________________________________ 28<br />
BENTAYGA Y CUEVAS DEL REY_________________________________ 29<br />
LA LUZ DEL BENTAYGA________________________________________ 31<br />
ROQUE NUBLO ________________________________________________ 33<br />
EL NUBLO, SÍMBOLO DE GRAN CANARIA _______________________ 34<br />
ESCALADA EN EL NUBLO ______________________________________ 34<br />
ALGUNAS PLANTAS DEL NUBLO________________________________ 35<br />
ALGUNAS AVES DEL NUBLO ___________________________________ 36<br />
EL PINO CANARIO _____________________________________________ 38<br />
INVASIÓN, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN<br />
DE LAS ISLAS CANARIAS_______________________________________ 42<br />
LOS ABORÍGENES CANARIOS __________________________________ 46<br />
PATRIMONIO DE GRAN CANARIA_______________________________ 48<br />
LA ISLA DE CANARIA Y EL FALSO TOPÓNIMO DE "TAMARÁN" ___ 52<br />
ITINERARIOS _________________________________________________ 58<br />
CARTA CELESTE DÍA 305<strong>05</strong> A LAS 23:00 ________________________ 61<br />
ASOCIACIÓN CANARIA PARA LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS “VIERA Y CLAVIJO”
2 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
PROGRAMA DE ACTIVIDADES<br />
DÍA<br />
Viernes 27<br />
Sábado 28<br />
Domingo 29<br />
Lunes 30<br />
HORA ACTIVIDAD<br />
17,00h Salida TenerifeG. <strong>Canaria</strong> Tejeda.<br />
20,00h Presentación del curso y entrega de material.<br />
20,30h Cena.<br />
23,30h Buenas noches.<br />
9,00h Desayuno.<br />
10,00h Salida en guagua hacia Cruz de Tejeda para recorrido a pie por el<br />
contorno de la caldera de Tejeda (C. De TejedaMirador de Becerra<br />
Montañón del ToroLa CulataTejeda).<br />
19,00h Charla: “La Orotava y la energía hidroeléctrica”, impartida por<br />
Enrique Mesa Alonso.<br />
A continuación exposición de fotos de otros cursos.<br />
21,00h Cena.<br />
23,30h Buenas noches.<br />
9,00h Desayuno.<br />
10,00h Salida en guagua hacia la Degollada de La Goleta. Recorrido a pie de<br />
la vuelta al Nublo y bajada a La Culata (Roque de El Fraile<br />
Degollada BlancaHoyetas de El NubloDegollada de Las Palomas<br />
La Culata).<br />
13,00h Recogida del grupo en La Culata y traslado al Centro de<br />
interpretación Roque Bentayga, visita del mismo y subida al Roque y<br />
Cuevas del Rey.<br />
16,00h Recogida del grupo y traslado al albergue.<br />
19,00h Charla: “flora canaria”, impartida por Juan Montesino Barrera.<br />
A continuación exposición de fotos de otros cursos.<br />
21,00h Cena (asadero).<br />
23,30h Buenas noches.<br />
9,00h Desayuno.<br />
10,00h Salida hacia Agaete, baño en la playa.<br />
14,00h Salida AgaeteTenerife.<br />
Ponentes:<br />
Geología: Jesús Bravo Bethencourt.<br />
Botánica: Juan Montesino Barrera.<br />
Coordinador: Luis López Beltrán.<br />
Temporalización: 30 horas.<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 3<br />
1. Acosta Molina, Mª José<br />
2. Alemán Valls, Ángeles<br />
3. Bethencourt Machado, Pilar<br />
4. Cabrera Hernández, Celso<br />
5. Díaz Mora, Consuelo<br />
6. Escobar Álvarez, José Manuel<br />
7. Eugenio Baute, Carmen<br />
8. Eugenio Baute, Francisca<br />
9. Ferrera Goya, Eladio Julián<br />
10. García Afonso, Pablo<br />
11. García García, Ana Isabel<br />
12. González González, Esther<br />
13. Guevara Espinosa, Mª Dolores<br />
14. Henríquez Gómez, José Manuel<br />
15. Martín Díaz, Mª Candelaria<br />
16. Mesa Alonso, Jesús Enrique<br />
17. Paz Coruña, Mª Carmen de la<br />
18. Pérez Villar, Cristina<br />
19. Rodríguez Pérez, Félix M.<br />
20. Sánchez Pérez, Miguel<br />
21. Sánchez Toledo de Armas, Candelaria<br />
22. Sepúlveda Santana, Marco<br />
23. Sosa Abrante, Juana Maria<br />
24. Tejera Rodríguez, Lourdes<br />
25. Valido Suárez, Arminda<br />
26. VogelSchmidt, Sandra<br />
LISTADO DE ASISTENTES<br />
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4 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
LA ISLA DE GRAN CANARIA<br />
Introducción<br />
La isla redonda, <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, es con mucho, la que ofrece una topografía más<br />
accidentada y más compleja de entre todas las <strong>Canaria</strong>s. De silueta groseramente circular,<br />
alcanza los 1.949 metros de altura en su centro geométrico, y presenta una superficie de<br />
1.560'10 kilómetros cuadrados y un diámetro máximo de 53'5 kilómetros de La Isleta a Puerto<br />
Rico y otro medio de 46 kilómetros más generalizado. Morfológicamente puede definirse<br />
como una isla de estructura cupuliforme, de edad media respecto a las demás (ya que con 14<br />
millones de años es más joven que las orientales y más vieja que las occidentales), en la que<br />
predominan las formas del relieve ocasionadas por el modelado de la erosión.<br />
La descripción más exacta de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es la que dio Domingo Doreste a<br />
principios del siglo XX: "continente en miniatura", debido a la enorme variedad de ambientes<br />
climáticos que presenta. <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> presenta una gran variedad de paisajes desde el<br />
desértico sur, hasta el frondoso y verde norte.<br />
El medio físico<br />
La isla ha sido construida por el volcanismo en tres grandes Ciclos Eruptivos<br />
separados por períodos de inactividad, durante los cuales los procesos erosivos se han<br />
encargado de desmantelar, parcialmente, las estructuras. Tanto los períodos de actividad<br />
volcánica como los de inactividad han tenido volúmenes y duraciones distintos.<br />
El Primer Ciclo eruptivo puede subdividirse en tres momentos; en una primera fase,<br />
entre 14 y 13,5 millones de años, aparece la isla sobre el nivel del mar creciendo en altura y<br />
superficie a gran velocidad, hasta conformar un gran edificio en escudo). En una segunda<br />
fase, tras 600.000 años de intensas emisiones basálticas, acontece un cambio en la<br />
composición química de los magmas: rocas de tendencias más ácidas (traquitas y riolitas)<br />
hacen su brusca aparición. Tal es la cantidad de materiales y su velocidad de salida que las<br />
cámaras magmáticas que los contenían quedan vaciadas después de las primeras emisiones,<br />
produciéndose un gran colapso del edificio central de la isla. Se forma así la gran paleocaldera<br />
de Tejeda. La tercera fase comienza con la reanudación de la actividad eruptiva desde el<br />
interior de la caldera. Las erupciones son ahora más violentas. Las lavas y mantos de<br />
ignimbritas, rebosando la caldera ya rellenada, se deslizan sobre los antiguos basaltos<br />
cubriéndolos en todas las direcciones.<br />
Al término de la actividad eruptiva comenzó un largo período (desarrollado entre 9,6 y<br />
4,5 millones de años) en el que los agentes de la erosión unieron sus fuerzas para meteorizar<br />
las rocas. En la cúpula central, aprovechando la depresión estructural que quedó entre los<br />
domos, las aguas comenzaron a excavar una red de barrancos que, uniendo sus cabeceras,<br />
conformaron una gran depresión erosiva cuyas aguas inicialmente vertieron hacia el Nordeste,<br />
labrando el primer curso de lo que fuera el antiguo barranco de Guiniguada. Además, en todas<br />
las vertientes comenzarán a entallarse profundos barrancos sobre las rampas que serán<br />
cortadas de arriba a abajo, originándose la primitiva red de desagüe radial y por tanto la<br />
primera fragmentación del relieve. El Segundo Ciclo de actividad volcánica se desarrolló<br />
entre los 4,4 y los 3,7 millones de años y se denomina del Roque Nublo por se las rocas que<br />
constituyen este monolito las más representativas de su litología. Los focos eruptivos se<br />
concentraron en el centro geométrico de la isla, construyéndose en poco tiempo un gran<br />
estratovolcán cuyo núcleo se situó en torno a Las Mesas. Las erupciones de esta fase fueron<br />
muy violentas, alternándose nubes ardientes de diferentes modalidades con coladas<br />
piroclásticas, que pusieron en peligro la vida sobre la isla. Parece que el gran estratovolcán del<br />
Roque Nublo fue víctima de sus propias manifestaciones violentas que originaron su colapso<br />
y total desaparición morfológica. El cuadrante Suroeste de la isla fue poco afectado por esta<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 5<br />
actividad del Roque Nublo y sus antiguos relieves continuaron evolucionando, trabajados por<br />
la erosión sin apenas interferencias volcánicas.<br />
Durante poco menos de 1.000.000 de años de nueva inactividad de los volcanes, la<br />
erosión modela el paisaje provocando un nuevo vaciado de los materiales y evacuación hacia<br />
el mar. Se origina una segunda generación de superficies amesetadas o de aplanamiento,<br />
especialmente sobre las planchas del Roque Nublo, que son intensamente arrasadas y una<br />
segunda generación de valles de perfiles transversales poco acentuados como el de Chira, que<br />
son contemporáneos con un nivel marino al menos 60 metros más alto que el actual.<br />
Hacia 2,7 millones de años comienza el último de los tres grandes ciclos volcánicos<br />
que han construido <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, cuya actividad se prolonga casi hasta el presente. Las<br />
erupciones de este Tercer Ciclo se concentraron casi exclusivamente en la mitad septentrional<br />
de la isla, interfiriendo sobre los paleorelieves anteriores de manera generalizada. Fue un<br />
volcanismo basáltico de tipo estromboliano, caracterizado por la aparición de innumerables<br />
conos volcánicos que originaron elevaciones puntuales del relieve tales como la Montaña de<br />
Ajodar (Gáldar). La Isleta surgió a lo largo de este período. Aunque las cronologías absolutas<br />
están poco elaboradas, el grueso de este ciclo se produjo probablemente en el primer millón<br />
de años tras su comienzo. Ello quiere decir que volcanismo y erosión han venido<br />
yuxtaponiéndose desde entonces creando formas típicas de interferencia como las rampas de<br />
valle que caracterizan a las vegas del Guiniguada, coladas, que discurriendo sobre los lechos<br />
de los barrancos, originan pequeños represamientos acabando por convertirse en terrazas<br />
lávicas sobre los cauces, morfologías alomadas como consecuencia de los muchos conos y<br />
mantos piroclásticos.<br />
Los rasgos climáticos<br />
La isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> posee una notable variedad climática ya que se encuentra<br />
sometida, como el resto del Archipiélago, a la influencia de los vientos alisios, cuyos<br />
caracteres determinan durante el más del 90 por ciento de los días, el tipo de tiempo<br />
dominante. También se ve afectada por las menos frecuentes influencias de las perturbaciones<br />
templadas que originan lluvias desde los cuadrantes Sur y Suroeste y por las invasiones de<br />
aire seco sahariano, conocido aquí como tiempo sur, ésta se manifiesta en el contraste entre<br />
fachada expuesta a los vientos dominantes o barlovento, la mitad Nordeste o alisiocanaria, y<br />
la mitad Suroeste o xerocanaria, a sotavento; al componente altitudinal que origina un<br />
descenso pronunciado de las temperaturas y a la complejidad orográfica que procura<br />
diferentes orientaciones a los vientos y al sol en cortas distancias, creando ambientes<br />
microclimáticos diferenciados. No obstante, todo ello ocurre dentro de los parámetros<br />
definidos por un ritmo estacional de tipo mediterráneo, con inviernos frescos, cortos y<br />
húmedos y veranos largos, cálidos y secos. Las isoyetas muestran un reparto de las<br />
precipitaciones relativamente concéntrico en torno a los dos puntos culminantes de la<br />
Cumbre, sólo modificadas en su trazado por la presencia de los macizos montañosos de<br />
TamadabaAltavista, más lluvioso por su exposición al Noroeste, y de PajonalesInagua a<br />
sotavento, más seco que el anterior. El reparto de las precipitaciones no sólo tiene un fuerte<br />
componente de fachada (en totales llueve más en la alisiocanaria que en la xerocanaria), sino<br />
también orográfico (llueve más a más altura). Por si fuera poco, otra de las características de<br />
las lluvias es su tremenda irregularidad interanual. En efecto, en el análisis de una serie de 37<br />
años, entre 195152 y 198788, se pone de manifiesto la existencia de años muy húmedos<br />
(195556 con 733 mm) con años de gran sequía (197475 con 108 mm).<br />
La red fluvial de la isla se reduce a numerosos barrancos de estructura radial (dada la<br />
morfología circular de la isla) que recogen las aguas estacionales de la lluvia. No existe<br />
ningún curso de agua permanente debido a la escasez de precipitaciones y a la porosidad del<br />
terreno. Los barrancos más importantes son: al N, los de Moya y La Virgen; al NE, los de<br />
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Tenoya y Guiniguada; al E, los de Telde y Guayadeque; al SE, los de Tirajana; al S, los de<br />
Maspalomas y Arguineguín; al SO, los de Mogán, Tasarte y Tasartico; al O, los de La Aldea y<br />
Risco; al NO, los de Agaete y Gáldar. Los más importantes son los del S y O.<br />
Flora y Fauna<br />
Tras cuatrocientos años de ocupación y uso intensivo del territorio, <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong><br />
quedó deforestada hacia finales del siglo XIX. En esa época, los usos humanos terminaron por<br />
extinguir las masas forestales que caracterizaron las agrestes montañas y la isla adquirió un<br />
aspecto desolador que se prolongó hasta que, en la década de los cincuenta del siglo XX,<br />
comenzaron la repoblaciones de pinares y el abandono de grandes superficies, que habían sido<br />
cultivadas en los tiempos en que apretaba el hambre, así como una disminución de la<br />
actividad pastoril. El proceso de deforestación tras la Conquista de la isla y su integración en<br />
la Corona de Castilla en 1487, se cebó en los bosques termófilos, que ocupaban las franjas<br />
altitudinales entre 200 y 600 metros, cercanos a los principales núcleos de poblamiento.<br />
Tampoco los matorrales escaparon a este proceso: el piso basal de plantas crasas fue roturado<br />
para establecer sobre él los cultivos de exportación o por necesidades de horneo y calor<br />
doméstico. Las necesarias tareas agrícolas para el mantenimiento de una población creciente<br />
motivaron por su parte una ocupación intensísima del territorio.<br />
La situación actual de la cubierta vegetal dista mucho de aquella romántica imagen<br />
prehispánica, pero si embargo hay que decir que, al tiempo que se consolidan y ensanchan las<br />
superficies de los pinares gracias a las intensas repoblaciones y pese a los incendios, se<br />
observa una dinámica expansiva en la mayoría de las formaciones vegetales. Así, los pinares<br />
de Pinus Canariensis vuelven a ocupar el sector de Las Cumbres, presentando en el<br />
sotobosque un cortejo compuesto por matorrales de leguminosas como la retama amarilla<br />
(Teline microphyla), el codeso (Adenocarpus floliolosus) y el escobón (Chamaecytisus<br />
proliferus). Desde esta cúpula central enlazan con los históricos pinares mencionados: en<br />
Tamadaba la dinámica es expansiva y, dada su orientación al Noroeste, es un pinar húmedo;<br />
los pinares más secos son los de PajonalesInagua y Ayagaures en la vertiente Suroeste.<br />
El monteverde es la formación vegetal menos representada en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. De la<br />
amplia superficie que ocupaba en las medianías del Nordeste insular sólo quedan pequeños<br />
manchones en los fondos y laderas abruptas de algunos barrancos como los Tilos de Moya,<br />
Barranco Oscuro... No obstante, en estos lugares la dinámica también es expansiva,<br />
encontrándose Los Tilos protegidos y sometidos a tareas de repoblación forestal. También las<br />
formaciones termoesclerófilas, especialmente de acebuches, palmeras y almácigos, se<br />
encuentran en una sorprendente dinámica expansiva. Los acebuchales (Olea europaea ssp.<br />
cerasiformis) combinados en algunos sectores con los lentiscos (Pistalea lentiscus), crecen<br />
sobre campos abandonados y sus laderas aledañas. Los almacigares (Pistalea atlántica) se<br />
reproducen en pequeños rodales del Noroeste y el Oeste insular, y los palmerales siempre<br />
muy unidos a la actividad humana, se encuentran fuertemente impulsados además por las<br />
tareas de embellecimiento de carreteras y espacios públicos.<br />
Respecto a las formaciones del piso basal, siguen una dinámica parecida, mucho más<br />
acentuada en los espacios del Sur y Suroeste donde al abandono poblacional del interior, ha<br />
habido que añadir el abandono de muchas superficies dedicadas al cultivo del tomate. Los<br />
cardonales están espacialmente extendidos en todo el sector Suroccidental comprendido entre<br />
el Andén Verde y las rampas de Amurga, compartiendo su espacio con los matorrales de<br />
tabaibas (Euphorbia Obtusipholia, E. balsamífera) y otras muchas plantas xéricas y crasas.<br />
Finalmente, en los sectores litorales cabe mencionar la presencia de innumerables manchones<br />
de toldos en la costa Norte y Oeste, el bosquete abierto pero magnífico de tarajales (Tamarix<br />
canariensis) y la clara expansión de los matorrales arborescentes de balos (Ploclama péndula)<br />
en los cauces de los barrancos de la banda Sur. En definitiva, gracias a los notables cambios<br />
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en la actividad económica y en la distribución de la población ocurridos en los últimos treinta<br />
y tres años se ha llegado a esta dinámica de expansión en la recuperación del paisaje vegetal<br />
de esta isla.<br />
En el litoral, sobre la vegetación xerófila, aparece el bosque de laurel y el fayalbrezal<br />
a barlovento (en la actualidad escasamente representados), como en Los Tilos (cerca de<br />
Moya) y, más arriba, los pinares como el de Tamadaba en el NO.<br />
Los lugares de interés paisajístico de la isla, entre otros, son los siguientes:<br />
Reserva Natural Integral de Inagua: comprende 3.920,3 hectáreas en los términos<br />
municipales de Tejeda, Mogán y La Aldea de San Nicolás.<br />
Reserva Natural Integral de Barranco Oscuro: se extiende a lo largo de 35,2<br />
hectáreas en los términos municipales de Moya y Valleseco.<br />
Reserva Natural Especial del Brezal: abarca 107 hectáreas en el término municipal<br />
de Santa María de Guía; su objetivo es la protección del hábitat de laurisilva y fayalbrezal, y<br />
la integridad de su fauna y flora asociada, así como el paisaje en general.<br />
Reserva Especial Natural de Azuaje: comprende 61,1 hectáreas en los términos<br />
municipales de Firgas y Moya; con ella se trata de proteger los hábitats de laurisilva y fayalbrezal<br />
y rupícola, y la integridad de su fauna y flora asociada, así como el paisaje en general.<br />
Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya: comprende 91,5 hectáreas en los<br />
términos municipales de Moya y Santa María de Guía.<br />
Reserva Natural Especial de los Marteles: comprende 3.568,7 hectáreas en los<br />
términos municipales de Valsequillo, San Bartolomé de Tirajana, Agüimes, Santa Lucía de<br />
Tirajana, Telde, Ingenio, San Mateo y Tejeda; busca proteger los hábitats rupícolas y<br />
acuícolas, así como los restos de los bosques termófilos y el paisaje en general.<br />
Reserva Natural Especial de Las Dunas de Maspalomas: comprende 403,9<br />
hectáreas en el término municipal de San Bartolomé de Tirajana.<br />
Reserva Natural Especial de Güigüi: comprende 2.920,9 hectáreas en el término<br />
municipal de La Aldea de San Nicolás; su finalidad de protección es el hábitat rupícola y el<br />
paisaje forestal y abrupto de barrancos, así como la flora y fauna endémica amenazada y la<br />
estructura geomorfológica del macizo.<br />
Parque Natural de Tamadaba: comprende 7.538,6 hectáreas en los términos<br />
municipales de Agaete y La Aldea de San Nicolás.<br />
Parque Natural de Pilancones: comprende 5.794,4 hectáreas en el término municipal<br />
de San Bartolomé de Tirajana.<br />
Parque Rural del Nublo: comprende 26.307,4 hectáreas en los términos municipales<br />
de Tejeda, La Aldea de San Nicolás, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Artenara, San<br />
Mateo, Valleseco, y Moya.<br />
Parque Rural de Doramas: comprende 3.586 hectáreas en los términos municipales<br />
de Moya, Valleseco, Firgas, Santa María de Guía, Arucas y Teror.<br />
Monumento Natural de Amagro: comprende 407,7 hectáreas en el término<br />
municipal de Gáldar.<br />
Monumento Natural de Bandama: comprende 325,7 hectáreas en los términos<br />
municipales de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, Santa Brígida y Telde.<br />
Rasgos característicos de la población<br />
Son varias las peculiaridades poblacionales que conviene destacar respecto a <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>. En primer lugar, que este territorio alberga actualmente el 45 por ciento de los<br />
habitantes de <strong>Canaria</strong>s, es decir, la isla soporta el mayor peso demográfico del Archipiélago<br />
así como la mayor densidad (unos 434 habitantes por kilómetro cuadrado). En segundo lugar,<br />
que ha tenido una evolución poblacional progresiva, de carácter histórico, muy semejante a la<br />
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de la isla de Tenerife, si bien con unos índices de expansión más elevados y con una<br />
desaceleración en su crecimiento más tardía. Finalmente, debemos considerar que en ella se<br />
produce un desequilibrio notorio en el reparto de a población, a consecuencia de la extremada<br />
polarización, en una serie de focos, de los que sin duda no tiene parangón el Archipiélago el<br />
municipio de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
El mayor crecimiento de la población insular se produce entre 1950 y 1986, período<br />
durante el cual la población de la isla se duplica. Explican este crecimiento: la continuidad de<br />
unos altos índices de fecundidad y de natalidad y de unas reducidas tasas de mortalidad, es<br />
decir, la propia dinámica natural, y, por otra parte, la atracción inmigratoria que ejerce la isla<br />
respecto a otros espacios: Lanzarote, Fuerteventura y la Península, fundamentalmente. Este<br />
comportamiento obedece a distintas circunstancias económicas: la expansión de la actividad<br />
portuaria y comercial, el espectacular desarrollo turístico, la generalización de servicios de<br />
muy variado tipo, etc. La crisis económica de los primeros años ochenta, la que aventuramos<br />
en los primeros noventa, así como la ya manifiesta transición demográfica determinan una<br />
reducción en las tasas de incremento de estos últimos años. Sin embargo; la huella de aquella<br />
etapa de expansión desmesurada pervive en una sociedad desvertebrada y en un territorio<br />
deteriorado en el que la presión demográfica obliga en la actualidad; de forma paradójica, a su<br />
ordenación y rehabilitación.<br />
En los últimos años, se han modificado las tendencias en la movilidad interna de la<br />
población. Los trasvases del campo a la ciudad son mínimos en relación a la etapa anterior. El<br />
área más dinámica desde el punto de vista poblacional es, actualmente, la fachada oriental de<br />
la isla. En el resto del territorio la situación es aproximadamente estacionaria.<br />
Estas tendencias determinan una estructura de asentamientos desarticulada: una<br />
multitud de pequeños caseríos, aldeas o barrios dispersos por toda la isla, en fase regresiva; un<br />
conjunto de núcleos de más de 2000 habitantes que incluyen capitales municipales más<br />
pequeñas y a otras entidades situadas en las zonas bajas, en fase expansiva o estacionaria, y,<br />
finalmente, el núcleo director de la ciudad de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, que concentra a<br />
más de la mitad de la población insular. Este sistema da lugar a migraciones diarias de una<br />
gran dimensión, derivadas de la concentración de funciones en los polos de desarrollo<br />
económico.<br />
Economía<br />
La agricultura es uno de los pilares más importantes de la economía insular. Según la<br />
altitud se distinguen tres zonas agrícolas diferentes: La zona baja o costera (de 0 a 200 m de<br />
altitud), que representa algo más de la tercera parte de la superficie total de la isla. Los<br />
cultivos principales son el plátano y el tomate (de alta rentabilidad, ya que son productos<br />
tempranos), además de otros productos tropicales como la papaya, el naranjo, el cafeto, etc.<br />
(de importancia tan solo local). La costa septentrional es la más fértil de la zona costera<br />
debido a la mayor fertilidad de los suelos lávicos y al mayor índice de precipitaciones que<br />
aquí se registran. La zona media (de 200 a 1000 m), que ocupa el 52% de la superficie insular.<br />
Se cultivan sobre todo los frutales y cereales de secano. La zona alta (más de 1000 m), que<br />
ocupa el 14,5% de la superficie insular. Los cultivos más importantes son la patata y los<br />
cereales, ambos de escasa rentabilidad, ya que las acusadas pendientes de la zona reducen<br />
bastante la extensión de los campos de cultivo, así como su número. La ganadería está en<br />
progresiva regresión, especialmente los rebaños de ovejas y cabras trashumantes de las<br />
