19.06.2015 Views

Lick-KS-1

Lick-KS-1

Lick-KS-1

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Subió a la cama, acostándose a mi lado, elevándose en un codo. Su mano<br />

se curvó en mi cadera. Cabello oscuro cayó hacia adelante, bloqueando su<br />

rostro de la vista. Quería verlo. Se agachó, besándome suavemente esta vez en<br />

mis labios, mi rostro. Su cabello rozaba contra mi piel.<br />

—¿Dónde estábamos? —preguntó, su voz un gruñido bajo en mi oído.<br />

—Decidimos casarnos.<br />

—Mmm, porque justo había tenido la mejor noche de mi vida. La<br />

primera vez que me sentí así en tantísimo tiempo. El pensamiento de no tenerte<br />

conmigo cada‖ noche…‖ no‖ podía‖ hacerlo.‖ —Su boca viajó a mi cuello—. No<br />

podía dejarte ir. Especialmente una vez que supe que solamente habías estado<br />

con un solo tipo.<br />

—Pensé que eso te preocupaba<br />

—Me preocupaba, cierto —dijo, y besó mi mentón—. Obviamente te<br />

sentías lista para darle al sexo otra oportunidad. Si era lo suficientemente<br />

estúpido para dejarte ir habrías conocido a alguno más. No soportaba la idea de<br />

ti follando a alguien que no fuera yo.<br />

—Oh.<br />

—Oh —repitió—. Hablando de eso, ¿Alguna duda sobre lo que estamos<br />

haciendo aquí?<br />

—No. —Montones de nervios, pero no dudas.<br />

La mano en mi cadera recorrió mi vientre. Rodeando mi ombligo antes<br />

de descender más abajo, haciendo estremecerme.<br />

—Eres tan malditamente hermosa —suspiró—. Cada parte de ti. Y<br />

cuando te desafié a dejar a un lado tu plan y huir conmigo, dijiste sí.<br />

—¿Lo dije?<br />

—Sí.<br />

—Gracias a Dios por eso.<br />

Sus dedos acariciaron la cima de mi sexo antes de pasar a mis músculos<br />

apretados. Si deseaba que vaya más lejos iba a tener que abrir las piernas. Sabía<br />

esto. Claro que lo sabía. Los recuerdos del dolor de la última vez me hicieron<br />

dudar. Los dedos de mis pies estaban curvados y un calambre amenazaba con<br />

comenzar en el músculo de la pantorrilla por la tensión. Ridículo. Tommy<br />

Byrnes había sido un gilipollas desconsiderado. David no era así.<br />

Ev.<br />

—Podemos ir tan lento como quieras —dijo, leyéndome—. Confía en mí,<br />

Su mano cálida suavizó mi muslo mientras su lengua viajaba por todo mi<br />

cuello. Se sintió asombroso, pero no era suficiente.<br />

107

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!