17.06.2015 Views

Enero - LiahonaSud

Enero - LiahonaSud

Enero - LiahonaSud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Un Apóstol les habla a los niños<br />

Élder Boyd K. Packer<br />

Hay algo muy importante que deseo deciros,<br />

niños, algo que espero recordéis siempre.<br />

¿Sabíais que antes de nacer en la tierra ya vivíais?<br />

Antes de que nacierais a vuestros padres, vivíais en el<br />

mundo espiritual.<br />

Imaginaos que mi mano representa vuestro espíritu.<br />

Es algo vivo, con movimiento propio. Un guante<br />

representa a vuestro cuerpo; no tiene movimiento.<br />

Pero cuando vuestro espíritu entró en vuestro cuerpo,<br />

pudisteis moveros, actuar, vivir. Y fuisteis personas<br />

—espíritus con cuerpos—viviendo en la tierra.<br />

Mientras estáis vivos, el espíritu que ocupa vuestro<br />

cuerpo, hace que podáis moveros y trabajar. Pero no<br />

existe el propósito de que nos quedemos en la tierra<br />

para siempre. Algún día, quizás por la vejez, o por<br />

una enfermedad o un accidente, espíritu y cuerpo<br />

se separarán. Cuando esto sucede, decimos que la<br />

persona muere. La muerte es una separación del<br />

cuerpo y el espíritu.<br />

Cuando el guante, que representa vuestro cuerpo,<br />

es quitado de la mano, que representa vuestro espíritu,<br />

ya no puede moverse más; cae; está muerto. Pero<br />

lo que hay en vosotros que ve con vuestros ojos,<br />

que os permite pensar y sonreír, actuar y saber y<br />

ser, es vuestro espíritu, y es eterno. No puede morir.<br />

Cuando nuestro Padre Celestial hizo que fuera<br />

posible para nosotros venir a este mundo, también<br />

nos hizo posible regresar a El, porque es nuestro<br />

padre y nos ama. No penséis que porque vivimos en<br />

la tierra, lejos de donde El está, y porque no podemos<br />

verlo, El puede habernos olvidado.<br />

Nuestro Padre sabía que necesitaríamos ayuda,<br />

así es que en su Plan proveyó una persona que viniera<br />

a este mundo y nos ayudara a prepararnos para<br />

volver a su presencia, Esa persona es Jesucristo, el<br />

Hijo de Dios. El es un hijo espiritual como todos<br />

nosotros, pero también es el Unigénito del Padre en<br />

la tierra. Por El, podemos vencer a la muerte. Por<br />

El, nuestro cuerpo y espíritu serán uno otra vez, porque<br />

por El seremos resucitados. Esto significa que<br />

el espíritu volverá a reunirse con el cuerpo. Este es<br />

su regalo para nosotros, y por eso lo llamamos nuestro<br />

Salvador, nuestro Redentor.<br />

Aunque seáis pequeños tenéis que saber que existe<br />

otra separación, una separación que es como una segunda<br />

muerte. Es la separación espiritual de la presencia<br />

de nuestro Padre Celestial.<br />

Debemos aprender a mantenernos espiritualmente<br />

limpios para no tener que vernos separados de nuestro<br />

Padre Celestial, y para que podamos volver a su<br />

presencia cuando nos vayamos de esta vida terrenal.<br />

Cuando Jesús vivía en la tierra, enseñó que si vivimos<br />

el evangelio, seremos espiritualmente limpios.<br />

Aun cuando cometemos errores, podemos volver a<br />

purificarnos. Esto se llama arrepentimiento.<br />

Habrá veces en que cometáis errores. Habrá veces<br />

en que os preguntaréis si podéis realmente vivir en la<br />

forma que Jesús enseñó. Cuando seáis puestos a<br />

prueba, cuando estéis desilusionados, avergonzados<br />

o tristes, recordadlo a El y orad al Padre Celestial<br />

en su nombre.<br />

Recordad que sois hijos de nuestro Padre Celestial.<br />

Vivisteis con El antes de venir a la tierra. Vinisteis<br />

a recibir un cuerpo mortal y a ser probados. Pero<br />

nuestro Padre Celestial nos ama, y tenemos un Señor<br />

y Salvador. Por eso, podemos regresar a vivir en su<br />

presencia nuevamente.<br />

Agradezco a Dios por esta Iglesia, donde vosotros,<br />

nuestros niños, sois preciosos y estáis por sobre todas<br />

las demás cosas. Agradezco a Dios por nuestro Salvador,<br />

que invitaba a los niños a acercarse a El. El<br />

es el Cristo, y nos ama. A El le ruego por vosotros,<br />

pequeños, para que os bendiga.<br />

Liahona <strong>Enero</strong> de 1974<br />

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!