montañas al interior. Las zonas más productoras son las cuencas de Moya y Azuaje.<br />
La actividad pesquera tiene en Las Palmas al único puerto pesquero importante, el<br />
primero de todo el archipiélago. De interés local son los puertos de Sardina, Tasarte y<br />
Tasartico. Especial mención merece la pesca deportiva en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, ya que se han batido<br />
más de 75 récords mundiales y, también en varias ocasiones, ha sido subcampeona de la<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 9<br />
Marlin World Cup, que se celebra al unísono en el mundo entero en todos los mares en que<br />
habita este pez. Las especies de pico (marlines blancos, azules, negros, peces vela y pez<br />
espada), a pesar de que en términos generales tienen escaso valor comercial o gastronómico,<br />
poseen un alto poder de reclamo turístico y de promoción industrial.<br />
El sector industrial está representado por las industrias alimentarias, textil, de piel y<br />
confección, muebles, papel, química, siderurgia y construcción. Se concentra en la<br />
aglomeración de Las Palmas, sobre todo en los municipios de Arucas y Telde. Las restantes<br />
instalaciones industriales son de menor interés: Gáldar y Moya en el N, Ingenio en el E y<br />
Santa Lucía en la cuenca de Tirajana.<br />
El turismo es, sin duda, la primera fuente de ingresos de la isla. Las principales<br />
instalaciones turísticas se localizan en las costas oriental (playa de Melenara, Gando, Carrizal,<br />
Ingeniero y playa de Arinaga) y meridional (Juan <strong>Gran</strong>de, Maspalomas y playa de Puerto<br />
Rico). <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, además de su riqueza natural y buen clima, tiene infraestructuras<br />
hoteleras de gran nivel que ofrecen un ocio inagotable. A la posibilidad de practicar la pesca<br />
deportiva se suma la práctica del deporte del golf durante todo el año (Real Club de Golf de<br />
Las Palmas y el Club de Golf de Maspalomas) y la de deportes náuticos (windsurf,<br />
submarinismo, etc.).<br />
Administración y Gobierno<br />
La isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es uno de los siete territorios insulares que integran la<br />
Comunidad Autónoma de <strong>Canaria</strong>s. Pertenecen a la isla los municipios de Agaete, Agüimes,<br />
Artenara, Arucas, Firgas, Gáldar, Ingenio, Mogán, Moya, San Bartolomé de Tirajana, La<br />
Aldea de San Nicolás, Santa Brígida, Santa Lucía de Tirajana, Santa María de Guía de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, Tejeda, Telde, Teror, Valleseco y Valsequillo de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. La capital es Las<br />
Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
El órgano de Gobierno y administración insular es el Cabildo, que tiene autonomía<br />
plena en los términos que establece la Constitución (REC 1978/2836) y su legislación<br />
específica conforme al artículo 32 del Estatuto de Autonomía de <strong>Canaria</strong>s aprobado por Ley<br />
Orgánica de 10 de agosto de 1982, que es su norma institucional básica.<br />
Historia<br />
Los primeros pobladores de la isla eran de raza CroMagnon y protomediterránea. Se<br />
mantuvieron en un estadio de civilización neolítica, y no llegaron a conocer ni a utilizar<br />
metales hasta la llegada de los conquistadores.<br />
Tamarán, nombre con que se conocía a esta isla, estaba dividida en dos reinos: el del<br />
Telde al E y el de Gáldar al O. La sociedad estaba dirigida por un guanarteme o rey, que<br />
representaba el poder civil junto con el consejo de los nobles, y por el faycán o sacerdote, que<br />
podía sustituir al guanarteme en el plano social, político y económico. Además, había un<br />
órgano colectivo de carácter militar, el sabor, integrado por los guayres o capitanes. La<br />
religión de este pueblo era compleja: adoraban al Sol y rendían culto a sus antepasados, así<br />
como a la diosa de la fecundidad (simbolizada por el ídolo de Tara). Existían centros<br />
religiosos, en montañas y riscos, cuyas cimas servían de santuario inviolable y donde los<br />
perseguidos tenían derecho al asilo, entre ellos el Roque Bentayga.<br />
En 1402 comienzan los intentos de conquista de la isla por Juan de Bethencourt. Pero<br />
es en 1478 cuando Isabel la Católica encarga a Juan Rejón, militar experto, la empresa de<br />
conquistar estas islas situadas en un punto tan estratégico. El 24 de junio de 1478 se construyó<br />
el Real de las Palmas, que dio lugar a la fundación de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, en la<br />
ribera del Guiniguada, lugar rodeado de árboles y palmeras. La guerra de guerrillas es la<br />
forma de lucha que adoptan los aborígenes grancanarios ante las tropas extranjeras, un<br />
sistema que alarga la conquista. Pedro de Vera no puede darla por concluida hasta la<br />
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primavera de 1483 (29 de abril) y aún entonces determinados grupos de indígenas<br />
continuaron alzados en las cumbres. Sin luchar, pervivieron en ellas aislados durante siglos,<br />
por lo menos hasta el XVIII, aunque poco a poco se fueron integrando con el resto de la<br />
población.<br />
En el siglo XVI la reina Juana otorga el título de ciudad al Real de las Palmas. Es en<br />
este siglo cuando se repuebla la isla, produciéndose un intenso mestizaje. Se inicia entonces<br />
una etapa de gran esplendor, debido principalmente a la floreciente agricultura, a la autonomía<br />
política a través de los concejos insulares y al hecho de constituir escala obligada en el paso<br />
de las naves hacia América. Parte de los terrenos se destinan al cultivo de la caña de azúcar,<br />
que da lugar a poblaciones y se convierte en propulsora de la economía insular, propiciando<br />
una actividad mercantil de primer orden en las principales plazas europeas. Desde allí, se<br />
importan manufacturas y obras de arte que cubren los retablos de múltiples iglesias de la Isla.<br />
Primero el azúcar y luego el vino dieron a <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> un relativo esplendor<br />
económico y social a lo largo del XVI y parte del XVII, situación que se verá truncada en la<br />
segunda mitad del siglo por la ruptura de las relaciones de la Corona con Inglaterra y los<br />
gravámenes sobre el comercio.<br />
A partir del siglo XVIII se consolida la cultura autóctona y se produce un desarrollo<br />
económico. En el XIX, la vida social y política grancanaria va a estar marcada por los<br />
conflictos del pleito insular y la lucha por la capitalidad del Archipiélago con Tenerife. Estos<br />
enfrentamientos vecinales, que se abrieron en 1808, no acaban hasta que el Estatuto de<br />
Autonomía promulga en 1982 la doble capitalidad. La división provincial de 1927,<br />
consecuencia del pleito insular, fue capitaneada por <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y sus políticos. Querían dos<br />
provincias frente a Tenerife que defendía una sola y gobiernos en cada isla, algo que se<br />
consiguió en 1912 con la Ley de Cabildos.<br />
A mediados del XIX se instauran los puertos francos, lo que abre una puerta al<br />
comercio y a las exportaciones de productos locales, sobre todo tomates, papas y plátanos,<br />
que hacen que se instalen en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> compañías y bancos ingleses.<br />
A partir de 1912, con la ley de Cabildos y tras la consolidación del Cabildo de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, se realizan obras sociales como institutos, hospitales, obras de infraestructura como<br />
el aeropuerto, presas y carreteras de relevante importancia. El puerto sigue siendo escala de<br />
mercantes que se dirigen a Sudamérica y Sudáfrica, y comienzan a llegar los primeros<br />
cruceros turísticos y las flotas pesqueras. A partir de los años 60, el turista ya viaja en vuelo<br />
chárter, y esto origina un gran auge de las construcciones e inversiones extranjeras. En 1972<br />
se estructura el método de recaudación y gestión económica diferente a la Península y se<br />
aprueba el Régimen Económico y Fiscal (REF).<br />
En 1973, tras la muerte de Franco, se produce un desplazamiento de más de 15.000<br />
personas de El Aaiún (Sáhara Occidental) a <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, lo que origina un repentino<br />
incremento de la población de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> que incidió negativamente sobre<br />
la infraestructura de servicios.<br />
En 1982 es aprobado el Estatuto de Economía de <strong>Canaria</strong>s, por lo que se empiezan a<br />
gestionar gran cantidad de recursos desde el archipiélago.<br />
En 1989 se crea la Universidad de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. En 1990, <strong>Canaria</strong>s se<br />
incorpora plenamente a la Comunidad Europea, hecho que provoca el fin de los puertos<br />
francos.<br />
www. geocities .com.<br />
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MUNICIPIO DE TEJEDA<br />
Situación: Asentado en el sector centrooriental de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
Superficie: 103,30 kilómetros cuadrados<br />
Altitud: 1<strong>05</strong>0 m<br />
Habitantes: 2.565 habitantes<br />
Distancia a la capital: 43,7 Km.<br />
El municipio de Tejeda tiene una superficie de 103 kilómetros cuadrados abarcando la<br />
zona habitada más importante de la cumbre de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Se encuentra inmerso en su<br />
totalidad dentro del Espacio Natural Protegido del Parque Rural del Nublo. Dicha declaración<br />
responde al elevado valor ecológico del entorno geográfico del municipio que lo ha hecho<br />
merecedor de la conservación de todo el conjunto y promover a su vez el desarrollo armónico<br />
de la población local.<br />
El relieve abrupto del municipio viene determinado por los procesos derivados de su<br />
origen volcánico y su posterior desmantelación erosiva. Este hecho ha condicionado la<br />
vertebración territorial, tanto en lo referente a infraestructuras como en lo social, siendo este<br />
un factor que ha condicionado el desarrollo del municipio en combinación con otros, como el<br />
alejamiento de los principales polos de desarrollo insular.<br />
Localización y accesos<br />
Tejeda se encuentra en la zona central de la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Esto hace que tenga<br />
varias vías de acceso desde cualquier punto de la isla. La vía más utilizada es la que tiene su<br />
origen en la capital, Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, a 43 kilómetros.<br />
Esta vía une los principales municipios de la zona noreste de la isla: Vega de San<br />
Mateo y la Villa de Santa Brígida.<br />
Descripción<br />
Tejeda, el núcleo habitado principal, se sitúa a 1.<strong>05</strong>0 metros de altitud sobre el nivel<br />
del mar. El municipio cuenta con multitud de núcleos habitados dispersos que han sabido<br />
conservar la belleza de los caseríos rurales, tranquilos y apacibles.<br />
El término municipal se integra dentro de la denominada Caldera Volcánica de Tejeda,<br />
elemento configurador de un paisaje caracterizado por la alternancia de barrancos encajados y<br />
escarpadas montañas. La Caldera de Tejeda ocupa una parte importante de la zona suroeste de<br />
la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Este imponente paisaje comenzó a originarse a partir de erupciones<br />
volcánicas de extraordinaria potencia, hace 14 millones de años. En este periodo comenzó a<br />
emerger la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Fruto de esta dilatada historia podemos apreciar multitud de<br />
elementos geológicos. Un ejemplo es el peculiar Sistema de Diques Cónicos o "Cone Sheet"<br />
de Tejeda. Esta forma estructural consiste en la aparición de estructuras rocosas que desde un<br />
origen común se irradian en todas direcciones. El foco origen, de este "cono invertido" se<br />
localiza a unos 1700 metros de profundidad, en las proximidades de lo que hoy es el barrio de<br />
El Chorrillo. La importancia de esta estructura es mundial, pues en no muchos lugares del<br />
mundo puede apreciarse las formas resultantes de este modelo eruptivo de manera tan<br />
perceptible. La erosión provocada, principalmente por las lluvias, ha realizado su importante<br />
contribución a la configuración del paisaje de Tejeda, modelando el relieve y dejando a la luz<br />
importantes monolitos rocosos en el paisaje: Roque Nublo, Bentayga, Roque Palmé, etc...<br />
La red de barrancos resultante es de extraordinaria importancia a escala insular,<br />
albergando un gran número de presas que regulan el uso hídrico en la zona suroeste de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>. Además ofrecen un recurso paisajístico que atrae a multitud de visitantes. Presas<br />
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presentes en el municipio de Tejeda: De los Hornos, Caidero de la Niña, Cueva de las Niñas,<br />
Parralillo, Siberio, etc.<br />
Estos embalses se localizan en el municipio, pero sus aguas son aprovechadas por<br />
otros municipios vecinos, como La Aldea de San Nicolás de Tolentino. Algunos de estos<br />
embalses son complementos de Áreas recreativas gestionadas por el Cabildo Insular de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, como la de Cueva de las Niñas.<br />
Clima<br />
Tejeda se beneficia de un clima condicionado por varios factores, que determinan dos<br />
períodos claramente definidos. Uno más cálido y seco de junio a septiembre, y otro más frío y<br />
húmedo de octubre a enero. Su posición en la zona cumbre de la isla proporciona una<br />
atmósfera limpia y despejada durante casi todo el año. La temperatura media anual se sitúa en<br />
torno a los 19 º C y la precipitación media anual en 700 mm (Estación Cruz de Tejeda). Estos<br />
rasgos permiten una sensación de confort sano y agradable durante la mayor parte del año.<br />
Los principales factores que condicionan los rasgos climáticos del área son:<br />
· Afección del anticiclón de las Azores y de las bajas presiones continentales<br />
africanas, propia de la latitud a la que se encuentra la isla.<br />
· Localización al sur oeste de la isla, en la zona de sotavento, a resguardo de los<br />
vientos alisios y las principales borrascas atlánticas.<br />
· Abrupto relieve que introduce la variable de la gradación altitudinal de la<br />
temperatura, influyendo en el desarrollo de las precipitaciones o lluvias de la zona.<br />
El buen clima y la limpieza de la atmósfera propician las condiciones idóneas para<br />
los aficionados a la observación astronómica.<br />
Espacios naturales protegidos<br />
La vida, en todos los sentidos, se ha adaptado a la orografía y el clima, creando un<br />
paisaje de espectacular riqueza por los valores naturales y humanos que integra. Estos valores<br />
han justificado la declaración de este municipio dentro de los límites de varios Espacios<br />
Naturales Protegidos. El municipio de Tejeda tiene la práctica totalidad de sus 103 km2 de<br />
superficie inmersa en diferentes categorías de protección de los Espacios Naturales Protegidos<br />
de <strong>Canaria</strong>s: Monumento Natural del Roque Nublo, Reserva Natural Integral de Inagua,<br />
Monumento Natural de Riscos de Tirajana, Paisaje Protegido de las Cumbres y, el más<br />
importante, el Parque Rural del Nublo.<br />
El Parque Rural del Nublo es una categoría de protección creada en el año 1994 por la<br />
Ley 12/94 de Espacios Naturales Protegidos de <strong>Canaria</strong>s. La finalidad de protección de este<br />
espacio es: "la conservación de todo el conjunto y promover a su vez al desarrollo armónico<br />
de las poblaciones locales y mejoras en sus condiciones de vida, no siendo compatibles los<br />
nuevos usos ajenos a esta finalidad". La espectacularidad del paisaje de la Cuenca de Tejeda y<br />
la sabia relación entre el hombre y la naturaleza dotan al espacio de un amplio catálogo de<br />
elementos de gran valor natural y humano. Los monolitos como el Roque Nublo y el<br />
Bentayga son de gran belleza y simbolismo, tanto para sus habitantes como para el visitante.<br />
El Bentayga y sus alrededores albergan un complejo arqueológico de gran valor que ha sido<br />
declarado Parque Arqueológico. Aquí se encuentra una importante representación del modelo<br />
de asentamiento fortificado de los canarios. La localización del Bentayga, y su difícil acceso,<br />
lo convirtieron en el refugio ideal para los antiguos canarios cuando se defendían de los<br />
conquistadores. También se encuentran importantes elementos arqueológicos relacionados<br />
con las manifestaciones religiosas y los asentamientos prehispánicos. La fragilidad del<br />
conjunto requiere de la concienciación de los visitantes en el respeto, con la finalidad de<br />
preservar este importante complejo arqueológico.<br />
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Flora y fauna<br />
La posición del municipio en el área de cumbre de la isla dibuja un clima de variadas<br />
características. Esta variabilidad radica en la confluencia de los ambientes húmedos y secos<br />
de la isla. Esto permite la presencia de variedad formaciones vegetales de gran valor. El Pinar<br />
es una formación vegetal que ocupa dos zonas principales del municipio: cumbre y macizo de<br />
Ojeda, Inagua y Pajonales. Sin embargo, la formación vegetal de mayor importancia<br />
superficial es la compuesta por vegetación introducida, con el almendrero/almendro como<br />
especie predominante. Las formaciones vegetales acogen especies que presentan rasgos<br />
adaptativos importantes, lo cual hace que hayan algunos endemismos: tomillos (Micromeria<br />
leucantha), retamas (Teline rosmarinifolia), salvias (Sideritis dasygnaphala), etc. La<br />
interrelación entre las formaciones vegetales, usos humanos y el relieve hace posible que se<br />
genere multitud de hábitats que inciden en la proliferación de grupos faunísticos.<br />
Las especies animales más singulares del municipio son el Pinzón Azul de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> (Fringilla teydea polazetky) que habita en las áreas de pinar. Otra especie importante<br />
dentro del grupo de reptiles es el Lagarto de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> (Gallotia sthelini). Los mirlos,<br />
alcaudones, alpispas, vencejos, cuervos, etc, son aves presentes en el entorno municipal y<br />
muy vinculadas a los usos humanos que les facilita de manera indirecta los alimentos y aguas<br />
necesarios para su desarrollo.<br />
Historia del municipio<br />
Etapa prehispánica<br />
Los primeros datos de existencia de población en Tejeda datan del siglo III d.C. Los<br />
primeros pobladores de la zona de cumbre de la isla, se asentaban en las cuevas existentes que<br />
eran adaptadas para hacerlas más habitables. Esta tipología de vivienda pervive hoy en<br />
algunos barrios del municipio, como Ronda.<br />
El asentamiento prehispánico más importante se localiza en la Sierra del Bentayga. En<br />
esta fortaleza inexpugnable se encontraban los graneros y silos, en donde los canarios<br />
almacenaban y conservaban sus alimentos, principalmente cereales. También se localiza el<br />
almogarén, santuario donde practicaban sus ritos religiosos. En el Bentayga se refugiaron un<br />
grupo importante de canarios, momentos antes de finalizar la conquista, convirtiéndose en<br />
uno de los últimos reductos de la resistencia a la invasión castellana. Los canarios practicaban<br />
la agricultura y el pastoreo, siendo la base que sustentaba un importante número de<br />
pobladores. Esta población disminuyó considerablemente tras la conquista castellana de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> en 1496.<br />
Etapa moderna<br />
Al inicio del siglo XVI, tras la conquista Castellana, la zona de cumbre contaba con<br />
una población mermada. Pero esta situación fue fugaz pues, de manera inmediata, comienzan<br />
a producirse nuevos asentamientos. Los nuevos pobladores llegaban en busca de lugares<br />
próximos a las cuencas hidrográficas, produciéndose una dispersión entre los distintos<br />
asentamientos. El agua y su aprovechamiento, adquieren un valor estratégico determinante en<br />
la historia, no solo de Tejeda, sino de la isla en general. Los Reyes Católicos ordenan el<br />
primer repartimiento de la zona sobre las aguas del Manantial de la Mina de Tejeda en 1501,<br />
en beneficio del Cabildo de la isla y con destino a la capital de la misma, Las Palmas. Los<br />
habitantes de la desembocadura de la Cuenca de Tejeda, no ven con buenos ojos el reparto de<br />
las aguas de la Mina de Tejeda. Como consecuencia del incremento poblacional que<br />
experimenta esta zona, los nuevos colonos cristianos crean la primera ermita, la cual<br />
dependerá de la Vega de Sta. Brígida. La Corona realiza los primeros repartos de tierras de la<br />
cumbre: Rincón, La Culata, Timagada y Siberio.<br />
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Ya en el siglo XVII, Tejeda se ve afectada indirectamente por la crisis producida en<br />
los cultivos de la costa, caña de azúcar y parras (vides). El centro de la isla comienza a recibir<br />
población desde esa zona de la isla. La escasa disponibilidad de terrenos de labradío en<br />
Tejeda incide en la presión sobre los escasos recursos disponibles. La necesidad hace que la<br />
población comience a usurpar y roturar por sí misma las tierras que la Corona poseía en la<br />
cumbre. El Cabildo se ve obligado a conceder nuevas Datas, y en La Aldea, la Casa de Nava y<br />
Grimón roturan tierras de su propiedad y las concede al partido de medias perpetuas. Este<br />
fenómeno crea las condiciones necesarias para la consolidación de los núcleos habitados de<br />
Tejeda. La importancia de este enclave en la cumbre es ya relevante, contando con alcalde<br />
pedáneo. El interés por salvaguardar los derechos de aprovechar los recursos naturales, sobre<br />
todo el agua, comienzan a ser determinantes. Los pleitos comienzan a ocasionar<br />
movilizaciones de población de tal relevancia que generaron insurrecciones y motines.<br />
El aumento demográfico de la población canaria a lo largo del siglo XVII, generó<br />
continuas demandas de tierras para garantizar la supervivencia de nuevas familias. El hecho<br />
de que las tierras fueran de Realengo ejerció una dura presión sobre el Cabildo para que<br />
concedieran nuevas Datas. Como consecuencia de ello las Autoridades Insulares entre 1666 –<br />
1648 conceden esta jurisdicción a perpetuidad 357 fanegadas de tierra repartidas en lotes. El<br />
cambio de siglo (XVII a XVIII) supuso para <strong>Canaria</strong>s una alteración del orden económico,<br />
continuas calamidades naturales, malas cosechas, secuelas de crisis sociales y una profunda<br />
crisis de producción que llevó a los tejedenses a la desesperación en 1720, llegando a declarar<br />
varios vecinos ante la Real Audiencia que solo se mantenían de helechos y raíces. Esta<br />
situación contribuyó a que se siguieran dando roturaciones clandestinas en los baldíos de<br />
Realengo y en los bosques de pinos ya bastante mermados. Esta presión demográfica y la<br />
crisis por el alza de los precios desencadenan el Motín de 1777. El hambre de tierras hizo que<br />
los tejedenses volvieran a usurpar tierras de Realengo. La situación se agudizó cuando el<br />
Corregidor Ignacio Joaquín Montalvo (representante de la Corona) ya que la Real Pragmática<br />
de 1748 los convertían en jueces privativos en materia de montes y baldíos, interviene para<br />
recuperar el patrimonio Real usurpado. Detiene en La Aldea al alcalde de Tejeda José de la<br />
Encarnación Sarmiento por desacato a sus órdenes. Enterados los vecinos de Tejeda e<br />
instigados por el Sacristán de la Aldea y el Dirigente local, Manuel Araujo, se desplaza hacia<br />
la costa y generan un amotinamiento armado y una sublevación general contra el Corregidor<br />
para que anulasen las diligencias practicadas contra los usurpadores. El Corregidor asediado<br />
por grupos armados (Milicias Locales, cuyos miembros eran usurpadores) accede dos días<br />
después a estas peticiones y embarca hacia Santa Cruz de Tenerife. Los dirigentes del motín<br />
celebran su victoria repartiendo gofio, tabaco y vino. El asunto se remitió al Consejo de<br />
Castilla decidiendo archivar el caso y que los usurpadores conservaran las tierras,<br />
legalizándose por Real Orden de 1778.<br />
Etapa contemporánea (XIX)<br />
La transición del Antiguo Régimen al liberalismo fue tranquila en Tejeda, aunque<br />
marcada por períodos de crisis económica provocados por las sequías, hambrunas y el cambio<br />
de modelo económico de <strong>Canaria</strong>s.<br />
De acuerdo con el Decreto de las Cortes de Cádiz de 1812, la jurisdicción histórica<br />
adquiere el rango de Ayuntamiento Constitucional, aunque se configura su infraestructura<br />
municipal con dotación presupuestaria propia en 1836.<br />
La fundación de la Parroquia de San Antonio de Padua, en mayo de 1814 en Mogán,<br />
culmina con la creación del Ayuntamiento de Mogán y por tanto, la segregación de una<br />
importante superficie de territorio. Tejeda pierde su salida al mar.<br />
En esta época y como consecuencia de las crisis, se producen dos fenómenos que<br />
