Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Sus labios formaron una tensa línea. —Está bien, no lo diré de nuevo. Por<br />
ahora. Pero deberíamos hablar un poco más.<br />
Gruñí, rechinando mis dientes.<br />
—Ev.<br />
Mierda. Negociar no era mi fuerte. No con él. Quería que se fuera. O al<br />
menos, estaba bastante segura de que quería que se fuera. Lejos, así podía<br />
reanudar mi luto por nosotros y todo lo que pudimos haber sido. Lejos, así no<br />
podía pensar en el hecho de que ahora cree que me ama. Que completa mierda<br />
emocional. Mis conductos lagrimales se volvieron locos en el momento justo.<br />
Tomé grandes respiraciones profundas tratando de mantener mi control.<br />
—Después, no hoy —dijo, en una afable y razonable voz. No confiaba en<br />
ella o en él en absoluto.<br />
—Bien.<br />
Caminé otra cuadra con él a mi lado hasta que de nuevo un cruce nos<br />
detuvo en frío, dejando espacio para conversar. Sabía que era mejor no hablar.<br />
Al menos no hasta que me controlara y comprendiera todo esto. Enderecé mi<br />
falda, metí mi pelo detrás de la oreja, poniéndome nerviosa. La luz se tomó una<br />
eternidad. ¿Desde cuándo Portland se volvió en mi contra? Esto no era justo.<br />
193<br />
—No hemos terminado —dijo, sonó como una amenaza y una promesa a<br />
la vez.<br />
***<br />
El primer mensaje de texto llegó a media noche mientras me encontraba<br />
acostaba en mi cama, leyendo. O intentando leer. Porque tratar de dormir fue<br />
un fracaso. La escuela empezaba pronto pero me resultaba difícil encontrar mi<br />
habitual entusiasmo por mis estudios. Tenía la peor sensación, la semilla de la<br />
duda que David plantó sobre mis opciones de carrera echó raíces dentro de mi<br />
cerebro. Me gustaba la arquitectura, pero no la amaba. ¿Eso importaba? Por<br />
desgracia, no tenía respuestas. Un montón de excusas —algunas pura mierda y<br />
otras válidas— pero no respuestas.<br />
David probablemente diría que podría hacer lo que sea que quisiera.<br />
Sabía muy bien todo lo que mi padre diría. No sería bonito.<br />
He estado evitando ver a mis padres desde que regresé. Es bastante fácil<br />
de hacer considerando que colgué el teléfono cuando mi padre intentó darme el<br />
sermón el segundo día después de mi regreso. La relación ha estado fría desde<br />
entonces. La verdadera sorpresa era que no estaba sorprendida. Ellos nunca me<br />
alentaron a nada que no apoyara directamente el plan. Había una razón por la<br />
que no regresé sus llamadas cuando estaba en Monterey. Porque no podía