caracterizarán el comportamiento de la población. De un lado, la presión antrópica sobre los<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 15<br />
recursos naturales, y por otro, la emigración. La superficie de masa forestal de pinar viene<br />
sufriendo un retroceso desde los siglos anteriores y la administración liberal potencia la<br />
vigilancia y el control de los aprovechamientos. Se limita la explotación maderera, pero la<br />
crisis hace que la sobreexplotación del pinar, talas y carboneo, se sigan produciendo ante la<br />
mirada de los guardamontes. La emigración se convierte en la otra cara de la solución al<br />
tiempo de crisis que se vivía. Este fenómeno se dio en todo el archipiélago en general y<br />
Tejeda también contribuyó, sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX. La búsqueda de<br />
una salida a la dura crisis hizo que Cuba se convirtiera en el principal destino de muchos<br />
tejedenses. Esta emigración "atlántica" fue protagonizada principalmente por jóvenes solteros,<br />
labradores propietarios y pequeños empresarios. Las edades de los emigrantes se comprendían<br />
entre los 15 y 20 años. Una de las causas que provocaron el éxodo de los jóvenes fue la<br />
obligatoriedad del cumplimiento del servicio militar. El fenómeno migratorio en Tejeda se<br />
produjo durante todo el siglo, pero 1879 fue el año en que se produjo un mayor número de<br />
emigrantes, concretamente, 109 tejedenses.<br />
Siglo XX<br />
La población se mantiene al margen del desarrollo económico que experimentaba las<br />
bajas cotas insulares, beneficiadas por el desarrollo del sistema puertofranquista. Continuaba<br />
practicando una producción agrícola de autoconsumo, aunque de especial relevancia eran los<br />
ingresos por la venta de frutas de temporada (peras, ciruelas, duraznos, nueces etc.), así como<br />
los quesos, cueros y ganados demandados en la ciudad de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. La<br />
producción forestal de leña, carbón y pinocha también fue una fuente de ingresos importante,<br />
sobretodo la pinocha que se recogía en los pinares de Pajonales e Inagua, utilizadas para<br />
relleno de colchones y mayormente para el empaquetado de plátanos.<br />
Aunque se sigue usando los caminos de herradura, se abre en 1932 la primera vía<br />
rodada para vehículos, se comunica por carretera La Cruz de Tejeda con el casco del<br />
municipio. En la década siguiente se comunica el municipio con San Bartolomé de Tirajana y<br />
será hasta los años 70 cuando se proyectes las vías que conducen hasta los diferentes pagos de<br />
Tejeda (La Culata, El Toscón y La Solana). Es en este siglo cuando se inician las grandes<br />
obras de Ingeniería Hidráulica, La Presa de los Hornos 19331958, Cueva de las Niñas 1959,<br />
Caideros de las Niñas 1957, Presa del Parralillo 1970, la Presa de Soria 1972 y la de Siberio<br />
en 1978. Ideológicamente existe una rivalidad política por el control del poder municipal; una<br />
tendencia conservadora frente a la liberal, disensión que pierde fuerza durante la Segunda<br />
Republica y se liquida después de la Guerra Civil española con la etapa franquista. La Guerra<br />
Civil española no tuvo grandes repercusiones como en otros lugares, pero se vio afectada por<br />
el bloque marítimo de la Segunda Guerra Mundial, acarreando el racionamiento de productos<br />
básicos, esto sumo más aún en la pobreza a la población tejedense.<br />
Visitando Tejeda<br />
La cultura y el arte están presentes en Tejeda como una opción complementaria de<br />
turismo y ocio. Así, el visitante puede acudir al Museo de Esculturas Abraham Cárdenes,<br />
donde puede admirarse parte de la obra de este escultor canario de gran importancia,<br />
originario de Tejeda y amante de su tierra. Tejeda cuenta también con el Museo Etnográfico,<br />
que permite al visitante hacer un recorrido por la historia de la Isla y del municipio.<br />
Asimismo, el municipio contará con un Centro de Plantas Medicinales, en el que se invitará al<br />
visitante a descubrir las variedades de plantas, hierbas y flores propias de Tejeda y de la Isla,<br />
y los distintos usos en medicina, religión, cosmética.<br />
Tejeda es de obligada visita para quienes deseen descubrir el rico patrimonio<br />
arqueológico de la isla. Allí podremos encontrar vestigios arqueológicos tales como cuevas de<br />
enterramientos, grabados, pinturas y casas. El Roque Bentayga es muestra de ello; es un<br />
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elemento natural de gran singularidad que fue lugar sagrado para los aborígenes, pues allí se<br />
hacían ofrendas y se rendía culto a los dioses. En él se sitúan Las Cuevas del Rey. En su<br />
interior se pueden apreciar grutas de habitación, graneros, grabados, pinturas rupestres y<br />
varias perforaciones realizadas en roca que denotan la existencia de un centro religioso<br />
prehispánico.<br />
El Centro de Interpretación Degollada de Becerra es otro de los lugares de interés en<br />
Tejeda. Está localizado en el Carretera entre La Cruz de Tejeda y los Llanos de la Pez. Es un<br />
mirador que ofrece un espectacular paisaje al caminante, pero, sobre todo, es un centro que<br />
dedicado a informar de la etnografía local.<br />
El Parque Arqueológico del Bentayga es un ecomuseo levantado junto al Roque del<br />
mismo nombre, cuya finalidad es servir de centro de interpretación, tanto del complejo<br />
arqueológico de los roques (Bentayga, Andén de Tabacalete, Cuevas del Rey y el Roquete)<br />
como de su entorno. Ofrece un extraordinario paisaje del sur y oeste de la isla.<br />
La visita al municipio no puede pasar por alto la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora<br />
del Socorro. Este templo, que data de 1921, es rectangular, y se divide en tres naves con<br />
grandes ventanales que le confieren a la iglesia una extraordinaria iluminación contando<br />
además con un hermoso retablo que, recientemente inaugurado, es su elemento más llamativo.<br />
Una de las visitas recomendadas es a La Cruz de Tejeda, que ofrece una de las más<br />
relajantes vistas de la Isla. Una gran cruz de piedra preside la entrada del Parador Nacional, a<br />
pocos metros de la cual numerosos puestos de venta de productos típicos de la zona hacen las<br />
delicias de los visitantes.<br />
El símbolo de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> se encuentra también en Tejeda. Se trata del Roque<br />
Nublo, una enorme roca basáltica en forma de monolito de más de 70 metros de altura,<br />
surgida como consecuencia de actividad volcánica durante el Pleistoceno. A su lado, hacia el<br />
noreste, se encuentra otra roca monolítica denominada El Fraile, por su gran parecido a un<br />
monje en oración. Y si lo que se desea es apreciar la belleza natural del municipio, es<br />
recomendable realizar excursiones por los pinares de Inagua y Ojeda, y, más al norte, el de los<br />
Pechos, que tiene unas vistas maravillosas, como casi todas las de este municipio, centro<br />
geográfico de la Isla.<br />
Fiestas y celebraciones<br />
El fruto más característico de Tejeda da nombre a sus principales fiestas: Las Fiestas<br />
del Almendro en Flor. Estas celebraciones, que tienen lugar durante las dos primeras semanas<br />
del mes de febrero, fueron organizadas en sus orígenes por los jóvenes del municipio,<br />
celebrándose su primera edición en 1970. Creadas como una manera de conservar y difundir<br />
aspectos de la cultura y la tradición propias del municipio y de la isla, en ellas se da cita lo<br />
más representativo del folklore canario: la música tradicional, el baile, artesanía, los deportes<br />
autóctonos, ferias de ganado y agrarias y una demostración de faenas típicas que hacen las<br />
delicias de Tejedenses y visitantes.<br />
Las Fiestas en honor a la Virgen del Socorro se celebran a partir de la segunda semana<br />
de septiembre. Son las Fiestas Patronales de Tejeda, ya que la imagen de esta virgen se venera<br />
en el templo parroquial de la localidad, al que da nombre. El día grande se realiza una<br />
procesión, así como las ofrendas a la Virgen, donde los barrios se acercan a su patrona con los<br />
productos de la tierra.<br />
www.tejeda.es.<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 17<br />
LA CUMBRE CENTRAL DE GRAN CANARIA<br />
AGUSTÍN NARANJO CIGALA<br />
Departamento de Arte, Ciudad y Territorio (Sección de Geografía). ULPGC.<br />
Introducción<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es la isla más poblada del archipiélago por lo que la superficie destinada<br />
a Espacios Naturales Protegidos adquiere especial relevancia en las estrategias de<br />
conservación de los valores ambientales y paisajísticos. En este sentido, las cumbres de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> (por encima de la cota de los 1.000 m) constituyen un espacio que reúne muchas<br />
excelencias paisajísticas y ambientales y también antropológicas, y a su vez presenta una<br />
densidad de población relativamente baja en el contexto insular, lo que junto a la importancia<br />
de los Espacios Naturales Protegidos de la zona 1 podemos considerarlas como territorio de<br />
reserva natural de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
Características poblacionales<br />
Como hemos insinuado, en la Cumbre Central (sobre los 1.500 m de altitud) no se<br />
ubica ningún núcleo de población, sin embargo este área ha sido tradicionalmente explotada<br />
desde los asentamientos vecinos de San Bartolomé de Tirajana, Ayacata, La Culata de Tejeda,<br />
La Culata de Tirajana, Cueva <strong>Gran</strong>de, Camaretas, Hoya del Gamonal, El Rincón, Risco<br />
Blanco, Juncal y Toscón de Tejeda y otros pueblos y barrios de menor entidad poblacional.<br />
Estos núcleos registraron un notable incremento poblacional entre 1900 y 1960, triplicándose<br />
sus efectivos pero a partir de 1960, coincidiendo con el "boom" turístico, se produce un<br />
paulatino despoblamiento, típico de las áreas más marginales del territorio insular. La<br />
vocación tradicional de este territorio de las cumbres de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> ha sido el pastoreo de<br />
carácter ovino, especialmente a partir del primer tercio del siglo XIX cuando ya la isla se<br />
encuentra prácticamente deforestada. Hasta los años 50 de la presente centuria, según algunos<br />
autores, fue la zona más rica en pastos de toda la Isla. Hoy día, esta actividad se encuentra<br />
considerablemente mermada, aunque existen algunos reducidos rebaños que pastan<br />
ocasionalmente en la zona, pero la toponimia local refleja contundentemente el uso tradicional<br />
con topónimos tales como: Corral de Los Juncos, Cortijo de Pargana, Cortijo de Los Hornos,<br />
Cortijo del Nublo, Cortijo de Huertas, Cañada de los Gaspares, etc. Hoy día encontramos<br />
escasas construcciones destacando las instalaciones militares y de telecomunicación situadas<br />
en la cota culminante de la zona y de la Isla, el Pico de Las Nieves a 1.949 metros. Otras<br />
edificaciones como el vivero forestal del Corral de los Juncos o el coto de caza de Los<br />
Risquillos, presentan un carácter muy localizado. Finalmente, resulta indispensable señalar<br />
que esta zona de cumbres está considerada como lugar de ocio y esparcimiento en torno a los<br />
centros recreativos (Llanos de la Pez y Mesas de Ana López recientemente), a las aulas de la<br />
naturaleza (Llano del Garañón, Cortijo de Huertas) y a los hitos geográficos de frecuentes<br />
visitas, como el caso del Roque Nublo, principalmente los fines de semana, que si bien<br />
revaloriza este sector desde el punto de vista medioambiental también requiere una constante<br />
vigilancia y control por parte de los agentes de medio ambiente.<br />
1<br />
Los ENP de las cumbres de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> son: Reserva Natural Integral de Inagua, Reserva<br />
Natural Especial de Los Marteles, Parque Natural de Tamadaba, Parque Rural del Nublo,<br />
Monumento Natural del Montañón Negro, Monumento Natural Riscos de Tirajana,<br />
Monumento Natural del Roque Nublo y Paisaje Protegido de Las Cumbres.<br />
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18 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
Rasgos físicos de la cumbre central<br />
El ámbito geológico y geomorfológico de la Cumbre Central lo componen<br />
básicamente materiales tipo “Roque Nublo”, de la misma naturaleza y antigüedad que el<br />
propio monolito del que reciben nombre. Generalmente presentan formas de mesetas o<br />
plataformas cortadas por fuertes escarpes o planchas aglomeráticas (Juncal y Toscón de<br />
Tejeda o el propio Tablón del Nublo) a veces resaltadas por roques y relieve ruiniforme (El<br />
Fraile, la Rana como más singulares en torno al Roque). Este tipo de materiales del Ciclo<br />
Roque Nublo genera los relieves locales más enérgicos donde es muy frecuente la caída de<br />
grandes bloques ciclópeos (en las vertientes de los pagos de Ayacata, Timagada, Guardaya) y<br />
la formación de imponentes escarpes en los bordes de las coladas ignimbríticas (Caldera de<br />
Tirajana y de Tejeda). Junto a estos procesos erosivos de mayor envergadura, también se<br />
producen otros más superficiales que originan la característica desagregación de la capa<br />
exterior de estos materiales, como consecuencia de mecanismos de humectacióndesecación y<br />
de alteración química, dando lugar a procesos locales de taffonización en los que la roca<br />
aparece profundamente horadada por numerosas vacuolas y agujeros. Por otro lado, también<br />
podemos encontrar otro tipo de relieves caracterizados por algunas manifestaciones<br />
volcánicas que generan rupturas puntuales en la topografía de la zona. Se trata de edificios<br />
piroclásticos y freatomagmáticos aislados (Morro de la Salvia, 1.806 metros, La Calderilla,<br />
1.750 metros, Morro de la Caldera, 1.696 metros, etc.), relativamente bien conservados,<br />
Predominan las áreas con pendientes comprendidas entre los 30 y 50 %, que contrastan con<br />
los sectores llanos (Llanos de la Pez y Pargana, Llano del Garañón, Mesa de Las Vacas, Llano<br />
de Sardina, etc.) y con los grandes escarpes que conforman las cabeceras funcionales de los<br />
principales barrancos de la Isla (Barranco de Tejeda, Guiniguada, Tirajana, Ayacata,<br />
Chorrillo, Guayadeque, Telde, ...).<br />
Las condiciones climáticas de este sector de cumbres se caracterizan por un elevado<br />
contraste térmico estacional y especialmente por una amplitud térmica diurna considerable,<br />
rasgos que podíamos considerar como relativamente continentales. Esto es consecuencia de la<br />
altitud y de la lejanía al mar. La humedad relativa es baja, 40°/0, exceptuando cuando se<br />
producen invasiones ocasionales de aire polar marítimo, y la precipitación media anual oscila<br />
entre los 700 y los 800 milímetros en torno a Los Pechos y algo menor en el mismo centro del<br />
Roque Nublo por su orientación hacia el Oeste. Es decir un clima con veranos calurosos y<br />
secos con humedad baja y unos inviernos fríos.<br />
La vegetación de la Cumbre Central está representada fisionómicamente por la<br />
extensión del pinar de repoblación (Pinus canariensis) y del matorral de leguminosas, donde<br />
la retama amarilla (Teline microphylla) es la especie dominante. Es preciso resaltar que esta<br />
homogeneidad es sólo aparente ya que la vegetación está claramente influida por las<br />
condiciones orográficas, climáticas y de explotación zooantrópica secular, que se materializa<br />
en su estructura, composición florística y distribución actual. Así pues, nos encontramos con<br />
una vegetación compuesta por comunidades arbóreas acicucifolias de Pinus canariensis y<br />
Pinus radiata principalmente, fruto de las políticas de repoblación y acompañando a este<br />
pinar aparece un matorral subarbustivo compuesto fundamentalmente por la ya mencionada<br />
retama (Teline microphylla), asociada según las situaciones, con escobones (Chamaecytisus<br />
proliferus) y codesos (Adenocarpus foliolosus) más exigentes en humedad y desarrollados<br />
sobre materiales básicos, otros matorrales acidófilos de degradación como los tomillares<br />
(Micromeria lanata y M. benthamii.), con facies de salvia blanca (Sideritis dasygnaphala),<br />
magarzas de cumbres (Argyranthemum adauctum), Alhelí montuño (Erysimum scoparium)<br />
etc. junto con manifestaciones de comunidades rupícolas de crasuláceas dominadas por los<br />
veroles (Aeonium simsü) y pasteles de risco (Greenovia aurea). También encontramos<br />
matorrales compuestos por especies que indican una cierta explotación humana como las<br />
gamonas (Asphodelus aestivus) e incluso las tabaibas amargas (Euphorbia obtusifolia). Todos<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 19<br />
estos matorrales presentan una distribución particular, en función de las matizaciones<br />
ambientales que introducen las variaciones locales de la topografía (pendientes y orientación)<br />
y de la cubierta edáfica. Hay que destacar en la Cumbre Central una densidad de endemismos<br />
vegetales canarios y grancanarios y la presencia de especies muy vulnerables como los cardos<br />
de cumbre (Carlina texedae) y peligrosamente amenazadas de extinción, como la flor de<br />
mayo leñosa (Pericallis hadrosoma).<br />
Finalmente desde el punto de vista de la fauna hay que hacer mención a los distintos<br />
grupos de invertebrados presentes en esta área, que aún hoy se encuentran vagamente<br />
estudiados. Sin embargo, la fauna vertebrada está representada por las aves, destacando en la<br />
zona los picapinos (Dendrocopos major ssp. thanneri), vencejos (Apus unicolor unicolor) y<br />
algunas rapaces como la aguililla (Buteo buteo insularum), los cernícalos (Falco tinnunculus)<br />
y los cuervos (Corvus corax tingitanus). También aparecen algunos paseriformes como el<br />
herrerillo (Parus caeruleus), entre otros. Los reptiles se hallan representados por el lagarto<br />
endémico de la Isla (Gallotia simonyi stehlini), la lisa de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> (Chalcides<br />
sexlineatus) y el perenquén (Tarentola boettgeri). Entre los mamíferos cabe destacar la<br />
presencia más que probable de quirópteros y musarañas además de los conejos y ratones de<br />
campo.<br />
Bibliografía<br />
· MILLARES, A., (1882): "Un viaje al Valle de Tirajana. La Cumbre y el Paso de La<br />
Plata". Rev. El Museo Canario, 57, pp. 295303.<br />
· NARANJO, A., (1995): Evolución del paisaje vegetal en la Cumbre Central de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> (19601992). Servicio de Publicaciones ULPGC, Ed. Cabildo Ins. de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, 206 pp.<br />
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20 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
EXCURSIÓN GEOTURÍSTICA POR GRAN CANARIA<br />
Francisco José Pérez Torrado<br />
José Mangas Viñuela<br />
Revista “Tierra y Tecnología” Nº 6. 4º trimestre 1993<br />
La isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> ofrece una gran variedad de materiales y morfologías<br />
volcánicas, originados por diferentes estilos eruptivos. En este artículo describimos<br />
brevemente la génesis y evolución geológica de la isla y proponemos un itinerario<br />
geoturístico de un día.<br />
Introducción<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> ocupa una posición central dentro del Archipiélago Canario y con una<br />
superficie aproximada de 1.560 Km 2 representa la tercera isla en extensión después de<br />
Tenerife y Fuerteventura. Morfológicamente se presenta como un edificio cupuliforme, con<br />
una planta casi circular de unos 45 Km. de diámetro y un perfil transversal cónico coronado<br />
por una altitud máxima de 1.949 m (Pico de las Nieves). La isla se encuentra profundamente<br />
excavada por una red de barrancos que partiendo desde sus zonas de cumbres se dirigen<br />
radialmente hacia sus sectores costeros y dejan al descubierto los diferentes materiales<br />
geológicos que han contribuido a su crecimiento subaéreo. En ella se observa un marcado<br />
contraste entre sus sectores septentrionales, más lluviosos y fértiles, y los meridionales, más<br />
secos y estériles, debido fundamentalmente a la influencia que los vientos alisios húmedos del<br />
N y NE ejercen sobre esas vertientes septentrionales durante gran parte del año.<br />
A continuación, antes de describir el itinerario geológico propuesto, exponemos<br />
brevemente cuál ha sido la evolución geológica de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. A1 final de este artículo, se<br />
señalan una serie de publicaciones dedicadas monográficamente a la geología de esta isla, en<br />
las que el lector interesado podrá encontrar una información más amplia y detallada.<br />
Historia geológica de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong><br />
La construcción geológica de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> se inició durante el Mioceno, con una fase<br />
de vulcanismo submarino cuyos materiales representan aproximadamente el 75% de su<br />
volumen total. Estas rocas submarinas, al contrario que ocurre en otras islas canarias como La<br />
Palma, Gomera o Fuerteventura, no pueden ser observadas en su superficie.<br />
Por su parte, la fase de vulcanismo subaéreo se caracteriza por la emisión de rocas a lo<br />
largo de tres grandes ciclos magmáticos denominados Ciclo I o Antiguo, Ciclo II o Roque<br />
Nublo y Ciclo III o Reciente, y que se encuentran separados entre sí por períodos de<br />
inactividad volcánica. En la Tabla se indican las principales características de cada uno de<br />
estos ciclos y en la Figura se presenta un mapa geológico esquemático.<br />
Ciclo I o Antiguo<br />
Tuvo lugar durante el Mioceno, desde los 14 a los 8,5 m.a. aproximadamente.<br />
Comenzó con la emisión de más de 1.000 Km 3 de lavas basálticas alcalinas (Formación<br />
Basáltica) durante unos 300.000 años. Estos materiales conformaron un edificio volcánico de<br />
pendientes suaves (volcán en forma de escudo) cuyas dimensiones originales fueron tal vez<br />
semejantes a las de la isla actual. El mecanismo de emisión fue hawaiano (erupciones de muy<br />
baja explosividad con salida del magma en forma de lavas) y posiblemente alimentado a<br />
través de una red de fracturas.<br />
Inmediatamente después de emitirse estos basaltos fisurales, se produjo una<br />
diferenciación en la cámara magmática, originándose consecuentemente cambios en la<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 21<br />
composición química del magma y en sus mecanismos de emisión. Así, comenzaron las<br />
primeras erupciones volcánicas de composición traquíticoriolítica y carácter altamente<br />
explosivo, que dieron lugar a depósitos piroclásticos denominados «ignimbritas». Estos<br />
depósitos representan los primeros materiales de la Formación TraquíticoRiolítica y su<br />
brusca salida ocasionó un vacío en la parte superior de la cámara magmática a consecuencia<br />
del cual se originaría un hundimiento de su techo. Se formó así una caldera de colapso<br />
(Caldera de Tejeda) de unos 15 Km. de diámetro localizada en la zona central de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, teniendo las primeras rocas afectadas por este hundimiento una edad de unos 14,1<br />
m.a.<br />
CUAT<br />
EDADES<br />
(m.a.)<br />
.<br />
PLIOCENO<br />
2,9<br />
NATURALEZA<br />
DE LOS<br />
MATERIALES<br />
Basanitas<br />
Nefelinitas<br />
Fonolitas<br />
Traquitas<br />
BasanitasBasaltos<br />
PROCESOS MÁS<br />
DESTACADOS<br />
Calderas<br />
freatomagmáticas<br />
Alineación de conos<br />
VOLUMEN<br />
EMITIDO<br />
CICLOS<br />
10 Km 3 III<br />
II INTERVALO DE INACTIVIDAD VOLCÁNICA<br />
(Sólo afecta a los sectores costeros y medianías de la<br />
isla)<br />
Estratovolcán<br />
200 Km 3 II<br />
MIOCENO<br />
4,6<br />
5,3<br />
8,5<br />
9,6<br />
13<br />
14,1<br />
Nefelinitas<br />
Alineación de conos<br />
I INTERVALO DE INACTIVIDAD VOLCÁNICA<br />
(Afecta a toda la isla)<br />
TraquitasFonolitas ConeSheet 100 Km 3<br />
Fonolitas<br />
Sienitas<br />
100 Km 3<br />
Exocaldera Intracaldera<br />
I<br />
TraquitasRiolitas Caldera de Tejeda 150 Km 3<br />
Emisiones fisurales<br />
Basaltos alcalinos<br />
1000 Km 3<br />
Volcán en escudo<br />
VOLCANISMO SUBMARINO 6500 Km 3<br />
Posteriormente, continuaron sucediéndose erupciones muy explosivas con emisión de<br />
ignimbritas alternando con algún episodio lávico, y todos estos materiales se extendieron<br />
tanto por el exterior como por el interior de la caldera, alcanzándose las mayores potencias en<br />
esta última zona.<br />
La continua diferenciación magmática originó un nuevo cambio en la composición<br />
química del magma, y por ello los siguientes depósitos piroclásticos y lávicos fueron de<br />
naturaleza fonolítica (Formación Fonolítica). Sus centros de emisión se situaron de forma<br />
más o menos periférica a la Caldera de Tejeda.<br />
En las etapas finales del Ciclo I se produjo la consolidación del magma en condiciones<br />
subsuperficiales, desarrollándose tres episodios de carácter intrusivo:<br />
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22 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
a) rocas sieníticas en las zonas centrales de la caldera, datadas en 11,8 m.a. y por lo<br />
tanto contemporáneas con la Formación Fonolítica;<br />
b) diques traquíticofonolíticos que en conjunto dieron lugar a una morfología de cono<br />
invertido (cone sheet). Estos diques atravesaron todas las rocas anteriores, incluidas<br />
las sienitas, originando un abombamiento del terreno en su área de influencia, y<br />
c) domos fonolíticonefeliníticos en disposición circular, siguiendo más o menos los<br />
límites externos del área de influencia del «cone sheet». Estas intrusiones<br />
representan la última actividad ígnea del Ciclo I.<br />
Más tarde, se inició un período de fuerte actividad erosiva que se prolongó durante<br />
más de 3 m.a. (I Intervalo de inactividad volcánica) y dio lugar a un relieve caracterizado por<br />
barrancos de distribución radial. Los materiales procedentes de esta actividad erosiva (arenas<br />
y conglomerados de cantos fonolíticos) se acumularon principalmente en las zonas bajas de la<br />
costa NE, E y S de la isla, constituyendo el denominado «Miembro Inferior de la Formación<br />
Detrítica de Las Palmas» (FDP).<br />
Ciclo II o Roque Nublo<br />
Sus primeros signos de actividad volcánica, desarrollados hacia los 5,3 m.a. en el<br />
Plioceno Inferior, se caracterizaron por erupciones estrombolianas localizadas<br />
preferentemente en los sectores meridionales de la isla y que dieron lugar a pequeños conos<br />
piroclásticos, con algunas lavas nefeliníticas asociadas, que se alinearon según directrices<br />
NOSE. Posteriormente, hacia los 4,6 m.a., la actividad se desplazó hacia los sectores<br />
centrales de la isla donde se mantuvo hasta la finalización de este Ciclo II. Durante este<br />
último episodio, se llegó a desarrollar un complejo edificio volcánico (el estratovolcán Roque<br />
Nublo) en cuya evolución geológica se diferencian tres fases:<br />
a) Fase inicial (entre los 4,6 y 3,9 m.a.). Caracterizada por el apilamiento de lavas de<br />
composición química muy variada (desde basaltos alcalinosbasanitas hasta<br />
traquitasfonolitas) emitidas mediante erupciones estrombolianas. Estas lavas<br />
discurrieron por la red de paleobarrancos excavados en los materiales miocenos,<br />
alcanzando algunas de ellas la línea de costa y ganando una superficie el mar de al<br />
menos 40 Km 2 . Hacia el final de esta fase ocurrieron las primeras intrusiones de<br />
domos de composición fonolítica.<br />
b) Fase madura (entre los 3,9 y 3 m.a.). Durante esta fase, comenzaron a sucederse<br />
en el edificio estratovolcánico erupciones explosivas de tipo vulcanianofreatomagmático<br />
emitidas desde sus zonas aplicables, con erupciones<br />
estrombolianas originadas a partir de fisuras y conos adventicios desarrollados en<br />
sus laderas. Las primeras erupciones generaron unos potentes depósitos<br />
piroclásticos conocidos como «Aglomerados o Brechas Roque Nublo», dominantes<br />
del paisaje actual de las cumbres grancanarias.<br />
c) Fase final (entre los 3 y 2,7 m.a.). El estratovolcán se encontraba en su etapa de<br />
mayor desarrollo alcanzando alturas de más de 2.500 m sobre el nivel del mar. Este<br />
sobredimensionamiento del edificio, unido a su morfología asimétrica, hizo que sus<br />
laderas S, más cortas y abruptas que las N, se encontraran gravitacionalmente<br />
inestables. Por ello, movimientos sísmicos ligados a las intrusiones de domos<br />
fonolíticos tardíos, a actividad explosiva de las brechas, etc., desencadenaron el<br />
colapso gravitacional de esas laderas S, lo que originó gigantescas avalanchas de<br />
materiales que recorrieron más de 20 Km. desde el centro de la isla. Con este<br />
proceso se inició el desmantelamiento del estratovolcán.<br />
Al mismo tiempo que tenían lugar estas emisiones volcánicas, en la zona costera de la<br />
isla y fruto de un período transgresivo en el que se encontraba inmersa, se fueron depositando<br />
sedimentos marinos de grano fino dando lugar al denominado «Miembro Medio de la FDP».<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 23<br />
Estos sedimentos se encuentran muy bien representados en la costa NNE, en cotas que<br />
oscilan entre los 50 y los 110 m de altura sobre el nivel actual del mar. Asimismo, se<br />
estableció una red de barrancos que drenaron las laderas del estratovolcán, y en sus<br />
desembocaduras formaron extensos depósitos conglomeráticos que se intercalaron entre<br />
niveles de brechas volcánicas y lavas. Este conjunto de materiales ha sido denominado<br />
como«Miembro Superior de la FDP» y también se encuentra ampliamente representado en los<br />
sectores costeros del NNE de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, donde se apoya sobre los depósitos del Miembro<br />
Inferior y Medio.<br />
Entre el final del Ciclo II<br />
y el comienzo del III, se<br />
desarrolló el II Intervalo de<br />
inactividad volcánica que solo<br />
afectó a los sectores costeros y de<br />
medianías de la isla, ya que en<br />
los centrales se solaparon los<br />
últimos episodios activos del<br />
Ciclo II (intrusión de domos<br />
fonolíticos) con los primeros del<br />
Ciclo III. Durante este II<br />
Intervalo de inactividad y<br />
prolongándose en el Ciclo III, se<br />
originaron depósitos de<br />
deslizamientos gravitacionales<br />
constituidos por brechas con<br />
cantos de muy diferentes<br />
naturalezas.<br />
Ciclo III o reciente<br />
Este ciclo está<br />
caracterizado por la emisión de<br />
lavas y piroclastos de naturaleza<br />
basaníticonefelinítica. Al igual<br />
que en los Ciclos I y II, se<br />
observa una migración de la<br />
actividad volcánica desde zonas<br />
meridionales hacia zonas<br />
septentrionales de la isla. Los<br />
edificios volcánicos originados<br />
se alinearon según ciertas<br />
direcciones estructurales, algunas de las cuales, como la NOSE y la NESO, se repiten en<br />
otras islas del archipiélago. El tipo de actividad en todos ellos fue estromboliana, y<br />
únicamente se vio alterada localmente por fenómenos de interacción aguamagma,<br />
originándose violentas explosiones y dando lugar a pequeñas depresiones caldéricas (Calderas<br />
de Bandama y Los Marteles, entre otras).<br />
La última erupción volcánica en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, datada mediante C 14 sobre un resto de<br />
pino carbonizado, se produjo en el Montañón Negro (al Noroeste de la Cruz de Tejeda) hace<br />
aproximadamente 3.500 años, por lo que desde el punto de vista geológico, la actividad<br />
volcánica del Ciclo III aún no ha finalizado.<br />
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24 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
Itinerario geológico<br />
El itinerario geológico que aquí proponemos puede ser desarrollado durante un día y<br />
pretende dar una visión general de los diferentes procesos y materiales geológicos que han<br />
intervenido en la construcción de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
Parada 1. Lavas almohadilladas (pillowlavas) del Ciclo Roque Nublo<br />
Comenzamos nuestra excursión saliendo de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> por el Barrio<br />
de Guanarteme y tomando una pequeña carretera que va hacia Tamaraceite. En esta carretera<br />
y después de pasada una gasolinera, nos desviaremos a la derecha por un camino asfaltado<br />
que conduce a un polvorín militar. Junto a este camino, al borde del Barranco de Tamaraceite,<br />
se observa un afloramiento espectacular de lavas almohadilladas e hialoclastitas, datados en<br />
4,4 m.a. y producidas por la entrada en el mar de lavas subaéreas con estructuras pahoehoe<br />
En el borde izquierdo de la carretera se aprecian también detalles de las pillow, como<br />
grietas de retracción en disposición radial, películas externas vítreas, etc. Estas pillow se<br />
apoyan sobre sedimentos marinos del Miembro Medio de la Formación Detrítica de Las<br />
Palmas en los cuales originan estructuras de cargas que pueden incluso aislar una pillow del<br />
conjunto. A su vez, los sedimentos del Miembro Medio se apoyan sobre depósitos<br />
conglomeráticos del Miembro Inferior, cuyos cantos fonolíticos en el contacto presentan<br />
tonalidades rojizas y huellas producidas por organismos marinos litófagos.<br />
Parada 2. Conjunto volcánico de Bandama<br />
Para llegar a él, debemos regresar a Las Palmas desde la parada anterior y tomar la<br />
carretera 811 (conocida como la carretera del centro) que en sus primeros 6 Km. es una<br />
autovía. Hacia el Km. 10 (pasadas las poblaciones de Tafira Alta y Monte Lentiscal) nos<br />
desviaremos a la izquierda por una carretera que conduce directamente a Bandama.<br />
El Pico y la Caldera de Bandama constituyen un conjunto volcánico relativamente<br />
reciente pertenecientes al Ciclo III. Ambos edificios se formaron durante un mismo episodio<br />
eruptivo en el que se sucedieron fases de carácter freatomagmático y otras típicamente<br />
estrombolianas. El Pico de Bandama corresponde a un cono de cínder formado por la<br />
acumulación de lapillis y escorias basálticas, bien estratificadas y depositadas en torno a su<br />
boca eruptiva. El cráter tiene forma en herradura, abierta hacia el NE, con un diámetro de 375<br />
x 250 m. La Caldera, por su parte, es una depresión en forma de cono truncado e invertido.<br />
Posee un diámetro que oscila entre los 1.100 y 850 m a la altura de sus bordes y los 200 m en<br />
su fondo, y sus paredes son muy escarpadas, con desniveles medios de 200 m. Inicialmente, la<br />
Caldera pudo ser un cono volcánico similar al Pico y su origen caldérico se debió<br />
presumiblemente a la acción combinada de episodios explosivos freatomagmáticos que<br />
crearon un vaciado en la cámara magmática a favor del cual se produjeron fenómenos de<br />
colapso de sus paredes.<br />
Aprovechando la situación que nos ofrece la cima del Pico de Bandama, podemos<br />
obtener una excelente panorámica de los campos de volcanes más recientes de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>,<br />
aunque desgraciadamente muchos de ellos se encuentren parcialmente desmantelados. De<br />
oeste a este, observaremos el volcán de Arucas, Monte Lentiscal, Tafira, el conjunto de conos<br />
alineados de la isleta (al final de la ciudad de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>), los del Valle de<br />
Jinámar, Santidad, Cuatro Puertas, Gando (al lado del aeropuerto), Arinaga, etc.<br />
Parada 3. Mirador de la Cuenca de Tejeda<br />
Después de visitada Bandama, regresamos a la carretera 811 y continuaremos por ella<br />
hasta llegar a la Cruz de Tejeda. Son aproximadamente unos 25 Km. de recorrido pero por<br />
una carretera muy sinuosa, por lo que recomendamos tomárselo con calma e ir disfrutando del<br />
paisaje. Se atraviesan materiales del Ciclo III y también del Ciclo II. Una vez llegado al<br />
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destino, podemos realizar el almuerzo en algunos de los restaurantes situados en este punto<br />
(uno de ellos pertenece a la red de Paradores Nacionales) o comprar en los numerosos<br />
chiringuitos que ofrecen a los turistas una gran variedad de souvenirs.<br />
Con las pilas recargadas, podemos retomar el interés por la geología grancanaria.<br />
Desde el mirador del Parador se obtiene una buena panorámica de la red de barrancos que<br />
componen la Cuenca de Tejeda. En ella, el modelado erosivo es espectacular, destacándose<br />
diversos cerros testigos (Roque Nublo y Roque Bentayga, entre otros), mesas (Acusa y<br />
Junquillo), laderas en trapps o andenes, etc. Ya Unamuno, en el destierro que sufrió en las<br />
islas <strong>Canaria</strong>s, comparó el paisaje de las cumbres grancanarias con «una tempestad<br />
petrificada».<br />
Esta Cuenca de Tejeda está labrada sobre materiales de los tres ciclos magmáticos. En<br />
líneas generales, aparecen en el fondo de estos barrancos materiales del Ciclo I, con<br />
excepción de sus basaltos más antiguos. Discordante sobre estos materiales, se encuentran<br />
lavas y potentes depósitos de brechas volcánicas del Ciclo II los cuales constituyen los restos<br />
del desaparecido estratovolcán Roque Nublo. Finalmente, en la parte superior de algunos<br />
barrancos, afloran localmente coladas y piroclastos del Ciclo III, como por ejemplo el volcán<br />
de Juan Gómez, a la izquierda del mirador, que dio lugar a una colada que alcanzó el fondo<br />
del Barranco de Tejeda.<br />
Parada 4. Risco Blanco<br />
Desde la Cruz de Tejeda se continúa por la carretera 811 hasta alcanzar el municipio<br />
de San Bartolomé de Tirajana. Durante todo este trayecto vamos atravesando materiales del<br />
Ciclo I que fueron depositados dentro de la Caldera de Tejeda, así como las intrusiones<br />
posteriores de sienitas y los diques del conesheet. Por ello, dichos materiales presentan un<br />
aspecto muy alterado y en donde resulta difícil distinguir a veces la roca de caja que queda<br />
entre los diques. Siempre encima de estos materiales y en discordancia, se observan los<br />
depósitos de lavas y brechas del Ciclo II.<br />
El pueblo de San Bartolomé de Tirajana se encuentra situada en el interior de una<br />
amplia depresión de más de 5 Km. de diámetro y cerrada por grandes escarpes de 200 a 350<br />
m de altura. Estas paredes verticales están compuestas por un apilamiento de materiales del<br />
Ciclo II (que formaban parte de la antigua ladera SE del estratovolcán Roque Nublo) y en<br />
ellas nacen numerosos «calderos» que alimentan barrancos tan importantes como el de<br />
Tirajana o Fataga. Hacia el centro de estos escarpes se alza majestuoso un domo fonolítico de<br />
color blanco que domina el paisaje: es Risco Blanco.<br />
Risco Blanco presenta unas dimensiones aproximadas de 500 x 400 m de diámetro y<br />
400 m de altura. Atendiendo a su morfología y a su génesis, se clasifica como un<br />
cumulodomo de expansión endógena en forma de cáscara de cebolla, es decir, su crecimiento<br />
se realizó desde el interior al exterior por medio de sucesivos aportes magmáticos que fueron<br />
intruyendo en la zona de su núcleo. Este domo se inyectó en los materiales del Ciclo Roque<br />
Nublo en los que provocó pliegues de arrastre. Este domo ha sido datado en unos 3,8 m.a., por<br />
tanto perteneciente al Ciclo Roque Nublo.<br />
Parada 5. Rosiana<br />
Continuando por la carretera 811 y pasado San Bartolomé de Tirajana podemos seguir<br />
apreciando la depresión de Tirajana. Observamos cómo al pie de sus escarpes se amontonan<br />
abundantes depósitos brechiformes compuestos por bloques de muy diversos tamaños<br />
(algunos de dimensiones métricas) y naturalezas (tanto del Ciclo I como del 11) inmersos en<br />
una matriz limoarcillosa de carácter plástico. Estos depósitos han sido el resultado de grandes<br />
deslizamientos del terreno (landslides) que han actuado desde el Plioceno Superior (a partir<br />
del II Intervalo de inactividad volcánica) hasta la actualidad.<br />
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Uno de estos deslizamientos afectó en febrero de 1956 al barrio de Rosiana (entre los<br />
municipios de San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana). Coincidiendo con fuertes<br />
precipitaciones, este deslizamiento arrastró, a modo de alfombra, numerosas casas y un<br />
puente por el que discurría la antigua carretera, provocando el desalojo de unas 300 personas.<br />
Todavía se aprecian restos de estas casas, en donde las paredes que permanecieron en pie<br />
presentan una fuerte inclinación en la dirección del movimiento, así como del puente.<br />
Parada 6. Las Fortalezas de Ansite<br />
Una vez alcanzando el municipio de Santa Lucía de Tirajana tomaremos la carretera<br />
815 y a la altura de su Km. 49 nos desviaremos a la derecha para acercarnos a Las Fortalezas<br />
de Ansite (Fortaleza <strong>Gran</strong>de y La Fortaleza). Según una leyenda, estos promontorios rocosos<br />
llenos de cuevas (hasta hace poco tiempo aún se encontraban en ellas restos arqueológicos)<br />
fueron uno de los últimos reductos de los pobladores prehispánicos ante la conquista que llevó<br />
a cabo la Corona de Castilla. Así, el 29 de abril de 1483 algunos de estos aborígenes<br />
prefirieron arrojarse al vacío al grito de «¡Atis Tirma!» que caer hechos prisioneros.<br />
Geológicamente, estos promontorios representan restos erosivos en forma de cuchillos<br />
labrados sobre lavas del Ciclo II. Además, en esta área nos encontramos en un sector del<br />
borde sur de la Caldera de Tejeda que sólo se distingue mediante criterios litológicos: a partir<br />
de la Fortaleza <strong>Gran</strong>de y hacia el SE comienzan a aflorar lavas pertenecientes a la Formación<br />
Basáltica del Ciclo I, mientras que hacia el NO (hacia el interior de la caldera) no existen<br />
estos materiales y en su lugar afloran lavas e ignimbritas traquíticoriolíticas que<br />
progresivamente presentan un mayor número de inyecciones de diques.<br />
Parada 7. Restos vegetales en Brechas Roque Nublo<br />
Una vez visitadas las Fortalezas, retomaremos la carretera 815 y seguiremos por ella<br />
hasta su Km. 46 (casi enfrente de La Fortaleza). A mano izquierda, existe una pequeña presa<br />
construida sobre Brechas Roque Nublo que son el objeto de esta parada.<br />
Se presentan con una morfología lenticular indicativa de la adaptación de estos<br />
materiales al paleocanal por el que debieron discurrir. Son depósitos fragmentarios en los que<br />
se distingue varios componentes: fragmentos de rocas anteriores (líticos), vidrios vesiculados<br />
(pómez) y/o densos, cristales y una matriz cinerítica. Estructuralmente presentan un carácter<br />
masivo, caótico, con muy mala clasificación de sus componentes y en su base destacan<br />
abundantes restos de moldes vegetales que presentan una orientación preferente. Estos<br />
depósitos son el resultado de la acción de unas especies de «nubes ardientes» que en su rápido<br />
movimiento van asolando la vegetación, incorporándola y orientándola en el sentido del flujo.<br />
Continuando por la carretera 815, entre sus Km. 44 y 41, vamos atravesando sucesivos<br />
depósitos ignimbríticos traquíticoriolíticos exocaldéricas del Ciclo I. En todos ellos suelen<br />
apreciarse bases planas obsidiánicas de color negro, debido a sus bruscos enfriamientos, pero<br />
a diferencia de las Brechas Roque Nublo, casi no presentan restos líticos y los vítreos se<br />
encuentran muy estirados confiriendo a la roca una estructura en «flamas». En ocasiones, las<br />
flamas llegan a presentar un enorme estiramiento llegando a formar estructuras boudinadas y<br />
pliegues cuyas charnelas suelen orientarse concordantemente con la dirección del flujo. Estas<br />
estructuras flameadas, los pliegues de flujo y las bases obsidiánicas, indican que la<br />
temperatura de emplazamiento de estas ignimbritas fue superior a los 600 ºC.<br />
Aunque la carretera es estrecha y sinuosa, y resulta difícil aparcar, merece la pena<br />
intentarlo para ver algunas de estas características, como los pliegues, caso extremo de<br />
pliegues en domo (los denominados coloquialmente por los tectónicos como «pliegues en<br />
condón»).<br />
Con esta parada finaliza el itinerario propuesto. Desde ella es recomendable seguir la<br />
carrera 815, desviarnos luego hacia el Cruce de Sardina y allí tomar la autopista que conduce<br />
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directamente a Las Palmas. Nos habremos ganado un merecido descanso, una ducha<br />
refrescante y una buena cena. A los amantes del pescado, existen numerosos restaurantes que<br />
ofrecen pescado fresco típico de <strong>Canaria</strong>s (Sarna, Vieja, Cherne, etc.).<br />
Esperamos que disfruten de este itinerario y les animamos para que pasen algunos días<br />
más entre nosotros y recorran otras áreas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> que tanto por sus contrastes<br />
paisajísticos, como por los de vegetación, etc., se ha ganado merecidamente el sobrenombre<br />
de «continente en miniatura».<br />
Bibliografía recomendada<br />
· ARAÑA, V. y CARRACEDO, J. C. (1978): «Los volcanes de las Islas <strong>Canaria</strong>s. HI:<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>». Ed. Rueda, Madrid, 175 pp.<br />
· FUSTER, J. M.; HERNÁNDEZPACHECO, A.; MUÑOZ, M.; RODRIGUEZ<br />
BADIOLA, E. y GARCIA CACHO, L. (1968): «Geología y Volcanología de las Islas<br />
<strong>Canaria</strong>s. <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>». Instituto «Lucas Mallada», C.S.I.C. 243 pp.<br />
· ITGE (1990): Mapa geológico de España a escala 1:25.000. Proyecto MAGNA: <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> (15 hojas y memorias explicativas).<br />
· ITGE (1992): Memoria y mapa geológico de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> a escala 1:100.000.<br />
· SCHMINCKE, H. U. (1990): «Geological field guide of <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>». Ed.<br />
PlutoPress (4th edition), 212 pp.<br />
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Rubén Naranjo.<br />
ROQUE BENTAYGA<br />
En la cabecera de la caldera de Tejeda, entre los barrancos de Tejeda y del Chorrillo,<br />
el Roque Bentayga (1.300 metros) es la culminación de una pirámide que se eleva 600 metros<br />
sobre el fondo de dicha depresión. Junto con el barranco de Siberio, estos tres colectores<br />
suponen los elementos principales de una amplia red de drenaje que, al unirse, dan lugar al<br />
barranco de La Aldea, el cual desagua la enorme caldera en el oeste insular.<br />
Destaca el Bentayga en una amplia crestería, donde se alinean una serie de roques,<br />
restos del desmantelamiento erosivo. Es una zona rica en yacimientos arqueológicos,<br />
existiendo cuevas de habitación, enterramientos, graneros, murallas, grabados y pinturas<br />
rupestres. Incluso cabe situar al Bentayga como centro de actividades rituales, con la<br />
presencia de un almogarén.<br />
Esta sierra del Bentayga es uno de los relieves destacados, en medio de la gran<br />
caldera, en la que entre grandes desniveles, también sobresale la mesa de Acusa, del<br />
Junquillo, El Toscón,...Un espectacular paisaje que Unamuno definiera como de “tempestad<br />
petrificada,...de fuego, de lava, más que de agua”.<br />
El origen de esta caldera está en relación con los distintos ciclos constructivos y<br />
erosivos, que han dado lugar a la isla. En una primera fase, se señala el hundimiento de la<br />
cúpula de un gran edificio central. Este hundimiento aparece asociado a la existencia de un<br />
sistema cónico de diques (cone sheet), que tendría su vértice en un foco magmático poco<br />
profundo.<br />
Modelada posteriormente por la erosión, esta depresión se vería rellenada por los<br />
materiales del segundo ciclo volcánico o Roque Nublo. De esta forma, la actual morfología<br />
resulta del desmantelamiento erosivo de estos materiales, actividad que incluso ha puesto al<br />
descubierto el anterior basamento.<br />
La cubierta vegetal a lo largo de esta cuenca aparece condicionada, tanto por las<br />
distintas variables ecológicas, como por la utilización antrópica del espacio. Así, se<br />
encuentran altitudes que alcanzan desde los 400 a los 1.900 metros; siendo reconocible la<br />
importante actividad ganadera o la repoblación con especies como los almendreros<br />
(Amygdalus communis), que actualmente caracterizan al paisaje.<br />
Bibliografía:<br />
· ARAÑA, V. ET AL. (1987): Los Volcanes de las islas <strong>Canaria</strong>s. III <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
Ed. Rueda. Madrid.<br />
· PÉREZCHACÓN, E. ET AL (1984): “Caracterización de las principales unidades<br />
vegetales de la cuenca TejedaLa Aldea (<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>)”. En “Botánica<br />
Macaronésica”, n° 11. Jardín Botánico ‘<strong>Viera</strong> y <strong>Clavijo</strong>’. Ed. Excmo. Cabildo Insular<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
Fuente: <strong>Canaria</strong>s 7.<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 29<br />
BENTAYGA Y CUEVAS DEL REY<br />
El yacimiento de la sierra del Bentayga está compuesto en realidad por tres núcleos<br />
relativamente separados entre sí, construidos sobre tres singulares formaciones geológicas que<br />
se disponen en línea, de poniente a oriente, a saber: el poblado de Cuevas del Rey (conjunto<br />
de cuevas de habitación y granero excavado en la toba), el Roque del Camello (una necrópolis<br />
de cuevas funerarias abiertas sobre la toba), y el Roque Bentayga propiamente dicho, donde<br />
se localiza uno de los más interesantes complejos arqueológicos de la isla.<br />
En la zona de acceso al Roque Bentayga se encuentra, abierto al público, un Centro de<br />
Interpretación en el que se ofrece información adicional sobre este enclave. El acceso al<br />
conjunto se realiza hoy a través de la carretera de Tejeda a Ayacata (C 811), y por tanto la<br />
visita suele hacerse ascendiendo primero al Roque y posteriormente en todo caso<br />
descendiendo a Cuevas del Rey por la carretera, pero, para el correcto entendimiento del<br />
yacimiento, hay que tener en cuenta que en la época aborigen el poblado principal era el de<br />
Cuevas del Rey, y el Roque es el final del mismo, con funciones más de carácter defensivo,<br />
funerario, y en todo caso cultual, que habitacional. Un camino de factura aborigen conecta<br />
todavía ambos conjuntos por la cara norte.<br />
El poblado de Cuevas del Rey al que se puede llegar siguiendo la vía rodada que une<br />
el Bentayga y la localidad homónima de Cuevas del Rey, constituye un asentamiento de<br />
cuevas artificiales excavadas en una matriz tobácea de tonos rojizos, usadas como viviendas y<br />
granero, que se hayan comunicadas entre si por andenes y escaleras excavadas. Las cuevas<br />
presentan plantas diversas, destacando aquellas de morfología cruciforme, las estructuras<br />
mixtas casacueva y, particularmente, la denominada Cueva del Guayre, una cavidad de<br />
planta cuadrada, elaborada factura y amplia<br />
superficie que presenta en su interior<br />
decoración pintada en blanco, negro y rojo,<br />
así como una compleja red de cazoletas y<br />
canales en el piso, suponiéndose constituía<br />
la residencia del Guayre o Señor de la zona.<br />
Asociado a este conjunto, pero en<br />
un nivel superior, se localiza un importante<br />
granero, integrado por numerosos silos<br />
dispuestos en diversos espacios. Algunos de<br />
ellos muestran en su interior los restos de una<br />
pasta blanca que, presumiblemente, fue empleada<br />
Planta de la Cueva del Guayre<br />
para lograr la plena impermeabilización de los espacios de almacenamiento. Esta práctica,<br />
documentada también entre los beréberes del norte de África, tendría como fin último<br />
asegurar las buenas condiciones de conservación de los productos alimenticios allí<br />
custodiados. El acceso a la zona en la que se concentran estos silos no está exento de<br />
dificultad, por lo que es aconsejable que se extremen las precauciones. Por el contrario, el<br />
resto del conjunto presenta unas condiciones de visita muy accesibles.<br />
El Roque Bentayga, uno de los más hermosos y espectaculares pitones basálticos de<br />
los muchos que nos ha dejado la peculiar geología de la isla, se eleva en el centro de la<br />
Cuenca de Tejeda hasta los 1404 m. dominando la margen izquierda del barranco, entre<br />
Acusa y Artenara por un lado y el Roque Nublo por el otro.<br />
En sus estribaciones tenemos un importante asentamiento prehispánico integrado por<br />
varios grupos que suponen en conjunto un centenar de cuevas que acogen habitaciones, silos,<br />
enterramientos y otros elementos de oscuro significado.<br />
En la base del Roque, por su lado oriental se descubrió en los años 30 una curiosa<br />
construcción excavada en la roca, conformada por un espacio de planta cuadrada, con<br />
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30 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
cazoletas y canalillos, que ha sido interpretado como un lugar de culto o almogarén, y de<br />
hecho constituye el punto más visitado del conjunto. Muy cerca, una cuevatúnel horada el<br />
Roque y permite el paso a la cara norte, desde la que sube el camino aborigen que viene de<br />
Cuevas del Rey. Junto a éste aparece una curiosa piedra redonda y ahuecada que fue<br />
interpretada por GrauBasas como lugar de ofrendas.<br />
La base del Roque está delimitada por un muro de piedra que lo recorre en todo su<br />
lado naciente y sur, y que puede estar delimitando el espacio sagrado de esta elevación, o bien<br />
relacionado con motivaciones defensivas. En el lado sur aparecen todavía los restos del<br />
camino aborigen que subía hasta la cima del monolito, aunque algunos tramos se han<br />
desmoronado y hoy día es impracticable, salvo escalando. En la cima no existen otros restos<br />
que pequeñas cuevas funerarias hoy vacías aunque Wölfel (1996, II, 832) habla de un altar en<br />
su parte superior.<br />
Recientemente (1990) se han dado a conocer dos estaciones rupestres de<br />
alfabetiformes líbicobereberes situadas en El Bentayga. Una de ellas, en su extremo poniente,<br />
conserva cuatro líneas de signos, con la peculiaridad de que éstos, a diferencia de otros<br />
ejemplos, están dispuestos en líneas horizontales, lo que unido a su fino trazado y a la<br />
ausencia de pátina arroja una sombra de duda sobre su autenticidad.<br />
En el mismo conjunto de El Bentayga se localizan diversas cavidades, naturales y<br />
artificiales, que sirvieron a los canarios para depositar y rendir culto a sus difuntos. Algunas<br />
de estas cuevas conservan aún parte del muro de piedra seca que debía sellar completamente<br />
la boca de la misma.<br />
Fragmento tomado de la Guía del Patrimonio Arqueológico de <strong>Gran</strong> canaria.<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 31<br />
José Gregorio González<br />
El Día. Sábado 14/12/ 2002<br />
LA LUZ DEL BENTAYGA<br />
Uno de los enigmas más apasionantes y extendidos de nuestras Islas es el de las luces<br />
populares, misteriosas bolas de luz de curioso comportamiento que en ocasiones llegan a<br />
parecer inteligentes, y cuya presencia hemos podido constatar en todo el Archipiélago. De<br />
las últimas referencias, localizadas en la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, nos ocupamos esta semana,<br />
junto a otros asuntos de interés.<br />
Tal y como explicamos de forma detallada en nuestro libro “<strong>Canaria</strong>s misteriosa”, de<br />
Ediciones Alternativas, las luces populares constituyen un fenómeno realmente curioso y<br />
ampliamente presente en todas las Islas, cuyo principal misterio viene dado por el<br />
comportamiento aparentemente inteligente, que presentan estas extrañas luminarias.<br />
Con un tamaño constatado a corta distancia que oscila entre el de una pelota de<br />
baloncesto y el que brinda la luz de un cigarrillo en la oscuridad, estas pequeñas esferas de luz<br />
pueden recorrer grandes distancias y permanecer visibles por espacio de horas. Son capaces<br />
de dividirse en varios cuerpos manteniendo el tamaño de la luz original e incluso modificar su<br />
forma esférica, tomando la de una llama o pequeña hoguera, presentando un color que oscila<br />
desde tonalidades amarillas y naranjas, alcanzando el azul típico de la combustión del alcohol.<br />
Lo más desconcertante de este ya de por sí enigmático fenómeno, lo constituye su ya<br />
mencionado comportamiento, aparentemente inteligente, pues numerosos testimonios han<br />
coincidido al señalar que las luces se acercan desde la lejanía hasta los testigos,<br />
acompañándoles por espacio incluso de horas en sus trayectos. No han faltado casos en los<br />
que las luces han realizado “maniobras de acercamiento” hacia los testigos, que al reaccionar<br />
con algo de temor ante la proximidad a sus cuerpos de pocos centímetros han visto cómo las<br />
luces retrocedían. Las explicaciones propuestas para explicar estas bolas de luz han sido<br />
varias, pero ninguna realmente satisfactoria. Tanto el fenómeno conocido como “rayo en<br />
bola” a los socorridos “fuegos fatuos”, pasando incluso por reflejos luminosos en las rocas o<br />
incluso emanaciones igualmente lumínicas procedentes de ciertos componentes minerales del<br />
entorno, se han mostrado insuficientes para despejar un enigma que en el imaginario popular<br />
ha sido relacionado con duendes, reuniones de brujas e incluso almas en pena.<br />
LA LUZ DEL BENTAYGA<br />
Nuestro incansable rastreo de este fenómeno a lo largo de la geografía canaria nos<br />
llevó el pasado mes de agosto a localizar tres nuevas referencias sólo en la Isla de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, una de las cuales destaca por su especial localización y por la leyenda que la rodea.<br />
En <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> la luz popular más conocida es que antaño aparecía en la zona de La Isleta<br />
recorriendo parte de la costa para internarse en la ciudad. Sus frecuentes apariciones lograron,<br />
como suele ser habitual, influir en la toponimia y modificar el nombre de sus lugares de<br />
aparición. Por ello, el gigantesco Puerto de la Luz se llama así, por las apariciones de una<br />
misteriosa luminaria en el pasado. Con ser este caso el más conocido, no es ni mucho menos<br />
el único. En Telde destaca la luz popular que aparecía en el barrio de San Francisco, que linda<br />
con el de San Juan. Allí y hasta hace unas décadas aparecía una bola de luz en el barranco que<br />
se internaba en las empedradas calles del barrio hasta alcanzar incluso la iglesia y actual<br />
plaza, quedando memoria en la toponimia en un rincón conocido como Bailadero de las<br />
Brujas.<br />
Otra luz popular la localizamos en La Cumbrecita, una zona muy concreta de La<br />
Aldea de San Nicolás, donde los mayores recuerdan ver unas bolas de luz que recorrían con<br />
sorprendente agilidad y rapidez parte de las montañas al caer la noche.<br />
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32 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
No obstante la más llamativa de todas es la historia de la luz del Bentayga, una<br />
luminaria que mostraba un aspecto similar al ya descrito y que sembraba con algo más de<br />
misterio las mágicas y estrelladas noche de Tejeda. La luz recorría parte de Tejeda y sus<br />
barrancos, acercándose incluso a las inmediaciones del Roque Bentayga, la sacralizada<br />
columna rocosa, de los antiguos canarios donde las cuevas de habitación y enterramiento, los<br />
grabados rupestres y el almogarén certifican el potencial arqueológico y ritual del enclave. La<br />
zona principal de aparición de la luz era entre el Bentayga y el Roque Nublo, hacia las zonas<br />
conocidas como La Culata y el camino que conduce a la Cruz de Timagada. Hay quien<br />
conoce esta zona como Degollada de las Brujas, topónimo que el lector ya habrá sabido<br />
interpretar. Allí localizamos a un testigo de excepción, Don Severino Navarro Pérez, quien<br />
nos relató sus propias observaciones de la luz y cómo se tenía la creencia, entre los del<br />
pueblo, de que la luz aparecía durante medio año hacia Tejeda y el Bentayga, y el otro medio<br />
por el otro lado, hacia el Roque Nublo. Curioso sin duda, como también lo es el hecho de<br />
esbozar con explicación una historia que ya hemos localizado en diversos emplazamientos<br />
como Mafasca en Fuerteventura o Los Hachitos en El Time. Nos referimos a la leyenda de la<br />
cruz quemada corno origen y explicación del misterio. Con algunas pequeñas variaciones la<br />
tradición popular explica estas luces como el alma en pena de alguna persona que se vio en la<br />
necesidad de hacer fuego con parte de una cruz de madera, acción sacrílega ante los ojos de<br />
Dios que le acarreó la condena a vagar en forma de luz tras su muerte. Lo curioso es que la ya<br />
mencionada Cruz de Timagada, que tiene capilla y fiesta propia, recuerda para algunos de los<br />
vecinos de mayor edad ese incidente, aunque cualquiera podrá comprobar que si alguna vez le<br />
faltó un brazo a la cruz éste ya fue repuesto. También en El Time, como acertadamente nos<br />
informó la historiadora palmera María Victoria Hernández, existe una cruz que parece<br />
conmemorar un fenómeno e historia similar.<br />
Desde nuestro punto de vista aunque es realmente llamativo que muchas de las luces<br />
populares que hemos redescubierto por nuestras Islas, tengan en común topónimos, historias<br />
y relatos con tanta similitudes, lo es mucho más el hecho de que también compartan una<br />
vinculación con enclaves arqueológicos aborígenes de connotaciones rituales. Un aspecto que<br />
sin duda merece ser estudiado con mayor detalle.<br />
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CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong> 33<br />
Rubén Naranjo.<br />
ROQUE NUBLO<br />
La erosión ha dibujado en las cumbres grancanarias una serie de formas, que dan<br />
personalidad al paisaje, constituyéndose incluso en un referente simbólico para sus habitantes.<br />
Desde el punto más alto de la isla, Los Pechos (1.950 metros), el relieve se distribuye y<br />
continúa al este y al oeste. La línea de cumbres divide a uno y otro lado, las dos mayores<br />
calderas de la isla: Tirajana y Tejeda.<br />
Hacia el oeste, el Roque Nublo (1.700 metros) preside la caldera de Tejeda. Sobre una<br />
amplia plataforma, cortada por fuertes escarpes, se levanta un monolito rocoso de 65 metros<br />
de altura y unos 35 de base. Junto a él, la erosión ha esculpido otros roques menores, cuya<br />
denominación hace referencia a sus formas: La Rana, El Fraile,<br />
La singularidad del Roque Nublo ha hecho que su nombre sirva para designar uno de<br />
los ciclos o episodios volcánicos sucedidos en la formación de la isla, así como los materiales<br />
que lo constituyen. Al primer ciclo (Mioceno), que tendría lugar entre los 14 y los 9 millones<br />
de años, le siguió un largo período erosivo. Tras este intervalo, surge, ya en el Mioceno<br />
Inferior, el segundo ciclo o ciclo Roque Nublo, por ser precisamente en este período cuando<br />
se emiten los aglomerados, tipo nube ardiente, en los que la erosión esculpirá, con<br />
posterioridad, dicho roque.<br />
Aunque éstos no fueron los únicos materiales emitidos en dicho ciclo y, además, su<br />
duración total fuese corta, el espacio comprendido entre los 4,5 y 3,4 millones de años, sí que<br />
fueron notables sus efectos. De hecho, <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> quedaría prácticamente arrasada, y<br />
cubierta por potentes mantos de aglomerados, que llegaron a alcanzar centenares de metros.<br />
Los restos de troncos y hojas de especies propias de la laurisilva, fosilizados bajo enormes<br />
capas de este material y localizados en algunos sectores de la isla, dan idea del poder<br />
destructor de estas emisiones.<br />
La formación de este aglomerado está en razón de la actividad explosiva que destruyó<br />
el relieve preexistente en el centro de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, de tal forma, que incluso no resulta fácil<br />
determinar con exactitud los centros de emisión. Las mismas dieron lugar a avalanchas de<br />
bloques, lava y barro que, a su vez, englobaban todos los materiales que encontraban en su<br />
camino. Resulta así un material heterogéneo, de variada composición y tamaño de las rocas<br />
incluidas, y muy moldeable por la erosión.<br />
Bibliografía<br />
· ARAÑA, V. (1978): Los Volcanes de las Islas <strong>Canaria</strong>s. III. <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Ed.<br />
Rueda. Madrid.<br />
Fuente: <strong>Canaria</strong>s 7.<br />
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34 CURSO: “GRAN CANARIA: GEOLOGÍA Y DIVERSIDAD”. 27 30 DE MAYO DE 20<strong>05</strong><br />
EL NUBLO, SÍMBOLO DE GRAN CANARIA<br />
Hace 5,3 y 3,4 millones de años dio comienza el segundo de los tres ciclos eruptivos<br />
que construyeron la Isla. Durante ese tiempo, en el mismo epicentro insular, se fue alzando un<br />
gigantesco estratovolcán que llegó a tener una altura mínima estimada en 2.500 m. sobre el<br />
nivel del mar. Complejas secuencias de cataclismos y fenómenos geológicos desmontaron<br />
dicho volcán, del que permanecieron sus materiales más<br />
sólidos Un continuado período erosivo, que aún perdura,<br />
moldeo en la roca las más diversas formas. De ellas las más<br />
abundantes y de forma más o menos puntiaguda, reciben en<br />
canarias el nombre de Roque, término que define una<br />
“morfología residual en forma de torre".<br />
El Nublo, que da su nombre al conglomerado<br />
basáltico que lo compone así como al ciclo eruptivo que lo<br />
generó, debió ser referencia importante de la cultura<br />
aborigen. Si bien no quedan vestigios de importancia en sus<br />
alrededores, como ocurre con el Roque Bentayga, sí parece<br />
haber sido hito de alineaciones astronómicas, que<br />
determinarían su calendario agrícola o cultural.<br />
Para los actuales grancanarios posee una dimensión<br />
que excede sus escasos 67 metros de altura. Su silueta, enhiesta y orgullosa en pleno corazón<br />
de la isla identifica a sus habitantes. Uno de ellos, D. Néstor Álamo interpretó ese sentimiento<br />
de altar de la tierra amada en su “Sombra del Nublo”. Letra y música que, sin pretenderlo,<br />
sería con el tiempo himno de <strong>Gran</strong>a <strong>Canaria</strong>.<br />
El Roque Nublo no es La Meca, pero hay que ir, al menos, una vez.<br />
ESCALADA EN EL NUBLO<br />
El Roque Nublo, que continúa siendo testigo de diversos ritos, es también la roca<br />
emblemática de montañeros y escala grancanarios, desde que tres hombres H. Ranschert, G.<br />
Wolffsmitt y H. Langenbacher, por entonces empleados en la construcción del Pto. de la Luz,<br />
alpinistas en su patria y fascinados por la <strong>Gran</strong> Piedra, lo escalaron por vez primera. Tras<br />
meses de preparación y muchos intentos, un 20 de junio de 1932 pisaron por su cima virgen.<br />
Volvió a su soledad hasta que en el año cuarenta conoció otros hombres de camisa<br />
azul y brazo en alto, también venidos de fuera. Por fin, en 1950 tendría lugar la primera<br />
ascensión isleña, asimismo primero en solitario, efectuada por Juan Suárez.<br />
Días después repetiría acompañado de Emilio Padrón y Rafael Marrero. Eran los<br />
comienzos grancanaria.<br />
Desde entonces, el Roque fue motivo de peregrinaciones y ceremonias religiosas<br />
(hubo una Virgen de El Nublo en un hueco de La Rana) y fiestas de escaladores (la “Integral”<br />
de cada año). En sus paredes se han dirimido amores y vanidades que lo han llenado de<br />
difíciles “vías” que lo surcan por todas sus caras, experimentando en roca propia la evolución<br />
técnica y materiales.<br />
El Nublo seguirá imperturbable, batido por el viento, erecto y orgulloso, como bastión<br />
de la canariedad en el extremo de su plataforma.<br />
Fuente: <strong>Canaria</strong>s 7.<br />
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ALGUNAS PLANTAS DEL NUBLO<br />
BALILLO<br />
Sonchus lepthocephalus cass<br />
Arbusto endémico de <strong>Canaria</strong>s en las islas centro orientales<br />
donde es muy común en laderas y riscos entre los 200 y 1.500 m. De<br />
altitud. Su ramaje abierto de hasta 1,5 m. De altura, sus hojas<br />
alternas de un verde lustroso de 1020 cm. se juntan en los extremos<br />
de los tallos que son levantados o algo colgantes, leñosos y<br />
quebradizos, que dejan escapara un jugo lechoso y pegajoso. Sus<br />
flores agrupadas en el extremo de los tallos son de un vistoso<br />
amarillo. Planta familiar de los riscos de Ayacata, su color acre y<br />
agradable perfuma las paredes y también la ropa y las cuerdas de<br />
quien se roza con ellas. Es el aroma de os escaladores “ayacatenses”.<br />
SALVIA MORISCA<br />
Salvia canariensis L.<br />
Frecuente junto al camino, esta mata arbustiva de base<br />
leñosa y madera quebradiza que llega a alcanzar los 2 m. De<br />
altura, se halla ampliamente distribuida desde los 50 m.<br />
Sobre el nivel del mar hasta las cumbres de todas las Islas<br />
<strong>Canaria</strong>s –por confirmar en el Hierro de donde es endémica.<br />
Pertenece a la familia de las labiadas, de<br />
características hojas lanceoladassagitadas, superficie verde<br />
oscura y envés blanquecino. De ella destacan sus flores, de<br />
un vistoso color que va del rosavioláceo al púrpura oscuro,<br />
agrupadas en inflorescencias terminales y ramificadas.<br />
Planta medicinal por excelencia, su infusión alivia<br />
gran número de trastornos. Baja la fiebre y la regla, alivia la<br />
diabetes, calma los espasmos nerviosos y es además<br />
tonificante, digestiva y antiséptica. Sus hojas, masticadas, desinfectan dentaduras en mal<br />
estado.<br />
ALHELÍ MONTUÑO<br />
Erysimun bicolor (hornem) D.C.<br />
Pequeño arbusto de tallo erecto y<br />
ascendente, de hojas lineares tirando a lanceoladas,<br />
con bordes ligeramente dentados. Su floración,<br />
primaveraverano, da lugar a flores de cuatro<br />
pétalos muy vistosas de colores blanco y malva.<br />
Este endemismo macaronésico perteneciente<br />
a la familia de la mostaza, crucífera, viven en las<br />
isla de Tenerife, La Gomera, El Hierro y <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> en alturas próximas a los 1.000 metros.<br />
Abundante en toda la cumbre y, especialmente en la<br />
parte de El Nublo. Es una de sus alegrías<br />
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ROSALITO SALVAJE<br />
Pterocephalus dumetorum (Brouss)<br />
Este arbusto endémico de Tenerife y <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es<br />
habitante típico de las zonas cumbreras, en especial de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong><br />
donde llega a se abundante (zonas de El Nublo, La Culata, Tejeda,<br />
Tirajana, etc.). Perteneciente a la familia de la escabiosa puede<br />
alcanzar más de 1,5 m. de altura.<br />
Posee tallos parduscos en cuyos extremos se amontonan las<br />
hojas lanceoladas de un verde apagado. Sus flores, por el contrario,<br />
son de un luminoso e intenso color rosado. La mejor época para<br />
disfrutarla es de mayo a agosto. Planta cumbrera por excelencia<br />
resiste sequías prolongadas viviendo sobre terrenos “duros” en<br />
riscos o laderas y asociada al retamarescobonal.<br />
Fuente: <strong>Canaria</strong>s 7.<br />
ALGUNAS AVES DEL NUBLO<br />
EL MIRLO<br />
Turdus merula cabrerae<br />
Todo un ejemplo de adaptación. De vivir en lo<br />
más intricado de la floresta ha pasado a ser un vecino<br />
próximo del hombre, ocupando parques, jardines y,<br />
sobre todo, cultivos. Es un pájaro que se ha ganado a<br />
pulso la enemistad de los agricultores pues ni lo<br />
dicharachero de su canto ni la masiva eliminación de<br />
insectos nocivos que realiza no compensan el destrozo<br />
que causa en los frutales, cosechas tiernas o recién<br />
plantadas.<br />
Pájaro grande (25 cm.) y fácil de reconocer por<br />
su color negro intenso y pico amarillo en el macho y<br />
tonos parduscos las hembras y jóvenes. El mirlo destaca por lo escandaloso –ruidoso de su<br />
continuo ir y venir en busca de alimento con que saciar un apetito siempre insatisfecho,<br />
especialmente en época de cría, en que la hembra, sola, incuba de 3 a 4 huevos en un sólido y<br />
voluminoso nido construido también por ella misma.<br />
AVURRIÓN, VENCEJO UNICOLOR<br />
Apus unicolor unicolor<br />
De 15 cm. De longitud y casi 40 cm. De<br />
envergadura apenas llega a los 50 gramos de peso. Todo<br />
ello hace de este pájaro endémico de la macaronesia un<br />
volador nato que se alimenta de “plancton aéreo” (insectos<br />
voladores o arrastrados por corrientes ascendentes) que<br />
captura aras de suelo como a gran altura. Se aparea en el<br />
aire y de él recoge los materiales con los que construye su<br />
nido (23 huevos) en riscos e incluso en edificios. Hasta<br />
hace pocos años, una familia de avurriones anidaba en la<br />
arista norte de El Nublo.<br />
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Su característico vuelo rápido, errático, que obedece a su batir alternativo de las alas<br />
no simultáneo como el resto de las aves. Otra curiosidad de la especie es la que tiene las crías<br />
de aletargarse cuando escasea la comida o en ausencias prolongadas de sus padres, pudiendo<br />
permanecer en ese estado hasta diez días.<br />
Si se le encuentra en el suelo, y no está herido láncesele al aire: la debilidad de sus<br />
patas no le permite la arrancada de despegue.<br />
HORNERO, MOSQUITERO COMÚN<br />
Phylloscopus collibita canariensis<br />
El hornero, pequeño silbido de no más de 10 cm., es el más abundante de su familia en<br />
<strong>Canaria</strong>s. Subespecie del mosquitero común y endémico de<br />
las islas centrooccidentales, es más oscuro y de alas más<br />
redondeadas que el europeo.<br />
De distribución muy amplia se le encuentra desde la<br />
costa hasta la cumbre revoloteando en busca de alimento.<br />
Aunque no desdeña frutos y bayas es, fundamentalmente,<br />
insectívoro como indica su aguzado pico. En la caza de<br />
bichos despliega toda su capacidad de vuelo maniobrero con<br />
alocadas acrobacias.<br />
Inquieto y vivaz pero también familiar, construyen su<br />
nido que es un primor, en forma de horno –de ahí su nombre<br />
popular, con entrada lateral y algo elíptica, más alto que<br />
ancho, donde saca de 3 a 5 crías entre enero y junio. Su canto es un monótono y repetitivo<br />
“chipchipchip”.<br />
Fuente: <strong>Canaria</strong>s 7.<br />
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EL PINO CANARIO<br />
Descripción y biología<br />
Entre los árboles que, de manera natural, pueblan nuestro Archipiélago, el pino<br />
canario (Pinus Canariensis) es uno de los más populares, tanto por su abundancia en algunas<br />
islas, como por el importante papel socioeconómico que ha desempeñado.<br />
De porte erecto y tronco cilíndrico, esta especie alcanza normalmente los 40 m. de<br />
altura, si bien los ejemplares más viejos pueden llegar incluso a 60 m.<br />
Es una especie monoica, es decir, un mismo ejemplar tiene a la vez inflorescencias<br />
masculinas y femeninas. Las primeras son de pequeño tamaño y se agrupan en racimos en el<br />
extremo de las ramas. Las femeninas (piñas), por el contrario, aparecen solitarias o en grupos<br />
de 23 en las axilas de las ramas, siendo además mucho mayores y de color verde oscuro al<br />
principio y pardorojizas una vez maduras. Las semillas (piñones) están provistas de alas fijas<br />
membranosas que facilitan su dispersión por el viento.<br />
Las piñas, que son las inflorescencias femeninas, aparecen solas o en grupos de dos a<br />
tres.<br />
Las inflorescencias masculinas forman un ramillete de pequeños conos anaranjados.<br />
Su corteza o "Corcha, de color grisplateado o pardorojizo, es casi lisa durante los<br />
primeros años de crecimiento, aunque luego se resquebraja y adquiere gran grosor, simulando<br />
en gran medida al corcho, del que toma su nombre. Esta corteza sirve de protección frente al<br />
fuego, lo que permite al pino canario rebrotar sin dificultad tras los incendios.<br />
La copa tiene forma cónica cuando el árbol es joven, pero se torna irregular en los<br />
ejemplares viejos debido a múltiples ramificaciones.<br />
Las hojas o acículas, que aparecen reunidas en grupos de tres, tienen 2030 cm. de<br />
longitud y son muy finas, agrupándose en manojos a lo largo de las ramas y, especialmente,<br />
en el extremo de las mismas.<br />
La madera, de gran calidad por su resistencia mecánica, es de color amarillorojizo,<br />
aunque los ejemplares viejos tienen duramen (la parte central del tronco) muy lignificado y<br />
teñido de color marrón oscuro. Esta parte del tronco – denominado tea – es la más preciada,<br />
por su calidad y dureza, para la ebanistería.<br />
Los pinares naturales son formaciones más o menos abiertas en las que, además del<br />
pino, aparecen varias especies de arbustos endémicos<br />
La distribución del pino canario abarca las islas centrales y occidentales del<br />
Archipiélago, donde conforma importantes masas boscosas en las vertientes norte y sur de las<br />
islas, generalmente entre 300 y 2400 m. de altitud, aunque esto depende de la orientación y de<br />
las condiciones orográficas climáticas locales. En la isla de La Gomera, sin embargo, no han<br />
existido verdaderos pinares naturales, aunque sí algunos ejemplares más o menos aislados<br />
creciendo en afloramientos rocosos. Tanto en esta última isla como en Fuerteventura y<br />
Lanzarote se han llevado a cabo, durante las últimas décadas, plantaciones en zonas ajenas a<br />
su distribución potencial.<br />
Los pinares naturales conforman comunidades florísticamente pobres en comparación<br />
con otros ecosistemas insulares. La especie arbórea dominante es el pino canario, que puede<br />
estar acompañado en ocasiones por sabinas (en vertientes del sur principalmente), brezos,<br />
fayas y otros elementos del monteverde (en las medianías del N y NE) e incluso cedros (en las<br />
zonas más elevadas de Tenerife y La Palma). En realidad, muchas de estas especies forman<br />
parte del sotobosque, sin alcanzar un desarrollo verticalmente arbóreo, debido a la incidencia<br />
negativa de los incendios y a los aprovechamientos forestales reiterados. Además de las ya<br />
mencionadas, hay varias especies de arbustos característicos de los pinares, como el escobón<br />
(Chamaecytisus proliferus), el codeso Adenocarpus foliolosus, el amagante (Cistus<br />
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symphytifolius), y el poleo (Bystropogon origanifolius), así como varias especies de tomillos<br />
(Micromeria spp.), corazoncillos (Lotus spp) y gramíneas.<br />
El pino canario sustenta una rica flora liquénica y una fauna invertebrada de gran<br />
interés, entre la que destacan varias especies de escarabajos, avispas y arañas. En Tenerife y<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> hay aves exclusivamente ligadas al pinar, como el pinzón azul (Fringilla teydea)<br />
o el pájaro carpintero (Dendrocopos major).<br />
Historia y usos<br />
Desde tiempos remotos, este árbol ha desempeñado un papel trascendental en la<br />
cultura insular, pues han sido muchos los productos que de él se obtenían. Así, durante el<br />
período prehispánico, los aborígenes fabricaban armas y bastones con su madera, además de<br />
aperos agrícolas rudimentarios y objetos para uso doméstico (recipientes de madera, peines,<br />
cucharas, etc.). También, en una crónica antigua de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, se menciona que el<br />
Guanarteme de Gáldar tenía su casa forrada de tablones de tea decorados con figuras<br />
geométricas coloreadas.<br />
Con grandes troncos cuidadosamente trabajados construían canales para el agua<br />
"chajascos" (tablones funerarios para transportar los muertos) y ataúdes. La corteza o<br />
"corcha", junto con la resina, fue también utilizada para los embalsamamientos y para teñir<br />
pieles, mientras que las astillas de tea (fuertemente resinosas) eran usadas como "hachones"<br />
para alumbrarse. Incluso los diminutos piñones de pino canario parece ser que también<br />
formaba parte de la dieta de estos primitivos habitantes.<br />
Durante el siglo XV, incluso antes de concluir la conquista del Archipiélago, se inició<br />
la explotación de la brea o "pez", una actividad que persistió hasta finales del siglo XVIII. El<br />
impacto de esta industria sobre los pinares fue enorme, pues para extraer la resina de la forma<br />
más rentable se procedía a trocear y quemar todo el pino en hornos construidos al efecto, por<br />
lo que amplias zonas fueron rápidamente deforestadas. La brea se utilizaba en construcción de<br />
edificios (como impermeabilizante), aunque su principal destino fue el calafateado de los<br />
barcos, tanto para la industria naval isleña cono para la exportación. La exportación de la pez<br />
fue una práctica muy extendida en Tenerife, La Palma y <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. En Tejeda se<br />
encuentran Los Llanos de la Pez, topónimo que pone de relieve la existencia en la zona de<br />
numerosos hornos construidos para la obtención de la brea y que deforestó gran parte del<br />
pinar en este municipio.<br />
La madera de tea (parte más interna de los pinos viejos, fuertemente resinosa) debido a<br />
sus especiales características de dureza y resistencias la hacían muy aprovechable para<br />
trabajos de carpintería y ebanistería (artesonados, techumbres, puertas, etc.) llegando incluso a<br />
exportarse a la Península, donde existen muchos edificios en los que se empleó esta preciosa<br />
madera.<br />
Debido a sus excelentes características, la tea fue muy apreciada para la construcción<br />
de grandes casonas.<br />
La tea ha sido ampliamente utilizada en trabajos de ebanistería.<br />
Otra práctica importante fue el aprovechamiento de la madera para la construcción de<br />
viviendas e iglesias, además de ingenios, molinos, lagares, dornajos, muebles, carretas y<br />
aperos agrícolas, entre otros. La madera más preciada era la ateada, pero como no todos los<br />
árboles la producen, era preciso catarlos para probar su calidad y espesor. Por esta razón, es<br />
frecuente observar muchos pinos viejos con la base del tronco parcialmente excavada a golpes<br />
de hacha o "azuela". Algunas de estas cavidades, a menudo agrandadas tras los incendios,<br />
podrían albergar varias personas en su interior.<br />
Por otra parte, desde el siglo XVII hasta mediados del XX tuvo gran auge la<br />
construcción naval en la isla de La Palma y, en menor medida, en Tenerife. Cuentan las<br />
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crónicas que durante el reinado de Felipe II, algunos de los barcos de la Armada Invencible<br />
fueron construidos en estos astilleros con madera de pino canario.<br />
Asimismo, la elaboración de canales para la conducción de agua hasta los núcleos<br />
urbanos persistió hasta finales del siglo XIX, al igual que la explotación de la resina, que se<br />
extraía produciendo un corte en el tronco. Esta se recogía en pequeños recipientes de cerámica<br />
y servía para barnices y pinturas.<br />
El carboneo fue otra actividad bastante extendida, aunque su impacto fue menor en los<br />
pinares que en el monteverde. Más importancia tuvo, y en buena medida la sigue teniendo<br />
aún, la recogida de pinocha o pinillo, material que desempeñó una función muy importante<br />
hasta hace pocas décadas en los embalajes de fruta y relleno de colchones. Los "pinocheros",<br />
que es como se denomina a los que recogen pinocha, han persistido hasta nuestros días<br />
gracias al uso ampliamente extendido, de este material como cama para el ganado y compost<br />
agrícola.<br />
Todas estas actividades de explotación fueron reduciendo de modo extraordinario la<br />
extensión del pinar, de tal modo que en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> según Sunding fueron destruidos el<br />
80% de los bosques de pinares.<br />
Las propiedades farmacológicas del pino han sido escasas, pero no por ello carentes de<br />
interés. Entre las aplicaciones más sorprendentes, destaca el uso del "agua de tea" para<br />
combatir la piorrea, resina para los quistes e infusiones de yemas para mejorar la bronquitis o<br />
el asma. También para el escorbuto había un sencillo remedio a base de miel y retoños<br />
tiernos.<br />
No menos curioso resultan los relatos que aluden a pinos gigantescos, como el que<br />
sirvió para techar la Iglesia de Los Remedios en La Laguna, o la Ermita de San Benito, en la<br />
misma ciudad. Mucho de estos ejemplares centenarios han sido respetados e incluso casi<br />
venerados, como el pino de la Virgen, en Teror (<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>) o el de El Paso (La Palma);<br />
otros simplemente destacan por sus dimensiones excepcionales, como el pino gordo de<br />
Vilaflor, cuyo tronco tiene 8 m de circunferencia. También la toponimia refleja en buena<br />
medida el importante papel que el pino ha desempeñado en nuestra cultura; Pinolere, Pino<br />
Alto, Lomo del Pino, El Pinalete, etc., y prueba de ello es que en 1991 este árbol fue<br />
declarado símbolo vegetal de la isla de La Palma mediante Ley del Parlamento de <strong>Canaria</strong>s.<br />
Conservación<br />
Originalmente, los pinares ocupaban el 25% de la superficie del archipiélago pero, a<br />
consecuencia de las talas reiteradas, dicha extensión se vio reducida a menos del 12% a<br />
finales del siglo pasado. En 1900 se iniciaron las primeras repoblaciones forestales con pino<br />
canario en la isla de Tenerife, aunque sería a partir de 1940 cuando se emprende esta labor de<br />
forma generalizada y extensiva en las restantes islas. Esta política de reforestación ha<br />
permitido no sólo recuperar ampliamente el dominio de los pinares (que han pasado de 57000<br />
a 85000 ha.), sino que incluso ha sido desmedida al haberse ocupado zonas de dominio<br />
potencial de otras formas vegetales (monteverde, escobonal, etc.).<br />
El hecho de que el pino canario sea resistente al fuego, junto con su capacidad de<br />
rebrotar tras las talas y sus pocos requerimientos de suelo, han condicionado que sea<br />
ampliamente utilizado para repoblaciones en otras regiones del mundo, desde la Península<br />
Ibérica hasta Italia, Sudáfrica e incluso Argentina.<br />
Actualmente la mayor parte de los pinares canarios están incluidos en montes de<br />
utilidad pública y en una amplia red de espacios protegidos, por lo que los aprovechamientos<br />
de madera son casi inexistentes. La recogida de pinocha se permite como medida encaminada<br />
a la prevención de incendios, aunque es preciso disponer de autorización. En cualquier caso,<br />
los incendios en zonas de pinar son, hasta cierto punto, difícilmente evitables teniendo en<br />
cuenta las características altamente combustible de este tipo de coníferas, el abrupto relieve<br />
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insular o la presencia de condiciones meteorológicas adversas (periodos de sequía<br />
prolongados y vientos secos). Los daños ecológicos de los grandes incendios – sin ser<br />
desdeñables , distan mucho de ser catastróficos, como tan a menudo se ha postulado.<br />
Cultivo<br />
El pino canario es un árbol poco utilizado en jardinería, probablemente debido a las<br />
grandes dimensiones que adquiere su copa y el gran desarrollo de su sistema radicular. En<br />
cualquier caso, si opta por cultivarlo con fines ornamentales tendrá que disponer de un jardín<br />
amplio donde plantarlo a suficiente distancia de las viviendas.<br />
Como esta especie tiene muy pocos requerimientos de suelo, puede ubicarse<br />
directamente en sustratos rocosos de cualquier tipo. Tampoco presenta dificultades para su<br />
reproducción ni para su mantenimiento, es extraordinariamente resistente a las enfermedades<br />
y puede cultivarse incluso por encima de los 200 m de altitud, ya que soportan temperaturas<br />
que oscilan entre –12 y 45ºC.<br />
Fuente: Biodiversidad. Medio Ambiente. Gobierno de <strong>Canaria</strong>s. org<br />
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INVASIÓN, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE LAS ISLAS<br />
CANARIAS<br />
Primeras noticias sobre <strong>Canaria</strong>s<br />
Las primeras noticias que se poseen sobre <strong>Canaria</strong>s datan de la Antigüedad clásica,<br />
tanto griegos como romanos conocían la existencia del Archipiélago Canario, según se puede<br />
ver en los textos de Homero, Hesiodo, Plinio, etc. Sin embargo, durante la Edad Media parece<br />
perderse toda referencia europea hacia las islas y es sólo a partir del siglo XIV cuando tiene<br />
lugar el redescubrimiento de <strong>Canaria</strong>s por marinos procedentes de distintos puertos europeos<br />
(genoveses, catalanes, mallorquines, castellanos y portugueses) que comienzan a navegar por<br />
las cercanías del Archipiélago Canario en busca de esclavos para venderlos en los mercados<br />
europeos, y también de orchilla.<br />
Esta expansión por el Atlántico respondía, esencialmente, al cierre de las<br />
comunicaciones entre el mediterráneo con el Oriente, motivado por la ocupación musulmana.<br />
Ante este gran obstáculo se planteaba un proyecto de alcanzar el Oriente por el Atlántico. Y<br />
es a partir de entonces cuando los viajes a <strong>Canaria</strong>s aumentan considerablemente, sobre todo a<br />
partir de la expedición de un genovés, Lancelotto Mallocello, entre 13021338; desde<br />
entonces las <strong>Canaria</strong>s comienzan a ser representadas en las cartas náuticas y portulanos de la<br />
época, al mismo tiempo que se sucedían expediciones de florentinos, genoveses, aragoneses,<br />
mallorquines, andaluces y vascos con fines religiosos, evangelizadores y en busca de esclavos<br />
y orchilla.<br />
La justificación jurídica de la conquista de <strong>Canaria</strong>s<br />
La conquista de territorios se basaba en la doctrina papalista, que argumentaba que el<br />
Papa, como representante de Dios en la tierra, poseía un poder ilimitado sobre todos los<br />
hombres y sólo reconocía como sociedad legitima a aquella compuesta por la congregación de<br />
los fieles. En este contexto, el Papa tenía derecho a disponer de aquellos territorios o estados<br />
considerados ilegítimos y delegar su dominio a un príncipe cristiano, quien podía esclavizar a<br />
su población en caso de que ésta se negase a la conversión al cristianismo.<br />
Esta doctrina papalista matizaba la existencia de dos grupos de no cristianos. Los<br />
infieles, compuestos por los judíos y musulmanes, que negaban la existencia del Dios<br />
cristiano y contra los cuales era lícita la cruzada militar, y los paganos, que desconocían la<br />
doctrina de Cristo, y con los cuales se imponía una tarea evangelizadora y, en caso necesario,<br />
una acción militar.<br />
Entre los siglos XIII y XV por la influencia de pensadores como Juan de Paris,<br />
Guillermo de Ockam y Marsilio de Padua se plantea una teoría, contraria a la papal, en la que<br />
se propugnaba que el Papa sólo poseía un poder espiritual sin atribuciones políticas. En<br />
definitiva, proponía que todas las sociedades eran legítimas independientemente de que fueran<br />
o no cristianas; obviamente este pensamiento no tuvo especial relevancia en su época.<br />
Sin embargo, el Papa desempeñó más bien un papel de juez en las distintas disputas<br />
jurisdiccionales internacionales, como fue el caso de las rivalidades entre Castilla y Portugal,<br />
que dieron lugar a una serie de bulas papales. La primera, en 1433, concedía el derecho sobre<br />
el Archipiélago Canario a D. Enrique el Navegante, príncipe de Portugal. Posteriormente la<br />
bula de 1436 reconocía el pleno derecho de Castilla sobre el Archipiélago en detrimento de<br />
los portugueses. A pesar de ello, el conflicto entre castellanos y portugueses se mantuvo vivo,<br />
como lo pone de manifiesto los distintos intentos de conquista de las Islas <strong>Canaria</strong>s por los<br />
portugueses. Sin embargo, este clima de enfrentamiento concluye con el tratado de Alcaçovas<br />
en 1479, donde los portugueses reconocían el derecho de los castellanos a las Islas y los<br />
castellanos la soberanía portuguesa sobre Fez y Guinea.<br />
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La conquista de <strong>Canaria</strong>s<br />
El proceso de conquista de <strong>Canaria</strong>s tiene lugar a lo largo del siglo XV, entre 1402, en<br />
que se inicia con la conquista de Lanzarote, y 1496 en que finaliza la conquista del<br />
Archipiélago con la isla de Tenerife. La conquista se llevó a cabo bajo dos procedimientos o<br />
sistemas. Por un lado, tenemos la conquista señorial realizada por individuos particulares bajo<br />
su propia financiación y mediante la contribución de mercaderes. Y por otro, la conquista<br />
realenga llevada a cabo bajo la autoridad real, que era quien proporcionaba los medios<br />
humanos y materiales, aunque a veces la Corona solía recurrir, también, a la financiación<br />
privada.<br />
La diferencia entre la conquista señorial y realenga es muy importante, porque va a<br />
determinar ciertos aspectos relevantes de la vida económica, social, e institucional de las islas.<br />
Así, en las islas de señorío, la tierra pertenecía al señor, y éste cedía el derecho útil de la tierra<br />
a cambio de una renta o impuesto por la utilización de la misma. Por el contrario, en las de<br />
realengo pertenecía a la Corona, y ésta repartía los recursos entre los que habían participado<br />
en la conquista.<br />
a. La conquista señorial<br />
Se corresponde a la conquista de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y<br />
El Hierro. La conquista de estas islas se llevó a cabo bajo la dirección de Juan de Bethencourt,<br />
noble francés, quien había obtenido permiso del rey Enrique I de Castilla. La expedición<br />
conquistadora partió del puerto francés de La Rochelle en mayo de 1402 y en verano de ese<br />
mismo año desembarcó en Lanzarote, donde establece un pacto de amistad con el jefe<br />
aborigen, Guadarfía, y levanta un campamento en el lugar denominado El Rubicón.<br />
Después intentó conquistar la isla de Fuerteventura, sin embargo, la resistencia de los<br />
primitivos majoreros impidió el objetivo. Ante ello, Bethencourt decidió buscar refuerzos en<br />
la Corona castellana y deja el mando a su lugarteniente Gadifer de la Salle. En 1404<br />
Bethencourt regresa con refuerzos y con la concesión de privilegios por parte del Rey, con lo<br />
que lleva a cabo la conquista de Fuerteventura que concluye en 14<strong>05</strong>.<br />
Terminada la conquista de Fuerteventura, Bethencourt intentó la conquista de las islas<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y La Palma sin grandes éxitos. Tras estos fracasos emprendió la conquista de<br />
la isla de La Gomera y El Hierro y, una vez terminada esta última empresa, Bethencourt<br />
partió hacia Europa, dejando a su sobrino Maciot de Bethencourt al frente de los territorios<br />
conquistados. Jean de Bethencourt, que no regresaría más al Archipiélago, murió en Francia<br />
en 1425.<br />
b. La conquista realenga: <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, La Palma y Tenerife<br />
Ante la imposibilidad de los señores para concluir la conquista total del Archipiélago y<br />
dada la importante situación de <strong>Canaria</strong>s en las rutas de expansión africana, los monarcas<br />
tomaron las riendas de la conquista de islas pendientes de conquistar: <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, La Palma<br />
y Tenerife.<br />
La conquista de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong><br />
En 1478 una expedición organizada por los Reyes Católicos desembarca en <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, en las cercanías donde hoy se encuentra la ciudad de Las Palmas, al mando de Juan<br />
Rejón y del Deán Juan Bermúdez. Establecen un campamento denominado el Real de Las<br />
Palmas, junto al Guiniguada, donde tuvo lugar el primer enfrentamiento con los aborígenes,<br />
que sufrieron la primera derrota y se replegaron al interior de la isla.<br />
Pronto surgieron las rivalidades entre los conquistadores, en especial entre Juan Rejón<br />
y el Deán Bermúdez. Ante esto el rey envió a Pedro de Algaba como nuevo gobernador en<br />
sustitución de Juan Rejón. Sin embargo, éste decapita a Pedro de Algaba, motivo por el cual<br />
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es enviado Pedro de Vera como nuevo gobernador, quien lleva a cabo el arresto de Juan<br />
Rejón.<br />
El nuevo gobernador, Pedro de Vera, impulsó la conquista de la isla venciendo a<br />
Doramas en las montañas de Arucas y capturando en Gáldar al guanarteme Tenesor Semidan,<br />
quien sería llevado a la Corona de Castilla ante los monarcas y convertido al cristianismo,<br />
tomando como nombre Fernando Guanarteme. A su vuelta a <strong>Canaria</strong>s colaboró con los<br />
conquistadores y participó posteriormente de forma activa en la conquista de Tenerife.<br />
La conquista de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> quedaba reducida a distintos grupos aborígenes<br />
refugiados en el interior de la isla, pero, tras varias batallas, el 29 de abril de 1482, según nos<br />
relatan las crónicas, los antiguos canarios se presentaron en el Real de Las Palmas, dando por<br />
finalizada una larga campaña de cinco años, aunque pequeños grupos de indígenas<br />
continuaron alzados en las cumbres.<br />
La conquista de La Palma<br />
Después de varios intentos frustrados, Alonso Fernández de Lugo organizó desde <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> una expedición para llevar a cabo la conquista de La Palma. El desembarco tuvo<br />
lugar en las costas de Tazacorte y, tras conseguir firmar un pacto de amistad con el jefe<br />
aborigen del lugar, Mayantigo, organizó su primer campamento en la isla. Sin embargo, otros<br />
reyes, como Jarigua y Garehagua se resistieron pero terminaron por caer derrotados. Tan sólo<br />
el príncipe Tanausú siguió en pie de guerra, refugiado en la Caldera de Taburiente. Tras<br />
distintas escaramuzas frustradas, Lugo planeó utilizar como último recurso el método de la<br />
traición, concertando una entrevista con el príncipe alzado, que terminó con el apresamiento<br />
del mismo y con la mayoría de sus seguidores. Prisionero Tanausú, fue enviado cargado de<br />
cadenas a la Península, destino al que nunca llegaría pues murió en el camino.<br />
La conquista de Tenerife<br />
Concluida la conquista de La Palma, Alonso Fernández de Lugo inició la de Tenerife.<br />
En 1494 desembarcó en la playa de Añazo, pactando con el Mencey de Anaga y Güímar y<br />
levantó un campamento. Avanzó hacia el interior hasta el barranco de Acentejo. Allí, los<br />
guanches, aprovechando las características orográficas del terreno y su conocimiento del<br />
mismo infligieron una severa derrota a la expedición conquistadora. A este suceso se le<br />
conoce como La Matanza de Acentejo. Los conquistadores supervivientes retornaron al Real<br />
de Añazo y reembarcaron con rumbo hacia <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Posteriormente Lugo reorganizó la<br />
última expedición, que también se resolvió en Acentejo con la batalla que los conquistadores<br />
llamaron la Victoria de Acentejo y que terminaría con la conquista de la isla de Tenerife, en<br />
1496.<br />
La situación del aborigen tras la Conquista<br />
La conquista de las islas y su integración en el sistema castellano va a tener para los<br />
indígenas consecuencias de importancia. La propiedad de la tierra se distribuyó entre los<br />
conquistadores y colonos, se importaron nuevos sistemas de vida y de cultivos, la<br />
colonización se caracterizó por una amalgama de pueblos diferentes, se introdujo un sistema<br />
económico centrado en la explotación agraria y la comercialización, que insertó a <strong>Canaria</strong>s en<br />
la nueva economía de mercado. Se introdujeron instituciones de origen europeo, una nueva<br />
religión, etc.<br />
En definitiva, tuvo lugar un proceso de agresión aculturativa, que se manifestó<br />
principalmente en tres planos:<br />
Biótico: derrumbe poblacional producto de nuevas enfermedades ante las cuales los<br />
aborígenes no tenían defensas.<br />
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El ecológico: el conquistador se apoderó de tierras y ganado y no sólo acabó con el<br />
sistema económico aborigen, sino que también provocó un desequilibrio ecológico del medio<br />
con la introducción de nuevos cultivos, sistema de propiedad de la tierra y transformación de<br />
la economía ganadera.<br />
En el plano socioeconómico: Se impuso un sistema de producción de carácter<br />
mercantilista.<br />
Los aborígenes siguieron dedicándose mayoritariamente a sus anteriores actividades,<br />
al pastoreo, aunque algunos, bien por haber participado en la conquista o colaborado con los<br />
castellanos, recibieron como pago a sus servicios, datas de tierra, que pusieron en cultivo<br />
mediante los nuevos sistemas aprendidos.<br />
Por el contrario a los indígenas alzados, los que no pactaron con el conquistador, o<br />
simplemente los que no se adaptaron a la nueva situación, fueron vendidos como esclavos en<br />
los mercados de Sevilla o Valencia, o simplemente deportados a otras islas, en este sentido<br />
gran parte de la población de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y Gomera fueron enviadas a Tenerife.<br />
De todos modos el carácter de integración no fue igual para todos los aborígenes. Los<br />
pertenecientes a la clase noble, recibieron un trato especial y generalmente se entrecruzaron<br />
con los conquistadores y colonos. Así por ejemplo, los familiares de los menceyes y parientes<br />
importantes del Guanarteme de Gáldar recibieron el tratamiento de don, a la vez que se les<br />
entregaron tierras y ocuparon puestos relevantes en la sociedad del momento.<br />
Los de menor categoría, pero participantes también en el proceso de conquista,<br />
recibieron tierra y asimilaron rápidamente los nuevos hábitos culturales.<br />
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LOS ABORÍGENES CANARIOS<br />
Los orígenes de la población natural<br />
El verdadero origen de los primeros pobladores de las islas sigue siendo un misterio.<br />
Historiadores y curiosos de todos los tiempos han acudido a la Biblia, a escritos de la Antigua<br />
Roma y todo tipo de leyendas para encontrar una solución a este enigma. Pero ninguna<br />
hipótesis resulta totalmente convincente. La mayoría de los arqueólogos, sin embargo, se<br />
inclinan por que los primeros pobladores de las islas llegaran a mediados del primer milenio<br />
antes de nuestra era, procedentes de la cercana África.<br />
Su forma de vida<br />
Los habitantes fueron llegando en varias oleadas que no afectaron a cada isla por<br />
igual; no se sabe si fueron traídos o si vinieron por si mismos. También se desconoce la<br />
motivación.<br />
La utilización de molinos circulares (romanos) sugiere contactos con Roma o pueblos<br />
norteafricanos desde aproximadamente el comienzo de la era común. Se han encontrado<br />
ánforas romanas del s. IIIIV EC en Lanzarote.<br />
No había una cultura común entre islas (debido al aislamiento, a la diferente<br />
procedencia o contactos de los diferentes isleños o un poco de todo).<br />
Vivían principalmente de la ganadería aunque, en algunas islas y épocas, se practicaba<br />
también la agricultura. Tenían cabras, cerdos y, al parecer, también ovejas (aunque de piel lisa<br />
y con pelo sólo en el rabo). Usaban perros para el pastoreo. Conocían la cebada y<br />
probablemente el trigo (aunque pudo haber sido introducido junto a las higueras por los<br />
mallorquines en el s. XIV). Usaban palos o cuernos para cavar el suelo.<br />
El resto de los recursos naturales se aprovechaba todo lo posible. Así se recogían<br />
piñones, rizomas de helecho, frutos de mocán, bicácaros, moras, madroños, barrilla y dátiles<br />
para comer, sobre todo en tiempos de necesidad. Del mar se recogía marisco y se pescaban<br />
peces de la costa como viejas, sargos, pejeperres, bocinegros y morenas. Estos podían<br />
pescarse con anzuelos, nasas, redes o formando con piedras charcas cerradas en las que los<br />
peces queden atrapados al bajar la marea. También se aprovechaban ciertos vegetales para<br />
hacer cestas y cordeles, y se recogía madera para las casas y los enterramientos.<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> era la única isla en que la agricultura no era una actividad secundaria, ya<br />
que se han encontrado graneros (los mal llamados cenobios). Las crónicas también mencionan<br />
canalizaciones y prácticas de regadío.<br />
Vida social<br />
Se sabe poco sobre la organización social de las islas, ya que las únicas fuentes son las<br />
crónicas de los recién llegados. <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es una de las islas de las que tenemos más datos.<br />
Estaba dividida en dos territorios, llamados reinos por los conquistadores, con sede en Gáldar<br />
y Telde, respectivamente. Estos territorios incluían tierras de montaña y costa – muy<br />
importante para la ganadería estacional. Cada uno de ellos estaba regido por un Guanarteme<br />
(ewadnartémin) que era de clase noble. Su poder se justificaba por ser descendiente de la<br />
mítica Attidamana.<br />
El máximo jefe religioso también era noble y, al parecer, controlaba el<br />
almacenamiento del grano. La nobleza contaba además con una asamblea – el sabor. En fin,<br />
los nobles controlaban las tierras y el ganado mientras que el resto de la población trabajaba y<br />
dependía de los primeros.<br />
Algunas fuentes declaran que en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> se practicaba la poliandria<br />
(emparejamiento de una mujer con dos o más hombres), mientras que otros la niegan. Ésta<br />
práctica podría explicarse (si es que existió) por la práctica, también mencionada en las<br />
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fuentes, del infanticidio femenino. El infanticidio debió usarse como medida de control de la<br />
población en épocas difíciles.<br />
Sus creencias<br />
La religión de los aborígenes es otra gran incógnita – lo poco que se sabe (si es<br />
correcto) proviene de los testimonios de visitantes y conquistadores europeos. Otras fuentes<br />
de conocimiento complementarias son el estudio lingüístico, los hallazgos arqueológicos y la<br />
comparación con los pueblos bereberes del norte de África.<br />
Uno de los aspectos más conocidos es su creencia en el más allá y la consecuente<br />
preocupación por el enterramiento correcto de los muertos. Los cadáveres podían ser<br />
cremados o, en La Palma, Tenerife y <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, momificados. El cadáver era luego<br />
depositado en una cueva, natural o artificial, o en un túmulo (en el caso de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>).<br />
Dioses y demonios<br />
El Papa Urbano V declaró en 1369 que eran adoradores del sol y la luna. Los europeos<br />
más tarde interpretaron la religión aborigen en función de la suya, nombrando a un dios<br />
superior llamado Acorán (en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>), Achaman (en Tenerife), Abora (La Palma) o<br />
Eraoranzan (El Hierro). El estudio de estos nombres indica que los aborígenes designaban al<br />
sol como femenino y a la luna de forma masculina, como en las culturas bereberes. Nuestra<br />
estrella era así vista como origen y dadora de vida.<br />
También hay ciertos indicios de que, cómo en muchas culturas antiguas, se rendía<br />
culto a los árboles: al Garoé en El Hierro y, muy probablemente, al pino en Teror, <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>.<br />
Los aborígenes también creían en seres maléficos que podían aparecer, bien en forma<br />
de perros lanudos que atacaban a la gente o a sus animales, bien sin una forma concreta y<br />
asociados a las grietas del suelo (en las que los indígenas solían dejar ofrendas).<br />
Sus iglesias<br />
Los lugares naturales, sobretodo las montañas, eran los escogidos para el culto. Los<br />
sitios de especial significación los reconocemos por ir acompañados de grabados rupestres o<br />
por tallas o construcciones asociadas a ofrendas y sacrificios. El más famoso de éstos en <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> es quizás el Roque Bentayga, con su cazoleta tallada en la roca para hacer ofrendas<br />
de leche y manteca. También hay indicaciones de que el Teide (con sus impresionantes 3.715<br />
m de altitud) era adorado, por sí mismo o como símbolo, en las islas desde donde se ve.<br />
Los ritos<br />
El faycán era la máxima autoridad religiosa en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, haciendo de<br />
intermediario entre la gente y el mundo sobrenatural. La situación era parecida en las otras<br />
islas. En <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, además, el faycán parece haber estado encargado de los graneros.<br />
Las mujeres (de clase noble) parecen haber jugado un papel religioso importante. Así las<br />
harimaguadas estaban encargadas de ciertos ritos y ejercitaban, probablemente, la<br />
adivinación.<br />
Uno de los rituales más importantes eran los de petición de lluvia. Solían celebrarse en<br />
un sitio alto, con una posible orientación hacia el alisio –el viento que trae la lluvia. Se<br />
encerraba al ganado y se le dejaba sin comer. Cuando el hambre apretaba estos empezaban a<br />
balar insistentemente. Entonces la gente se le unía, dando palmas y gritando. Al menos a<br />
veces, esta ceremonia continuaba con una procesión al mar, cuyas aguas se golpeaban con<br />
ramas – algo así como un antecesor de la bajada de la rama en Agaete.<br />
www.historiaviva.org/canarias<br />
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PATRIMONIO DE GRAN CANARIA<br />
Culturalmente hablando, <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es sinónimo de mestizaje. Una característica<br />
heredada de su condición histórica de lugar de paso de viajeros y de una sociedad de<br />
naturaleza abierta a todo lo que le viniese allende los mares. El paso de la historia ha dejado<br />
en la Isla un patrimonio de alto valor arqueológico, artístico, arquitectónico y etnográfico,<br />
testigos de la evolución cultural de esta comunidad insular. Un patrimonio histórico, legado<br />
de la identidad isleña, que se ha enriquecido y acompañado de múltiples manifestaciones<br />
culturales y artísticas que confieren a la Isla unas singularidades difícilmente encontrables en<br />
tan reducido espacio territorial. La mayor parte de los monumentos que se pueden ver en <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong> son posteriores a la época de la conquista, aunque se han podido preservar algunos<br />
yacimientos y lugares pertenecientes a los aborígenes de la Isla (Cuevas Pintadas de Gáldar,<br />
el Cenobio de Valerón...).<br />
Pero junto a las manifestaciones arquitectónicas y plásticas pertenecientes a los<br />
distintos momentos históricos y actuales de esta Isla y que se reparten por toda su geografía,<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> cuenta con una amplia y diversificada agenda de actos culturales que abarca<br />
todo el año. Conciertos, festivales internacionales de música y de cine, exposiciones y ciclos<br />
de conferencias con ponentes de prestigio mundial conforman, entre otros, la actualidad<br />
cultural de la Isla capaz de satisfacer al público más exigente. Entre ellos, es justo destacar el<br />
internacionalmente conocido Festival de Música de <strong>Canaria</strong>s, que se celebra a comienzos de<br />
año y el único en toda Europa que se desarrolla en invierno. Por este Festival han pasado la<br />
casi totalidad de las primeras figuras del firmamento musical y en el mismo se producen<br />
estrenos absolutos de obras.<br />
Patrimonio Arqueológico<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> cuenta con un importante legado arqueológico que nos permite<br />
adentrarnos en los distintos escenarios donde se desarrollaba la vida de las poblaciones<br />
prehispánicas de la Isla. A través de estos vestigios podemos saber más de unos habitantes<br />
que desde siempre han suscitado la curiosidad de los investigadores, y sobre los que aún<br />
queda mucho por desvelar.<br />
Esta es una breve relación de algunos de esos lugares donde es posible contemplar los<br />
restos de su cultura, aquellos de más fácil acceso para los visitantes.<br />
Necrópolis de Arteara (San Bartolomé de Tirajana): Yacimiento funerario<br />
prehistórico formado por más de un millar de estructuras tumulares. Ocupa un territorio de<br />
dos kilómetros de largo por uno de ancho. De visita obligada.<br />
Punta Mujeres (San Bartolomé de Tirajana): Se trata de una gran estructura<br />
habitacional y uno de los numerosos asentamientos costeros del litoral de la Isla.<br />
Poblado de Tunte (San Bartolomé de Tirajana): El mayor conjunto de cuevas de<br />
toda <strong>Canaria</strong>s, es un poblado grande, toda una aldea abierta en el interior de la piedra, que<br />
incluye viviendas, graneros, depósitos funerarios y pinturas rupestres.<br />
Las Fortalezas (San Bartolomé de Tirajana): Un buen ejemplo de poblado<br />
fortificado formado por cuevas naturales y labradas artificialmente en la roca. Algunas de<br />
ellas tienen restos de pintura, otras de utilidad funeraria, así como silos.<br />
La Audiencia (Temisas): Poblado de cuevas labradas artificialmente, empleadas para<br />
distintas funciones: dormitorio, cocina, silos, granero...<br />
Los Letreros de Balos (Agüimes): El más importante conjunto de grabados rupestres<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, reúne en el mismo conjunta práctica totalidad de la tipología de grabados de<br />
<strong>Canaria</strong>s: antropomorfos, zoomorfos, inscripciones alfabéticas, geométricas...<br />
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Risco del Canario (Agüimes): Situado en el Barranco de Guayadeque, este conjunto<br />
de una treintena de cuevas artificiales, que por su difícil acceso era fácil de defender en caso<br />
de ataques.<br />
El Draguillo (TeldeIngenio): Un yacimiento donde se pueden contemplar grabados,<br />
silos, cuevas funerarias y cuevas viviendas.<br />
Almogaren de Amurga: Uno de los ejemplos más complejos y espectaculares de los<br />
yacimientos que ha sido interpretado como lugar de culto.<br />
Cuatro Puertas (Telde): Cueva de amplias dimensiones, excavada a mano en la toba<br />
volcánica. Su rasgo más característico son las cuatro puertas que dan paso a una plataforma<br />
horizontal. Su uso se ha vinculado a las prácticas mágicoreligiosos de los canarios.<br />
Poblado de Tufia (Telde): Conjunto formado por un grupo de cuevas y diversas casas<br />
de piedra, concentradas en núcleos separados y túmulos funerarios. A muchas de sus<br />
construcciones no se les ha atribuido una funcionalidad específica.<br />
Poblado de Tara (Telde): Aquí se encuentran las cuevas artificiales más importantes<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y en él se han encontrado numerosos útiles que sirvieron a los canarios para<br />
sus quehaceres cotidianos.<br />
La Restinga/Llano de la Brujas (Telde): El poblado está formado por construcciones<br />
con una función doméstica, otras como túmulos funerarios, y algunas que pudieron ser<br />
utilizada como graneros. En el Llano, las construcciones se superponen, lo que pone de<br />
manifiesto su uso prolongado en el tiempo.<br />
Bandama (Santa Brígida): Uno de los yacimientos más singulares de la Isla; las<br />
llamadas Cuevas de los Canarios, un grupo de habitaciones y graneros colectivos ubicados en<br />
la ladera interior de una Caldera. Su rasgo más significativo es la existencia de grabados<br />
rupestres.<br />
Cuevas de los Canarios (Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>): Este conjunto arqueológico<br />
está formado por dos grandes cuevas artificiales de habitación y otras más pequeñas, con<br />
silos, excavadas en dos niveles, bajo una gran arcada natural que las protege.<br />
La Cerera (Arucas): Se trata de un hábitat en cuevas, así como estructuras edificadas,<br />
situada en una de las zonas más fértiles y próximas al mar de la Isla.<br />
Cenobio de Valerón (Santa María de Guía): El yacimiento más espectacular de toda<br />
<strong>Canaria</strong>s; un enorme granero colectivo, ejemplo evidente de la significación de la actividad<br />
agrícola de los canarios, y del poder de las castas dirigentes.<br />
La Cueva Pintada (Gáldar): Uno de los yacimientos más importantes de <strong>Canaria</strong>s,<br />
no sólo por sus dimensiones, sino por albergar uno de los ejemplos del arte aborigen canario:<br />
la Cueva Pintada, que da nombre a todo el conjunto doméstico. Son motivos geométricos<br />
representados a partir de pinturas en rojo, negro y blanco. La utilidad que pudo tener este<br />
espacio se presta a múltiples interpretaciones: cueva funeraria, lugar sagrado, vivienda...pero<br />
no hay datos suficientes como para llegar a conclusiones definitivas.<br />
Bocabarranco / El Agujero / La Guancha (Gáldar): En esta zona se conservan los<br />
restos de uno de los más importantes poblados en superficie de los primitivos habitantes de<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Al margen de las numerosas casas, destaca la presencia de los túmulos<br />
funerarios más relevantes de la Isla.<br />
Necrópolis de Maipés (Agaete): Un amplio espacio funerario, que ocupa más de un<br />
kilómetro cuadrado de superficie, conformado por un número muy elevado de sepulcros en<br />
escoria, próximo al medio millar.<br />
Poblado de Acusa (Artenara): Conjunto de antiguos poblados situados en una de las<br />
zonas de las Isla con tierras más aptas para el cultivo. Estancias habitacionales pintadas,<br />
cuevas funerarias e importantes graneros son comunes en la mayoría de ellos.<br />
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Cuevas de Caballero (Artenara): Conjunto de cuevas de habitación; en tres de ellas<br />
encontramos representaciones rupestres triangulares, y otras formas. Se asocia este lugar<br />
como un espacio de elevada significación mágicoreligiosa para los canarios.<br />
Cueva de los Candiles (Artenara): Cueva artificial, que ocupa un lugar de honor en<br />
la arqueología de <strong>Canaria</strong>s, cuyo interior se distribuye en seis pequeñas hornacinas excavadas<br />
cubiertas por decenas de triángulos invertidos, grabados o en bajorrelieve, que se supone<br />
relacionadas con la fertilidad.<br />
Bentayga/Cuevas del Rey (Tejeda): Compuesto por tres núcleos, construidos en<br />
singulares formaciones arqueológicas que se disponen en línea. En ellos se puede encontrar<br />
importantes ejemplos de cuevasviviendas, funerarias, graneros, espacios para prácticas<br />
religiosas y un importante almogarén.<br />
Poblado de Caserones (San Nicolás de Tolentino): Son los restos de lo que fue uno<br />
de los mayores poblados de toda <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, con una enorme densidad de casas, así como<br />
túmulos funerarios.<br />
Castillete de Tabaibales (Mogán): Al margen de las estancias habitacionales, resalta<br />
la presencia de torretas, murallas, así como la ordenación de las edificaciones, que lo hacen<br />
diferentes a otros yacimientos.<br />
Majada Alta (Mogán): Cueva de pequeñas dimensiones en la que se encuentran<br />
pictogramas antropomorfos, pintados con almagre. Constituye un yacimiento único por las<br />
técnicas empleadas, así como por los motivos figurativos.<br />
Patrimonio cultural<br />
El primer estilo arquitectónico introducido en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es el gótico (siglo XV),<br />
siendo la capitalina catedral de Santa Ana un exponente de este arte. También se pueden<br />
encontrar en la Isla elementos góticomudéjares en obras realizadas en el siglo XVI, como la<br />
iglesia de San Juan Bautista de Telde. Los siglos XVII y XVIII suponen la época dorada del<br />
Barroco, que también recibe la impronta mudéjar. Los templos de Santo Domingo y San<br />
Telmo, en la ciudad de Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> son dos muestras.<br />
La arquitectura isleña entra en el siglo XIX con nuevos aires, aportados por el<br />
pensamiento liberal burgués y de parte de la aristocracia, y que tienen una buena expresión en<br />
lo que hoy es el Gabinete Literario, en Las Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. El Modernismo se<br />
implanta con la llegada del siglo XX, estilo que da paso en la década de los 30 al<br />
Racionalismo, en el que destacó el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, con obras<br />
como la fachada del Cabildo Insular o el Parador de Tejeda. De reciente creación destacan en<br />
la isla proyectos como el interior del Centro Atlántico de Arte Moderno, de Sáenz de Oiza o<br />
el Auditorio Alfredo Kraus, de Óscar Tusquets.<br />
El Templo de San Juan de Telde es uno de los puntos de referencia a la hora de<br />
analizar la escultura grancanaria entre los siglos XVI y XVIII, en los que se recurre al<br />
exterior para adquisiciones como el Crucificado, realizado en México, o el retablo de talla. En<br />
la época influenciada por el Barroco predominaron las importaciones de Indias. José Luján<br />
Pérez (17561815), dio nombre a la Escuela que lleva su nombre, cuna de grandes autores de<br />
este siglo y que plantea la identidad canaria. Las líneas depuradas en conceptos abstractos<br />
trabajados sobre material de chatarra e industrial de Tony Gallardo, abre una nueva etapa en<br />
la década de los 60 del siglo XX, época que precede a autores contemporáneos como Martín<br />
Chirino, que cambia la obra abstracta por la escultura pública y que tiene una de sus señas de<br />
identidad en su obra Lady Harimaguada de la capital grancanaria.<br />
En la pintura de los siglos XV y XVIII tiene un buen exponente la adquisición de<br />
piezas flamencas, que se pueden admirar hoy día en la ermita de las Nieves, en Agaete, o en la<br />
iglesia de San Juan Bautista de Arucas a través de la Virgen de Guadalupe. En el siglo XIX<br />
destaca Manuel Ponce de León, y en los inicios del XX, resalta la figura de Néstor de la Torre<br />
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(18871938), mejor exponente del simbolismo insular. En las primeras décadas de siglo son<br />
muchos los autores canarios que siguen la estela del siglo precedente, como Nicolás Massieu<br />
y Matos. La Escuela Luján Pérez aporta ya figuras de relevancia como Jorge Oramas,<br />
Santiago Santana o el citado Felo Monzón, que participó con Lola Massieu en la fundación<br />
del grupo Ladac.<br />
Adentrados ya en la década de los setenta renace un amplio abanico de artistas<br />
influenciados por el nuevo arte a través de la abstracción americana, el eclecticismo y la<br />
figuración, con las performances y el uso de distintos materiales.<br />
Parque Arqueológico del Bentayga<br />
Descripción<br />
Dentro de la riqueza arqueológica de toda el área circundante, con magníficos<br />
poblados trogloditas, silos fortificados, cuevas de enterramiento, petroglifos y grabados<br />
rupestres, entre las manifestaciones más relevantes, se levanta la imponente mole del<br />
Bentayga o Ventagay, como síntesis de este valioso legado.<br />
Visitado por arqueólogos y amantes del pasado insular desde finales del siglo XIX, en<br />
la actualidad es lugar de visita de un público entre el que se cuenta turistas y escolares que,<br />
salvo excepciones, solo tienen una vaga idea del verdadero significado de este enclave y su<br />
entorno.<br />
En <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> se considera este recurso corno una pieza fundamental en el<br />
entramado de acciones destinadas a generar un nuevo modelo económico en el sector<br />
centroccidental de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, donde los visitantes juegan un papel crucial como<br />
activadores de las pequeñas y medianas empresas de la zona.<br />
Como centro rector del Parque Arqueológico del Bentayga se ha diseñado su Centro<br />
de Interpretación, donde de forma eminentemente gráfica se sitúa al visitante en el contexto<br />
natural del Bentayga perteneciente al Parque Rural del Nublo con referencias al medio<br />
geológico, flora y fauna, para a continuación ir desgranando los grandes hitos arqueológicos<br />
de la Cuenca de Tejeda como las Cuevas de los Cantiles, la Mesas de Acusa y del Junquillo o<br />
el no menos impresionante conjunto de Cuevas del Rey.<br />
En el Parque Arqueológico del Bentayga el visitante llega a familiarizarse con el<br />
espacio que habitaron los antiguos canarios, con los objetos que formaron parte de su vida<br />
cotidiana y con los ritos que les conectaba con el "mas allá", donde la fecundidad, las<br />
rogativas de lluvia o la vida de ultratumba, fueron objeto de especial atención.<br />
Ante la vista del Roque Bentayga, con su esbelta y a la vez salida hechura, con su<br />
providencia ubicación en el centro de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, con su excepcional alineación con la<br />
elevada Montana de Altavista, el gigantesco Teide y el sol de poniente, cuesta trabajo pensar<br />
que no fuese elegido como lugar sacro por un pueblo que vivía en íntima relación con las<br />
fuerzas de la Naturaleza y con dependencia absoluta de ellas.<br />
El almogaren, a modo de ara, fue testigo de las más hondas preocupaciones y ruegos<br />
de un pueblo, que en las postrimerías del Siglo XV asistía, exhaustas sus fuerzas, al comienzo<br />
del desmoronamiento de toda su cultura: su lengua, sus creencias, sus formas de vida... Su<br />
entrada en la Historia no pudo ser más desgraciada.<br />
En las faldas del Bentayga también tuvieron lugar importantes hechos de armas dentro<br />
de los últimos episodios de la Conquista de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Pedro de Vera, Fernando<br />
Guanarteme, fueron protagonistas en este agreste paisaje, junto con otros cuyos nombres<br />
quedaron en la niebla del olvido o a mitad entre la Historia y la Leyenda.<br />
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LA ISLA DE CANARIA Y EL FALSO TOPÓNIMO DE<br />
"TAMARÁN"<br />
Rubén Naranjo Rodríguez<br />
Hasta que en el año 1844, Manuel Osuna Saviñón publica su Resumen de la Geografía<br />
física y política y de la historia natural y civil de las Islas <strong>Canaria</strong>s en la capital santacrucera,<br />
como parte de la sección recreativa del periódico "El propagador de los conocimientos útiles",<br />
no existe referencia escrita del nombre de "Tamarán", o más exactamente, "Tamerán",<br />
aplicado a la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Así, Osuna señala en la página 49 de su trabajo, en relación<br />
a Juan de Bethencourt, que arribó éste "por vez primera a la tierra de tantas esperanzas:<br />
reconoció las costas y los campos que halló bellísimos, pues estaban cultivados en gran parte.<br />
Los habitantes eran benévolos y afables, como los ya conocidos, altos de cuerpo y bien<br />
formados, y más blancos que los de las otras islas conquistadas. De ellos se supo que la isla se<br />
llamaba Tamerán, que quiere decir país de los valientes".<br />
En una nota de pie de página, Osuna desarrolla las diferentes opiniones acerca del<br />
nombre de <strong>Canaria</strong>, pero no vuelve a ocuparse de "Tamerán".<br />
Sin embargo, en ninguna de las versiones de Le Canarien aparece por parte alguna que<br />
los canarios llamasen a su isla de dicha forma. Es más, tampoco, como es conocido, se recoge<br />
que el normando Bethencourt añadiera el calificativo de "<strong>Gran</strong>de" a la Isla de <strong>Canaria</strong>, pues<br />
en la crónica francesa se hace alusión a dicha isla como la "<strong>Gran</strong>t Canare". Abreu Galindo,<br />
que por otra parte no tuvo acceso a Le Canarien, es el que por su cuenta atribuye a<br />
Bethencourt la calificación de "<strong>Gran</strong>de" a <strong>Canaria</strong>, en el año de 14<strong>05</strong>, tras la derrota sufrida<br />
en Arguineguín: "Por la resistencia que en sus naturales halló y la mucha sangre que derramó<br />
de su gente, que la habían herido y la de los naturales".<br />
Entre 1860 y 1861, Agustín Millares Torres publica su Historia General de la <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>. Aquí, Millares Torres señala "que los primitivos habitantes de la isla daban el<br />
nombre de Tamarán, que en su dialecto significaba país de los hombres valientes", sin apuntar<br />
de qué fuente se vale para llegar a tal afirmación.<br />
Posteriormente, en 1876, será Gregorio Chil y Naranjo en sus Estudios históricos,<br />
climatológicos y patológicos de las Islas <strong>Canaria</strong>s, en el capítulo dedicado a "Palabras<br />
pertenecientes al dialecto de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>", el que refiera el término "Tamerán, nombre de la<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> Abreu Galindo", sin añadir más datos, con toda probabilidad tomando como<br />
referencia al señalado Osuna, pero incluyendo la procedencia de Abreu Galindo.<br />
En Abreu, lo más parecido a "Tamarán" que encontramos, y sin que tenga nada que<br />
ver con el supuesto nombre de la Isla, es el reconocimiento que hace en un par de ocasiones<br />
de su "maestro de gramática en Cádiz", Francisco Támara.<br />
En la Historia General de las Islas <strong>Canaria</strong>s (1893), Agustín Millares Torres sí que<br />
señala el lugar de donde tomó el nombre de su "Tamarán". De esta forma aparece reflejado en<br />
la página 85 del Libro Cuarto: "La isla de <strong>Canaria</strong> era apellidada por sus primitivos habitantes<br />
Tamarán o Tamerán, lo que parece significar en su idioma "país de valientes". Sigue diciendo:<br />
"Desde las primeras entradas de Bethencourt, y aún antes, se la designaba también con el<br />
calificativo de <strong>Gran</strong>de, que en la crónica francesa va unido siempre al de <strong>Canaria</strong>, tal vez para<br />
no confundirla con las demás islas, a las cuales desde entonces prestaba ella su nombre".<br />
Añade una nota de pie de página en la que especifica lo siguiente: "Osuna: "Comp. de la Hist.<br />
de <strong>Canaria</strong>s", pág. 49. La palabra Tamerán nos recuerda el Tamahou, voz con que los egipcios<br />
designaban a los habitantes de Libia".<br />
Es posible afirmar que este comentario, en una obra de tanto prestigio como la de<br />
Millares, sirvió para dar carta de autenticidad a la originaria invención de Osuna, de la que no<br />
existe ninguna referencia anterior. En todo caso, cabe señalar que Osuna señala "Tamerán", y<br />
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luego Millares es el que utiliza "Tamerán" y "Tamarán", indistintamente. De esta forma, en el<br />
vocabulario del antiguo dialecto isleño, que publica Millares en su Historia General, presenta<br />
"Tamarán “nombre de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>”.<br />
Bethencourt Alfonso, por su parte, que también mantuvo cordiales relaciones de<br />
colaboración con Millares y Chil, ofrece en su Historia del pueblo guanche, concluida en<br />
1912, en el Capítulo IX dedicado al "Vocabulario guanche", los términos "Tamarán" y<br />
"Tamerán", como el "nombre que los indígenas de <strong>Canaria</strong> daban a su isla", citándose<br />
primeramente él mismo como referencia. Posteriormente, en el Capítulo XI, "Vocabulario<br />
guanche: nombres propios de lugares", cita "Tamerán: Nombre de la isla de <strong>Canaria</strong>",<br />
señalando en esta ocasión a Abreu Galindo como la fuente de la que procede el dato. Es decir,<br />
que perfectamente pudo tomar la referencia de Chil y Naranjo.<br />
El personaje<br />
De "ilustrado" califica Millares Torres en su Historia General de las Islas <strong>Canaria</strong>s a<br />
Manuel Osuna y Saviñón (18091846), personaje "nacido en medio de una familia entusiasta<br />
por las glorias de su país". Conviene mencionar la trayectoria política de Manuel Osuna, pues<br />
a pesar de ser tinerfeño, era ferviente partidario de la división de la provincia única de<br />
<strong>Canaria</strong>s, con capitales respectivas en La Laguna y Las Palmas. Sirva este apunte de la<br />
postura favorable a los planteamientos grancanarios, como aspecto a tener en cuenta en la<br />
consideración que Millares Torres, declarado divisionista, le tenía a Manuel Osuna, no<br />
dudando en ningún momento de sus afirmaciones.<br />
Indicar que Sabino Berthelot señala en los preliminares de sus Antigüedades <strong>Canaria</strong>s<br />
(1897) que "estamos en deuda con nuestro inteligente y estudioso amigo don Agustín<br />
Millares, que nos comunicó un gran fragmento de esta obra", en referencia al Resumen de<br />
Osuna, al que considera "un trabajo importante bajo el modesto título de Compendio de la<br />
Historia de <strong>Canaria</strong>s". Se demuestra así, una vez más, el reconocimiento de Millares hacia<br />
dicho autor, al hacerle llegar a Berthelot lo publicado de su obra, refiriendo incluso este<br />
último algunos aspectos de la misma a lo largo de sus Antigüedades.<br />
Se prodigó Osuna en trabajos sobre botánica, geología y geografía, no descuidando<br />
tampoco la vertiente literaria, encuadrada dentro del movimiento romántico isleño. No<br />
obstante, pasado ya el tiempo de las diatribas políticas de su época, el elemento que más ha<br />
ocupado a los investigadores sobre la obra de Osuna ha sido la vertiente histórica,<br />
concretamente la supuesta expedición del árabe BenFarroukh al Archipiélago, en el año 999<br />
d.C. La misma aparece en la ya señalada obra del Resumen de la geografía física y política, y<br />
de la historia natural y civil de las islas <strong>Canaria</strong>s, y según Osuna tales datos estaban<br />
contenidos en unos supuestos manuscritos del historiador cordobés IbnelQouthia,<br />
encontrados en la Biblioteca de París por el orientalista francés M. Etienne, el cual también<br />
los traduciría y publicaría. Los intentos realizados para acceder a tales manuscritos o a la<br />
pretendida traducción original siempre fueron infructuosos. Así, Gregorio Chil y Naranjo lo<br />
intentó por todos los medios sin éxito, llegando a dudar de su autenticidad, y si bien nadie<br />
más que Osuna pudo en su momento dar cuenta de la existencia de dicha fuente histórica, ello<br />
no significó que se desestimara, sino más bien todo lo contrario, tal y como reflejan el propio<br />
Millares o Sabin Berthelot, entre otros.<br />
El propio hijo de Osuna, Manuel Osuna y Van den Heede, intentó por todos los<br />
medios hacerse con el manuscrito, buscando fundamentalmente recuperar la credibilidad<br />
hacia la producción científica de su padre, que era seriamente cuestionada por este asunto.<br />
El trabajo publicado en la Revista de Historia de <strong>Canaria</strong>s en 1944 por Buenaventura<br />
Bonnet parece dejar el tema definitivamente zanjado, dando cuenta del fraude cometido por<br />
Osuna, afirmando que "por los errores que contiene, la burda mixtificación de fechas y<br />
nombres, y los pasajes que copia servilmente de <strong>Viera</strong>, es inútil buscar el original de este viaje<br />
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en ningún escritor árabe ni en sus traductores. El verdadero autor del manuscrito falsificado<br />
no es otro que el propio D. Manuel Osuna Saviñón". Más contundente, unos años antes, el Dr.<br />
Serra Ráfols, en el discurso de apertura del curso académico 192627 de la Universidad de La<br />
Laguna, se expresaba de la siguiente forma: "Por una excesiva prudencia de lenguaje en los<br />
historiadores canarios, aun poniendo en evidencia la falta de fundamento del viaje relatado<br />
por Osuna, no han sido pronunciadas, que yo recuerde, las palabras de superchería y "frescura<br />
incalificable" que son las únicas que corresponden al proceder del mencionado pseudohistoriador...".<br />
Con estos datos, ¿acaso resulta muy aventurado afirmar que "Tamerán", luego<br />
"Tamarán" en Millares, es una "creación" de Osuna? Cabe entender que todo lo contrario,<br />
pues, por una lado, no existe dicha referencia en ninguna otra fuente escrita hasta el año 1844;<br />
por otra parte, conocida la afición de Osuna a "reescribir" la historia, no tiene nada de extraño<br />
que realizara dicha invención, apoyada en su visión romántica del mundo aborigen, y tal vez<br />
recurriendo a algunas palabras indígenas consignadas por Berthelot, tanto canarias como del<br />
norte del continente africano, y con las que guardaría cierto parecido.<br />
La referencia de Berthelot<br />
En 1842 se publica en París la Ethnographie et el Annales de la Conquête de Sabino<br />
Berthelot, la cual, traducida al castellano saldría a la calle en 1849, en Santa Cruz de Tenerife.<br />
Como se ha señalado, Osuna comenzó a publicar su Resumen ... en 1844, pero sin duda tuvo<br />
acceso a la obra original de Berthelot, pues de hecho, como el mismo Sabino comenta en su<br />
Recuerdos y epistolario (18201880), les unía una gran amistad, entablada durante los diez<br />
años de estancia, de 1820 a 1830, que pasó en las Islas.<br />
En el Catálogo de los diferentes dialectos de los antiguos habitantes de las <strong>Canaria</strong>s<br />
que elabora Berthelot, no aparece por parte alguna el término "Tamerán". Sí, en cambio, el de<br />
"TAMARASAITE", por Tamaraceite, del que indica que es un "pueblo de la Isla de <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, cuyos alrededores cubiertos antiguamente de olivos salvajes y en donde se ven<br />
muchas palmeras". Añade en la explicación que "pueden encontrarse a la vez varias<br />
etimologías para este nombre canario, a saber: 1º BENITAMARAH, tribu berberisca que<br />
cosechaba muchos dátiles. 2º TAMARAK (dátiles) y EZZEITOUN (aceituna) en árabe<br />
(aceituna y aceite en castellano). 3º TAMARIRGHT, los libres o los nobles, en bereber."<br />
Pudiera ser que Osuna se "inspirara" en alguna de estas referencias apuntadas, con el<br />
añadido de su posible significación. Para ello acudiría al nombre actual de la Isla, <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, y a la falsa atribución del mismo a Bethencourt, según se desprende de lo escrito<br />
también por <strong>Viera</strong> y <strong>Clavijo</strong>, de quien Osuna copiara repetidamente, en relación a la ya<br />
comentada victoria canaria sobre los franceses en Arguineguín. Como ya se ha escrito,<br />
tampoco en ningún momento hace referencia <strong>Viera</strong> a otro nombre para esta Isla. Que Osuna<br />
uniera la palabra inventada, con alusión a proliferación de palmeras, hecho que en definitiva<br />
da nombre a la capital insular, y la valentía de los isleños ante los intentos de conquista de la<br />
Isla, es una simple conjetura. En cualquier caso, el hecho cierto es que "Tamerán" sólo existió<br />
en la desbordante imaginación del "ilustrado" tinerfeño.<br />
La "fortuna" de "Tamarán"<br />
En el Lenguaje de los Antiguos Isleños (elaborado "en las décadas centrales del siglo<br />
XIX"), José A. Álvarez Rixo se ocupa de la obra de Osuna, en concreto de lo dicho por este<br />
último acerca de que "la lengua de los canarios era también el árabe". Señala que se le podría<br />
parecer "porque las raíces del idioma son las mismas", si bien disiente de que los naturales de<br />
<strong>Canaria</strong> la nombraran como "Tamerán", "lo cual quería decir "país" o "tierra de los valientes",<br />
lo creo construcción equivocada o estaría mal formando alguno de los caracteres del citado<br />
MS., porque "tamar" es "palma" en las lenguas árabe, fenicia y hebrea, vid. N. 17, y "Aan",<br />
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según las uniformes explicaciones de los A.A. acerca de las lenguas de la antigua Palestina,<br />
significa "tierra" o "país". Concluyendo por tanto que "luego, produciendo tantísima palma la<br />
isla de <strong>Canaria</strong>, que estaba llena de ellas, está visto que "Tamerán" es "país de las palmas", lo<br />
cual concuerda perfectamente en el hecho y en la analogía. El Génesis, cap. XIV, 7 nos<br />
presenta un dato asaz confirmatorio; dice "Asasonthamar = Ciudad de las Palmas". Lo que le<br />
lleva con ésta y otro antropónimo, "Ysaco", semejante a "Yssac", a "confirmar que nuestros<br />
canarios procedían en parte de la antigua Palestina". Por contra, refiere que el nombre de<br />
<strong>Canaria</strong>, "debe provenir de los pueblos que Plinio colocaba no lejos del Atlas".<br />
John Abercromby, en su monografía Estudio de la antigua lengua de las Islas<br />
<strong>Canaria</strong>s, trabajo publicado en 1917 en el primer volumen de Harvard African Studies y<br />
considerado "el estudio más concienzudo y mejor documentado sobre las lenguas aborígenes<br />
hasta la publicación de Monumenta Linguae <strong>Canaria</strong>e de Wölfel", recoge la voz "Tamerán<br />
(Gal.?, Chil), el nombre aborigen de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>". Es decir, apunta lo mismo que Chil y<br />
Naranjo, señalando la duda de la aparición de dicho topónimo en la obra de Abreu Galindo, lo<br />
que queda absolutamente descartado.<br />
Juan Álvarez Delgado, en su Miscelánea Guanche, refiere que "en cuanto a Las<br />
Palmas, jamás he creído en la interpretación "Tamarán"="país de valientes", que debió<br />
inventar Marín, Millares o algún otro cronista". Expresa a su vez la sospechosa interpretación<br />
ante la abundancia de formas toponímicas con tal raíz, como "Tamaragáldar" o<br />
"Tamaraceite". Concluye indicando la coincidencia que los indígenas llamasen "Tamarán" a<br />
su isla, en referencia a la palmera canaria, a la que ellos llamaban "támara", "y que los<br />
españoles pusiesen "Real de Las Palmas" al castillo erigido a orillas del Guiniguada, que dio<br />
nombre a la actual ciudad. Posteriormente, en su artículo" ¿Semitismos en el guanche de<br />
<strong>Canaria</strong>s?", vuelve sobre este punto, insistiendo en que "Tamarán" es el plural de "támara" y<br />
por tanto se traduce por Las Palmas, "el simple nombre indígena de lo que en la conquista se<br />
llamó "Real de Las Palmas". Es preciso señalar de forma concluyente, como recoge la<br />
Crónica Lacunense, que ese lugar tenía para los antiguos canarios otra denominación bien<br />
distinta: "..., y en el Real, adonde es aora la siudad que antes se llamaba en lengua canaria<br />
Geniguada, y fueron cristianos los canarios, ...".<br />
En definitiva, Álvarez Delgado asume equivocadamente, como se demostrará a<br />
continuación, que "támara" es un vocablo de la lengua aborigen y a partir de ahí, y<br />
considerando una "fantasía de historiador" la traducción por "tierra de valientes", realiza su<br />
propia traducción que se correspondería con "Las Palmas", lo que para los aborígenes era<br />
Guiniguada. Es decir, sin quererlo, convierte el nombre de la capital grancanaria en el de toda<br />
la Isla, como desgraciadamente de forma descuidada o intencionada se produce en la<br />
actualidad, de tal manera que la isla parece llamarse "Las Palmas" y no <strong>Canaria</strong>, y luego <strong>Gran</strong><br />
<strong>Canaria</strong>, como siempre se ha denominado.<br />
Precisamente en <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y sus obras hidráulicas, Simón Benítez Padilla asume<br />
que el nombre de la <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> "fue "Tamarán", cuya verdadera acentuación ignoramos"<br />
aduciendo para explicarlo, las mismas razones expuestas por Álvarez Delgado. Señala que<br />
"todavía se designan los dátiles de la palmera de estas islas (Phoenix canariensis) con la<br />
palabra támara, lo que induce a creer que la denominación primitiva de la <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong><br />
significaba Las Palmas, que hoy se aplica en castellano a su capital y que el vocablo original<br />
fuese esdrújulo". Tales suposiciones, como ya se ha expuesto, carecen totalmente de<br />
fundamento.<br />
Domingio J. Wölfel en su Monumenta Linguae <strong>Canaria</strong>e se pregunta de dónde<br />
pudieron tomar Chil, Millares, Rixo y Álvarez Delgado esta palabra, señalando que en<br />
ninguna de las fuentes antiguas que pudo analizar aparece. Se refiere a la traducción también<br />
apuntada por Álvarez Delgado como "país de los valientes", como la "versión más usual",<br />
aunque considera que "estamos ante un verdadero enigma". Descarta su relación con támara,<br />
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la cual analiza más adelante, no encontrando una conexión tan evidente como la que supone<br />
Álvarez Delgado. Apunta no obstante un paralelismo evidente con "tamâra", relacionado y<br />
traducido en el diccionario de Foucauld como "force, puissance d'action, personne<br />
considerable", indicando además que no se ha encontrado una derivación del vocablo, que se<br />
indica de forma totalmente aislada. Para terminar apuntando que "el significado que se da al<br />
nombre de la isla cuenta con un considerable respaldo".<br />
Al referirse a la palabra támara, después de una serie de reflexiones termina afirmando<br />
que este vocablo vino a las Islas de la Península Ibérica, "y la cuestión de cómo entró en el<br />
español es irrelevante para nuestro objetivo", insistiendo en que "hemos de borrarla del<br />
vocabulario que nos queda de la lengua aborigen".<br />
Para dar por concluido este punto, de posibles derivaciones de un vocablo "támara" de<br />
falsa pertenencia aborigen, en el Tesoro lexicográfico del español de <strong>Canaria</strong>s se recogen las<br />
diferentes interpretaciones dadas a la palabra, así como la incorrecta definición que registra el<br />
Diccionario de la Academia de la Lengua, pues támara o támbara es simplemente el fruto de<br />
la palma o palmera canaria, Phoenix canariensis. Francisco Navarro Artiles, en su Teberite, se<br />
decanta por su procedencia árabe, siendo de uso frecuente en el portugués y en <strong>Canaria</strong>s,<br />
aspecto éste, el de su derivación del portugués, en el que coinciden, entre otros, José Pérez<br />
Vidal o Marcial Morera.<br />
Recoger por último lo apuntado por Sebastián Jiménez Sánchez, el cual no aporta nada<br />
nuevo, limitándose a repetir que "Tamarán es nombre antiguo dado a la isla de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>:<br />
se le ha traducido por "país de valientes", añadiendo que "como tal lo recogen varios cronistas<br />
e historiadores". Asume también que el calificativo de "<strong>Gran</strong>de" fue dado a la Isla a partir de<br />
la victoria indígena frente a Bethencourt, afirmando que "tal epíteto está acorde con el<br />
significado del topónimo TAMARÁN, "país de valientes". Disparatando a continuación al<br />
considerar que "Los "tamaranianos" son, pues, los habitantes de TAMARÁN". Para reafirmar<br />
sus consideraciones, indica que "Tamarán" ofrece cambios de grafías y de fonética, haciendo<br />
derivar de ésta la palabra támara o tamaragua; y localidades como Tamaraceite (Las Palmas<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>) y Tamaragáldar (en Guía de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>), o Tamariche y Tamaretilla, en<br />
Fuerteventura.<br />
El "Tamarán" "científico"<br />
El reconocimiento y asunción del falso nombre dado a la isla de <strong>Canaria</strong> quedaría<br />
certificado definitivamente cuando en 1937 el profesor de la Sorbona, J. Boucart, en unión de<br />
la petróloga E. Jéremine, editaron un estudio monográfico sobre la evolución geológica de<br />
<strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. En este trabajo, a la hora de denominar los dos sectores geológicos en que es<br />
posible dividir la Isla, en razón de su antigüedad, recurre al término "Tamarán" para designar<br />
la "isla vieja", situada al suroeste, con una mayor antigüedad geológica, frente a la<br />
Neocanaria, o "isla nueva", cubierta por los materiales más recientes y que correspondería al<br />
noreste insular. Es probable que Boucart conociera el nombre por Simón Benítez Padilla, que<br />
a su vez lo cita en el capítulo dedicado a la Geografía Física de su <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y sus obras<br />
hidráulicas.<br />
También, "Tamarán" ha servido para dar el nombre a distintas especies animales o<br />
vegetales, caso del fósil de múrido (roedor) gigante localizado en La Aldea de San Nicolás,<br />
llamado Canariomys tamarani. En el mundo de los insectos se encuentra un cigarrón,<br />
endémico de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>, y que lleva por nombre Acrostira tamarani. Asimismo, uno de los<br />
hallazgos botánicos más interesantes de los últimos años, la nueva especie de drago citada<br />
para <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> y localizada en el suroeste de la Isla, ha sido clasificada como Dracaena<br />
tamaranae.<br />
También encontramos calles rotuladas con este nombre, e incluso existe un centro<br />
escolar del sur grancanario que recibe dicha denominación. Por otra parte, de forma mimética,<br />
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numerosas son las marcas comerciales y empresas del más variado signo que se encuentran<br />
registradas como "Tamarán", apareciendo incluso dentro de actividades tan dispares como el<br />
deporte o el folklore musical.<br />
Es más, si se busca en Internet, resulta fácil comprobar la existencia de centenares de<br />
referencias a "Tamarán", tanto del Archipiélago Canario como sobre todo de fuera de él, al<br />
tratarse en definitiva de un nombre ajeno a la realidad insular y de ámbito universal.<br />
A modo de conclusión<br />
La palabra "Tamarán" es una invención de Manuel de Osuna Saviñón, recogida en su<br />
Resumen de la geografía física y política y de la historia natural y civil de las Islas <strong>Canaria</strong>s<br />
publicado en 1844.<br />
Anteriormente a dicha fecha y publicación, no existe referencia alguna en ningún<br />
tipo de fuente documental a que los habitantes de <strong>Canaria</strong>, los canarios, denominaran a la Isla<br />
de otra forma, siendo conocida así desde la descripción que Plinio hiciera del Archipiélago.<br />
La aparición del dicho término en un autor de tanto prestigio como Millares Torres,<br />
así como la romántica referencia a un "país de valientes" hizo que el topónimo prosperara,<br />
aceptándose sin más.<br />
Sólo muy tardíamente, algunos autores han dudado de la certeza de la afirmación de<br />
Osuna y luego Millares, planteando la necesidad de revisar dicha denominación, mientras que<br />
por el contrario, todavía se sigue haciendo alusión en publicaciones científicas, divulgativas o<br />
didácticas al falso topónimo de "Tamarán".<br />
Es preciso desterrar definitivamente el uso de dicha palabra en cualquier tipo de<br />
publicación, información o rotulación que haga referencia al pasado insular, así como del<br />
campo científico en general, recuperando el nombre que históricamente corresponde, que no<br />
es otro que el de <strong>Canaria</strong>.<br />
Nota: (El presente artículo resume los aspectos más significativos de la comunicación<br />
presentada al 'XIII Coloquio de Historia CanarioAmericana').<br />
Revista Aguayro. La Caja de <strong>Canaria</strong>s<br />
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